Dussé-je y passer une année entière, je la trouverai ! — Anton Tchekhov
Las hay que discuten de su auto, y de lo caro que es ir a ver un mecánico. Los hay que piensan que los horarios, o tal curso, o la compu que hace o no hace tal cosa. Y así en la sala de los profesores de Saint Paul, después del día de enseñanza, durante el tiempo asignado para preparar y corregir los cuadernos o trabajos de los alumnos. Los hay que simplemente conversan de la familia, los hijos, o de la comida, qué sé yo. Y llego yo, con mis preguntas y les consulto sobre como se llama esa regla gramatical, vieja, que a veces aparece en las novelas del siglo XIX, Balzac, por ejemplo, Maupassant, otro , y....
-"Bueno, Inés, ¿cuál es la pregunta?", -"la regla que consiste en emplear un acento sobre la "e" en la forma interrogativa del presente del indicativo o al imperfecto del subjuntivo en la primera persona del singular". Y ahí todos se callan. Me miran con asco. "¿Para qué quieres saber, Inés? -"Para recordar, nomás", -"¿Para qué si no se usa?, además esa regla no la conozco y no entiendo de lo que estás hablando". -"Es un regla que aprendí de chica en el colegio"..."-Yo en todos casos nunca oí hablar de eso". -"Ni yo". -"Me parece extraño". Todos dan vuelta la cara y siguen haciendo lo que no... y me quedo sola con mi empeño, mi deseo de recordar, y mi ruego. Además, estoy segura que me he convertido en una impresentable.
-"Bueno, Inés, ¿cuál es la pregunta?", -"la regla que consiste en emplear un acento sobre la "e" en la forma interrogativa del presente del indicativo o al imperfecto del subjuntivo en la primera persona del singular". Y ahí todos se callan. Me miran con asco. "¿Para qué quieres saber, Inés? -"Para recordar, nomás", -"¿Para qué si no se usa?, además esa regla no la conozco y no entiendo de lo que estás hablando". -"Es un regla que aprendí de chica en el colegio"..."-Yo en todos casos nunca oí hablar de eso". -"Ni yo". -"Me parece extraño". Todos dan vuelta la cara y siguen haciendo lo que no... y me quedo sola con mi empeño, mi deseo de recordar, y mi ruego. Además, estoy segura que me he convertido en una impresentable.
Eso es porque no hay poetas entre los profesores, querida hechicera; un poeta hubiera asentido sonriendo a tu pregunta, ¿a qué poeta no le deja subyugado un subjuntivo?, y le hubiera puesto rima asonante a tu memoria caprichosa, y seguro que te habría dado alguna clase de respuesta inútil que sin duda es la que buscas entre tanto tema útil inservible.
ResponderEliminarEl idioma francés tiene tantas de esas cositas que nos lo vuelve artísticamente complicado. Tenés razón diciendo que se necesita poesía, pero los poetas andan perdidos estos días, una pena la verdad, y somos en el trabajo una banda de profes cansados... Y si yo como ellos estoy exhausta quizás me quede un poco en el corazón de la capacidad de enamorarme o sorprenderme por esa lengua que emociona con sus acentos circunflejos...
ResponderEliminarHermoso fue encontrarte por aquí, un abrazo amplio y fuerte para tu mes de cumpleaños, Rosa...