Parada en la negrura total, intento guardar algo de dignidad pasando una
mano materna sobre mi vestido, alisándolo, sintiendo mi cuerpo que no veo: algo
así como una caricia de apoyo a mi misma. Al mismo tiempo, intento respirar, estoy
en un especie de estado de choc, sorprendida por la falta de luz en el teatro,
por las tinieblas en mi alrededor, oscuridad que siento como una presencia física
que me limita en mi espacio y en mis movimientos. Sorprendida y nerviosa con un
foco puntual de 1000 volts (por lo menos) creando un haz de luz sobre mi cara y
cegándome por completo. Es un horror. Lógicamente,
sé que puedo moverme, pero estoy prisionera de esa luz intensa de la sala de espectáculo.
Ah no, esas son las cortinas, joder lorito. No veo nada. También me percato de que
me miran, los que hace unos días me pidieron que lea un texto para el espectáculo
de tango de mi academia y que me hicieron confianza. Es más, me hablan y me
piden que empiece a hablar, pero ya no se nada de nada, el texto no me lo conozco
y ni me gusta ya que no lo escribí y no lo entiendo del todo con su estilo
enrevesado. Además, nunca tuve memoria, ¿por qué habré aceptado ese compromiso
si no me tomé el tiempo para aprender el texto correctamente? Habré pensado que
podría leer, no puedo leer en estas condiciones. ¿Improvisar? Claro que yo
improviso todos los días con mi alumnos y puedo hablar cuatro horas seguidas
sin problema, pero aquí no veo a nadie y suelo sacar la energía de los que me
miran, necesito la mirada ajena para respirar. Respira, Inés. Estoy parada sobre el escenario
de un teatro en el ensayo general sabiendo que prontito vendrá gente a asistir
al espectáculo, a oírme y aquí estoy deslumbrada tal un zorrito perdido por el
camino de un bosque canadiense, por los faros de un auto salido de ninguna
parte Y sí, estoy hecha une renarde. La renarde, así la
llamaban a Pauline Julien, la cantante québécoise. Tan intensa ella, así como
yo en este momento con ganas de se apaguen las luces y pueda ver con quién hablo. Que le spectacle commence!