miércoles, 31 de enero de 2007

It's early in the morning
About a quarter till three
I'm sittin' here talkin' with my baby
Over cigarettes and coffee, now
And to tell you that
Darling I've been so satisfied
Honey since I met you
Baby since I met you, ooh

(Otis Redding)

lunes, 29 de enero de 2007

(Gracias, mi amor)

Nací a las doce de la noche del día 28 de enero sobre, según me dicen, la calle Córdoba al 300 en San Miguel de Tucumán. Habrán cuarenta kilómetros, un poco más quizás, entre Santa Lucía el ingenio azucarero camino a Tafí del Valle dónde vivían mis padres, y el centro de la ciudad. Tomó el ómnibus mi mamá, jovencita era, y se instaló en la clínica, una casa antigua con patio interior, y las piezas sobre un costado. Sería yo, Inés, su primer hija, el parto se anunciaba complicado y sobre todo largo largo, sus hermanas, Noemí, Maisú, Sonia y Silvia todas pasaron por allá durante el día, mi padre, Mikita, algunas amigas, la acompañaban, por el calor intenso, ardiente, pleno verano en Tucumán, se habían instalado en el patio, Mikita mi abuela, rezaba el rosario protestando contra los maridos médicos, "¡qué desgracia, qué desgracia, había sabido ser tener un marido médico!" lo diría por los nervios de mi papá, se pone muy insoportable cuando está nervioso. Cuando se dieron cuenta que tomaría yo mucho tiempo en nacer, se pusieron a comentar: "Martita, que te saldrá gordita ¿no?, tienes que darte cuenta que cambiará tu vida, decile adiós a tu libertad, ya verás, los hijos te comen la vida," hasta que ya en la tarde mi madre gritó "basssstaaa, fuera de aquí", solo quedaron las hermanas, casi calladas y se pusieron a mirar la hora, acercándose las doce. Mi tía Noemí se levantó y se arrimó, la hora es adelantada en Tucumán desde Perón, nacería el 28, seguro, como mi primo José; mi padre entraba y salía de la sala de parto. Silvia, Maisú, Sonia, se divirtieron con la hora, ¿eh casi las doce?, faltan quince minutos, decía Noemí, no no, Noema, ya no, mira, y al mismo tiempo que comprobaban la hora pegaba mi primer grito yo. "Es mujer".
Por causa de ese nacimiento, tan largo, tan sobre la hora, tan lleno de calor y gente, y aunque mi padre se haya opuesto determinadamente a esto, me festejan siempre los dos días. Cómo en Navidad. La nochebuena y el día mismo. Ayer me acordé de mi madre y de su primer día conmigo, y también de mis tías, Noemí, Maisú, Sonia, Silvia...

Esta carta se la mandé a mi amiga Rosa. Rosa, Rosarum, Rosis, la cambié un poco. Te la robo. ¿No te importa? Besos

domingo, 28 de enero de 2007

Ángel González

CUMPLEAÑOS

Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en el aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños
Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.


sábado, 20 de enero de 2007

La cliente

Entró abriendo la puerta grande de un gesto exagerado, como si esperara que fuera pesada y no lo es. Disculpó con una sonrisa su ademán teatral; afuera llueve y la gente corre buscando cobijo; se dio vuelta y entró una pequeña que le dio la mano. Penetraron en la librería hablando. La niña corrió hacia el fondo, y durante todo el recorrido, el largo pasillo, su mirada la acompañó, mirada de madre. Una mecha de pelo caía sobre su cara, de un gesto breve la colocó detrás de la oreja, entonces vino hacia mí, en la sección jazz de los discos, donde estaba yo solo, mirándola. Levantó la cara y me saludó, bonjour, luego se puso a examinar los CD, sacaba y volvía a poner, no parecía buscar algo en concreto, tampoco parecía apurada. Estuvo un rato largo en ello mientras yo acomodaba facturas y pedidos, cuando de repente se inmovilizó, todo lo que en ella había sido movimiento estaba parado en una tensión del cuerpo patente. Me miró detrás del mostrador, su cara palideció como quien recibe una noticia que no espera. ¿Está bien señora?, pregunté. Se quedó parada un momento sin decir nada, con la mirada fija sobre mí, cuando llegó a su lado la niña, salieron de la tienda. No sé que habrá pasado. Los clientes están cada vez más raros.

Me toca poner una nueva canción ahora pondré un poco jazz, aunque esos Chilis: qué grupo, qué buenos están... A ver no, paso Wet Sand de nuevo. Entran dos más, ¿querrán discos?, es que me aburro hoy.

sábado, 13 de enero de 2007

Iwao Takemoto, where are you?



No me pueden decir que esta serie no era surrealista... Nop.

No sé si me ha gustado sino que cada vez que la he visto no he podido más que quedarme boquiabierta, entre estupefacción y fascinación.



lunes, 1 de enero de 2007

FELIZ AÑO NUEVO

¡Vendo nubes de colores:
las redondas, coloradas,
para endulzar los calores!
¡Vendo los cirros morados
y rosas, las alboradas,
los crepúsculos dorados!
¡El amarillo lucero,
cogido a la verde rama
del celeste duraznero!
¡Vendo la nieve, la llama
y el canto del pregonero!

Pregón de Rafael Alberti