La noche de noviembre es comilona, se come el día de a poquito una hora a la vez. Llegamos al final del mes más infame con tan poquita luz que esta parece querer desaparecer por dentro de los árboles, por entre sus hojas, detrás de las ventanas. Mes oscuro, por favor . Por las calles la negrura es tan profunda que mi vista falluta no tiene por donde agarrarse. Siento los olores de las hojas mojadas, del piso húmedo, un olor que se mezcla a la niebla, al frío, al viento que se mete por dentro de la chaqueta frambuesa que me sirve de abrigo. Este año la falta de luz me resulta antipática. Hasta diría que me paraliza un poco.Ya me acostumbraré a vivir mitad de día mitad de noche. De momento, sin embargo, me paso las horas sin luz a leer metida en casa esperando que... no sé bien, esperando. Siento que será largo el invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario