sábado, 29 de marzo de 2014

África

Una hermosa sonrisa, pero la mirada algo esquiva. Su reserva me hace sentir completamente salvaje con mis gesticulaciones expresivas, la forma enfática que tengo de hablar y siempre explicar. Me hace sentir exagerada: lo que soy totalmente. Me abraza, hobe, dice. Hobe, es el abrazo que acoge, que saluda. Golpecitos en la espalda mientras los brazos te rodean completamente pero con distancia, es difícil de explicar. El país de las mil colinas. País hermoso, de lagos y vertientes suaves. Un país donde se baila y canta, sonriendo. Hablar con él es viajar, pasar a un mundo diferente, escapar del invierno maldito que nos tocó este año y respirar un aire más amable. Sentate, vas a comer como nunca. Ah sí ¿qué comeré? ¿Siempre preguntan tanto las argentinas? Ajá, somos preguntonas. -Nosotros no. -Y ¿de qué hablan si no preguntan? -De esto y aquello. -Y eso ¿qué es? -De nada, supongo, vos hablás todo el tiempo así. -Ajá soy de mucho hablar. –Bueno, pero ahora sentate, callate y lee. -Ok, digo sonriendo, lo intentaré. Trabajamos, comemos y voy aprendiendo las maneras suaves y educadas de los del otro lado… Qué cosa.

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