jueves, 29 de abril de 2010

Nieve con copa


Cartier, Cartier, ô Jacques Cartier,
Si t'avais navigué à l'envers de l'hiver,
Cartier, Cartier, si t'avais navigué
Du côté de l'été, aujourd'hui on aurait
Toute la rue Sherbrooke bordée de cocotiers
Avec, perchés dessus, des tas de perroquets
Et tout le Mont-Royal couvert de bananiers
Avec des petits singes qui se balanceraient.
(...) Robert Charlebois.

Nevó el 27 de abril, se cubrieron de blanco las flores, la nieve aplastándolas con copos pesados y húmedos, recurvándolas, desprevenidas que estaban, pobrecillas. Imagen incongruente de primavera interrumpida; algunas ramas brotadas, verdes casi, se cayeron dejando un rastro de color sobre montoncitos de nieve mojada. Nevó el 27 de abril y eso que no tuvimos invierno. Invierno canadiense, se entiende. De esos inviernos que adormecen a la ciudad como en un cuento de hadas. O que hicieron dudar en su tiempo a los franceses de establecerse aquí hasta muy adentrada la historia de la colonización, además, claro,  de haber tenido otros problemas como la hostilidad de la naturaleza salvaje, los iroqueses y demás peligros que se podían encontrar en estas tierras montrealenses. Cartier, ô Jacques Cartier, qué hubiera sido de Montreal si te hubieras ido para el otro lado, del lado del verano...¿eh?


Pero no. Ya se sabe, este es un país frío durante muchos meses. El deporte nacional es el hockey sobre hielo, o a falta de hielo, sobre el asfalto, que se juega detrás de la casa, en la callejuela, o también en frente, cuando no pasan demasiados autos. Todos los quebequeses juegan, patinan y sueñan con llegar a seguir los pasos de sus dioses, the Flying Frenchmen: Maurice Richard, Guy Lafleur, Jacques Plante, Patrick Roy, Mario Lemieux, entre otros... De hecho muchos forman parte de equipos buenos, y están entre los mejores jugadores de ese deporte. Para el franco-canadiense, históricamente, jugar a un nivel profesional, fue una forma de liberarse de la condición de ciudadano de segunda clase, de llegar a ser...alguien... para los quebequeses, también representa el partido del sábado a la tarde, la conversación del lunes, las extravagancias de los hinchas sobre la calle Ste-Catherine, las mañanitas de las madres que deben llevar a los niños a las prácticas con un equipo inmenso y pesado, en pleno invierno, sin luz. Dedicadas las madres quebecas, sip.


El 27 nevó sobre mis flores en Montreal y el día siguiente, los Canadiens, el equipo de Montreal, ganaron el hockey contra los Capitals de Washington DC.  Así que la gente, no solo el tiempo, anda algo trastornada por estos lares. Se irá la nieve, de hecho ya se está yendo, pero seguirán para los Canadiens las series eliminatorias para obtener la Copa Stanley, trofeo que han ganado más veces que cualquier otro equipo en América. Y aquí, que se le va a hacer, se lo creen.

jueves, 1 de abril de 2010

Alicia



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