viernes, 3 de octubre de 2008

Lean con atención

A mí me llaman el negrito del batey
Porque el trabajo para mí es un enemigo
El trabajar yo se lo dejo todo al buey
Porque el trabajo lo hizo Dios como castigo.
A mí me gusta el merengue apambichao
Con una negra retrechera y buena moza
A mí me gusta bailar de medio lao
Bailar medio apretao
Con una negra bien sabrosa.
A mí me llaman el negrito...
Y di tú si no es verdad
Merengue mucho mejor
Y di tú si no es verdad
Merengue mucho mejor
Porque eso de trabajar
A mí me causa dolor
Porque eso de trabajar
A mí me causa dolor.
Mucho le gusta el buen mango
Pero nunca le da el dengue
Mucho le gusta el buen mango
Pero nunca le da el dengue
Yo con una negra buena
Bailaré hasta un buen merengue
Yo con una negra buena
Bailaré hasta un buen merengue

(El Negrito del Batey, merengue.)

1 comentario:

  1. Eso de que el trabajo es un castigo es una de las principales diferencias de nosotros, los católicos, con los protestantes. Para ellos es una bendición. Si trabajas mucho, Dios te premiará con mucho dinero, entonces los que tienen más dinero han sido elegidos por Dios y se irán al Cielo. Nosotros, en cambio, sostenemos que el laburo es una maldición ("ganarás el pan con el sudor de tu frente"), algo que, en lo posible, se debe evitar. Si me pides una opinión, me quedo con el Negrito de Batey antes que con Lutero, por supuesto.

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