viernes, 25 de mayo de 2012

Carré rouge!

Cuando vengan a pasear por Montreal, verán gente usando sobre la ropa un pedacito de tela roja que significa: damas y caballeros, estoy de huelga.

Para llegar a la universidad en el Quebec hay que estudiar trece años, seis años de primaria, cinco de secundaria, dos de "pre-universidad", para luego estudiar-si se lo desea- en una de las cuatro universidades de Montreal y/o en las numerosas otras localizadas por todo el Quebec. Los estudios universitarios, ellos, duran unos tres años para obtener el primer diploma: "Bachelor", antes del "Masters", dos años, y del Ph.D  o doctorado, que puede tomar un montón de años.


Los estudios primarios, secundarios y pre-universitarios pueden ser totalmente públicos, pagados con nuestros impuestos, (existen escuelas privadas en francés y en inglés, sin embargo). Luego la universidad, financiada por el gobierno (60%) y por el sector privado (22%) pide una contribución a los estudiantes del orden de $CAN 2 300.00 por año, tasa que varía según los estudios que se hagan, por ejemplo medicina pide más, historia, menos. En el Quebec no existen universidades privadas.


El gobierno provincial de Jean Charest, desea subir la contribución estudiantil, la parte individual, de un 75% en cinco años, llevando los $CAN 2300 a 4000, aproximadamente. Los estudiantes, representados por asociaciones estudiantiles, se han opuesto a ese aumento manifestando por la calles y pidiendo que en vez de subir la tasa escolar individual se examine más bien como estaban administradas las universidades, y pidieron explicaciones sobre la subida tan alta (¡75%!) exigida.


Ahora bien, el gobierno pide un aumento, es lógico que los estudiantes se opongan; como también se comprende que el gobierno frunza el ceño. Las asociaciones estudiantiles, del nivel pre-universitario y universitario,  que representan a 310 000 estudiantes sobre un total de 475 000, (20 000 para la universidad de Montreal) votaron la huelga. El gobierno no quiso ni al cabo de varias semanas replegarse y si algunas veces se encontró con los dirigentes de las asociaciones, no se llegó a ningún acuerdo. 


O sea que desde el mes de febrero, los estudiantes están manifestando, formando piquetes en frente de los colegios pre-universitarios o universitarios para impedir que entren los que quieren estudiar. No hubo, en tres meses, ningún desenlace a la crisis, ni voluntad verdadera de sentarse a una mesa y discutir con los representantes, quienes dicho sea de paso, son no solo coherentes, bien informados, pero absolutamente articulados en sus discursos y pensamiento. En realidad, fue la mejor sorpresa del conflicto: la inteligencia de la juventud y su capacidad a meterse en política con una soltura y aptitud impresionantes.

La mayoría de los Québécoisno se oponen a la subida de la tasa escolar, en Norteamérica las tasas académicas son mucho más altas, pero el gobierno incapaz de frenar el vigor estudiantil huelguista, se empecinó de una forma algo burra, rechazando cualquier tipo de negociación, trato, diálogo. Sólo ha pedido que los estudiantes terminaran el recreo y volvieran a estudiar.

Nadie, digo, nadie se imaginó que el conflicto estudiantil tomaría las proporciones que ha tomado y sobre todo se ha subestimado la determinación de los jóvenes.

Incapaz de manejar las complicaciones creadas por los huelguistas, las demostraciones en las calles del centro, los piquetes bloqueando la entrada de los centros de estudio, los enfrentamientos, los desbordamientos con la policía, la ministra de la educación renunció de su puesto sin llegar a resolver el conflicto. 


El Primer Ministro nombró a una ministra que redactó una ley especial, la ley 78, que dicta que se cierren los centros universitarios y pre-universitarios en huelga. Igualmente se declaran ilegales las manifestaciones de más de 50 personas por las calles sin haber dado con antelación (8 horas) el itinerario y los horarios. Hay más cositas, pero básicamente se volvieron  ilegales las manifestaciones espontáneas.

A los de aquí no les gustó que se les limiten sus derechos democráticos, es gente muy celosa de sus derechos y libertades. La gente llegó a la conclusión que el gobierno estaba manejando este conflicto de una forma irresponsable y que había ido demasiado lejos. 


Al día de hoy, en vez de ver a estudiantes por las calles gritando, ya en todas la manifestaciones participan padres, profesores, niños, sindicalistas, miembros de asociaciones, políticos, madres de familia, inmigrantes, músicos...  Se armó una que ni se dan cuenta. Se enfurecieron los del Quebec, la gente de la calle...

Los estudiantes cumplieron 103 días de huelga y 32 manifestaciones consecutivas nocturnas (además de las diurnas). Después de la aprobación de la ley especial 78, hay cada vez más gente en la calle desafiando el gobierno, gente y ¡cacerolas! Al ejemplo de Chile durante la dictadura de Pinochet, la gente se para en la calle a golpear con cucharas sobre cacerolas y hacer ruido. La policía ha arrestado desde el 18 de Mayo a unos 700 chicos dándoles multas, y varias horas de cárcel, además, claro, de muchos golpes abusivos.  


El centro de la ciudad de Montreal se ha vuelto en un teatro caótico de desfiles, seguidos por carreras de grupos de jóvenes perseguidos por la autoridad. Los noticieros pasan, por supuesto, a toda hora las barbaridades cometidas por los policías agotados, los porrazos, los accidentes, y las provocaciones juveniles de chicos que ya se sienten con una misión.
Montreal está dado vuelta. El gobierno, --al final, re-apareció --propuso encontrarse de nuevo con los dirigentes de las asociaciones, pero pidió tiempo para preparar las negociaciones. Mientras tanto, los chicos siguen saliendo y marchando por las calles del centro. Todas las noches.


Próxima etapa, varias personas han impugnado la ley 78 en la corte superior.


Una primavera caliente, sí.

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