sábado, 14 de febrero de 2009

Poema envíado, bello

LAS PULSACIONES DE TU CORAZON



La Belleza. Tema de Composición.

Una muchacha abre los ojos, se levanta,

abre la ventana, sale al patio.

En el patio hay hierba y rocío y basura,

hay ruedas pinchadas, roídas

por ácidos, esqueletos de bicicletas,

grandes trancas podridas en el suelo.

La Belleza. Tema de Composición.

La muchacha sale de la oscuridad

al patio, camina

tres o cinco pasos en dirección

a la cerca, levanta

los brazos, un escalofrío

la sacude, junta

las cejas en un gesto de disgusto,

se pasa el dorso de la mano

por la cara, vuelve

a la casa. La Belleza.

Tema para una franja.

Un pedazo de algo

iluminado por una cosa

parecida a la luz.

Pero que no es la luz.

Algo parecido al gris,

siempre que el gris fuera luz,

o que la muchacha

estuviera un poco mas quieta,

o que pudiéramos ordenar por bloques

el granito y las arpilleras.

Tema de Composición. La Belleza.

Un momento bucólico.

Todo el desorden se cuela

por una fisura llamada muchacha.

En ella hay dos o tres cosas

--dos o tres islas--

negociables. Pero no

la razón o el desencanto.

Pese a todos los inconvenientes:

un paisaje solido.

La muchacha pone agua

en la tetera, enciende el gas,

pone la tetera a calentar,

se sienta sobre una silla de paja

y mientras espera

tal vez piense

en la luz que se mueve

ganando y perdiendo baldosas.

La Belleza no suspirara: querrá verlo

todo. Pero los regalos y la paciencia

son para ella:

cauce inevitable.

Tema. Espacio donde los ojos luchan.

Espacio, palabra, donde los ojos

imponen su voluntad.

La muchacha sale al patio.

La muchacha toma te. La muchacha

busca los terrones de azúcar.

A través de ese espejo ella busca

las colinas con costras de bosques verdes,

oscuros, los mas distantes casi azules.

Tema de Composición. El Oxigeno.

Prepara sus arpilleras. Se sienta.

Hay rocas redondas como bacinicas.

Toma te. Remoja

la taza en un lavatorio de porcelana

que esta sobre la banqueta de madera

sin desbastar. Bebe agua.

Luego bebe te.

Mira la lejanía: nubes.

Junto a ella emerge el esqueleto

de una bicicleta,

oxidado, pero firme aun el cuadro.

Tema de Composición. Una bicicleta

que es la Belleza y no la muerte.

No la amante salvaje

--la muerte--

corriendo por las calles

del sueño

simplemente porque ya no queda nada

por hacer. No los golpes

en la puerta de la cabaña abandonada.

La muchacha bebe te, lava

el vaso en el lavatorio, tira

el agua en el patio.

Luego entra en la casa

y tras un instante sale

con una chaqueta de lana

sobre la espalda. Como una santa

atraviesa la cerca

y empieza a diluirse

entre los abrojos y la hierba alta.

Ese es el tema de la composición:

la Belleza aparece, se pierde,

reaparece, se pierde,

vuelve a aparecer, se diluye.

Al final solo escuchas

las pulsaciones de un pozo,

que es tu corazón.


Roberto Bolaño

1 comentario:

  1. A mi tambien me enviaron un poema, bello como el que recibiste tu. Esto es un dialogo chileno-argentino.

    I

    Y construí tu rostro.
    Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
    en los lejanos patios de la infancia.
    Albañil con vergüenza,
    yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
    para darte la voz,
    para poner dulzura en tu saliva.
    Cuantas veces temblé
    apenas si cubierto por la luz del verano
    mientras te describía por mi sangre.
    Pura mía
    estás hecha de cuántas estaciones
    y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.
    Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
    Qué infinito de besos contra la soledad
    hunde tus pasos en el polvo.
    Yo te oficié, te recité por los caminos,
    escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra
    te hice un sitio en mi lecho,
    te amé, estela invisible, noche a noche.
    Así fue que cantaron los silencios.
    Años y años trabajé para hacerte
    antes de oír un solo sonido de tu alma.

    II

    Alza tus brazos, ellos encierran a la noche,
    desátala sobre mi sed,
    tambor, tambor, mi fuego.
    Que la noche nos cubra como una campana
    que suene suavemente a cada golpe del amor.
    Entiérrame la sombra, lávame con ceniza, cávame del dolor,
    límpiame el aire:
    yo quiero amarte libre.
    Tú destruyes el mundo para que esto suceda,
    tú comienzas el mundo para que esto suceda.

    III

    Me has amado las manos y caerán con el otoño.
    Has amado mi voz y está arrasada.
    Mi rostro ha reventado sobre ti como una piedra
    impura.
    Me has amado y amado
    para que huya de mí, señor de sombras.
    Me has destruido para que yo sea luz humana
    cantando
    como las criaturas de tu sangre.

    IV

    Que del recuerdo suba el olor de tu cuerpo y se
    haga tu cuerpo.
    Que la noche devuelva tu dulzura.
    Que tus manos sean dadas por el temblor que dieron.
    Que tus ojos regresen de todo lo mirado.

    Paloma del amor
    en vez
    asciendes pura en libertad
    giras y cantas como el cielo vas invadiendo el mundo.

    V

    Como un niño te canto bajo la noche oscura.
    Cofre de los secretos, juegos hondos,
    temblores del otoño como pañuelos rápidos,
    te canto allí para que seas.

    Señora del candor,
    con boca limpia digo uno a uno tus nombres,
    pongo mi rostro en la penumbra que de ellos
    desciende,
    hago un gran fuego con tus nombres bajo la
    noche oscura.

    En realidad quiero decir: me haces andar contra la muerte.

    Juan Gelman, Fábricas de amor

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