martes, 8 de agosto de 2023

Éloquence




C'est folie de croire que les périodes vides d’amour sont les ‘blancs’ d’une existence de femme. Bien au contraire. Que demeure-t-il, à le raconter, d’un attachement passionné ? L’amour parfait se raconte en trois lignes : Il m’aima, je L’aimai, Sa présence supprima toutes les autres présences ; nous fûmes heureux, puis Il cessa de m’aimer et je souffris… Honnêtement, le reste est éloquence, ou verbiage.

Bella-Vista de Colette.

martes, 1 de agosto de 2023

Un homme distrait



Cuando era chiquito, mi hijo mayor se solía retraer en una burbuja, o así me decían las profesoras, perplejas ante una desconexión con el resto de la clase, de los amiguitos, del mundo. Podía abstraerse feliz un rato como para no estar. Igual que el avestruz que hunde su cabeza en la tierra pensando que no se lo ve.  Sigue teniendo un mundo interior rico. A veces vive en su cabeza en una realidad peculiar separada de lo gregario. Puede parecer distraído, muy volado o ido. El adulto que se ha convertido tiene una fibra artística sin embargo que le da un aire de estar en las nubes. 

Y distraído estaba en Ámsterdam ese último día de viaje visitando un barrio turístico antes de tomar un avión que lo traería de vuelta a casa después de un mes por Europa por trabajo, amor y familia. Qué programa. 

Sentado al margen del canal Oudezijds Achterburgwal en el Rosse Buurt, estaba dibujando en su cuaderno con los pies libres hacia el agua. De repente, levantándose, plegando las piernas, oye que se le escapa el teléfono hacia el canal, splush, un ruido largo y aterciopelado indicándole que la caída había sido discreta, suave y definitiva. A su lado dos chicas fumando un porro lo vieron desvestirse lentamente, pedirles que le echaran un ojo a su mochila y se metió en el agua para intentar salvar su billete de avión, sus contactos, sus fotos… 

Mientras buscaba con los pies, barriendo el fondo poco profundo del canal, se pudo oír a lo lejos una sirena. Guy empezó a tiritar, el agua, la inmovilidad relativa- tampoco quiso hundirse del todo-, la desesperanza de no poder rescatar el teléfono: le entró frío. Estaba subiendo sobre la orilla, cuando constató un tumulto de gente que se había acercado para verlo; policías llegaban corriendo, se oían autos, ambulancia y hasta un helicóptero, todos abocándose hacia él. Casi desnudo, con su aire de extraterrestre llegado del planeta del principito, Guy se dio cuenta que su retirada por las aguas del canal había llamado la atención. 

El policía furioso le pidió que mirara en su entorno. - ¿Ve a toda esta gente? ¿sí? Bueno, ¡es para usted! ¿Qué estaba pensando? 

 Guy había creído otra vez pasar desapercibido. Hacer sus cositas como si el resto del mundo no existiera. Las chicas vigilantes de la mochila se habían esfumado en cuanto llegó la autoridad. Se quedó un rato largo pidiendo disculpas a un policía algo furioso y para no perder su avión tuvo que correr a un Internet café para encontrar y bajar su billete de avión del WEB. 

 

Es el tercer viaje donde pierde su teléfono.