domingo, 24 de septiembre de 2006

Preguntas del domingo

¿Qué pasa cuando estás sentada en un café parisino lleno de gente una linda tarde de domingo, sola, comiendo algo antes de entrar en el cine, y la gente de al lado, la mesa pegada a la tuya, conversa, y vos sin querer realmente, oís todo lo que dicen y te das cuenta que se ponen a hablar de cosas de las que vos sabés obviamente más que ellos? No han entendido como va la cosa, no es así ¿Qué pasa cuando surge una pregunta y vos conocés la respuesta?, ¿Intervenís? ¿te metés?, ¿contestás?, ¿te aguantás?, ¿no decís nada?, ¿comés con la respuesta quemándote la lengua?, hay más, ¿qué ocurre cuando alguien contesta, otro, un vecino sentado del otro lado, que se mete en la conversación con menos reparos y contesta mal. Responde errado. ¿Qué hacés?, ¿tragás atravesado el croque madame?, ¿te ahogás con la cerveza?, ¿te ponés a toser colorada por el deseo de aclarar y el miedo de molestar?, por timidez tal vez, o ¿le pedís al mozo la cuenta? Quizás pase que no puedas resistir las ganas de comentar y dejes sobre una servilleta, una nota, la respuesta y salgas disparando. No sé, ¿qué opinás?

3 comentarios:

  1. Me recuerda a Woody Allen en Annie Hall cuando está en la cola del cine y un tipo detrás aburre a otro con sus teorías sobre Marshall McLuhan y Woody Allen harto ya de que "le escupa en la oreja" trae al propio Mcluhan para que le diga "usted no sabe nada sobre mí". Te he linkado por si tú también quieres hacerlo. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Si en esa mesa había minas y puntos, seguro que uno de ellos te quería levantar. Y, sabiendo que vos sos erudita en ciertos temas, se puso a hablar macanas para llamar tu atención y después proponerte algo indecente. Vos has preferido el cine. Alpiste, perdiste, como dicen los chicos.

    ResponderEliminar
  3. Me has llevado de ganchito en ganchito con soplos de palabras, de un interrogante que abre a otro que cierra, más ligero que un confeti, che.
    Era difícil mantener en todo el texto el tono de la primera pregunta, he pensado: "empieza demasiado bien, decaerá"; pero no, vas un poco más arriba cada vez y sin esfuerzo aparente, con gracia eclosionante (luminosa me gusta más, pero suena tan cursi el adjetivo...).
    ¿Ves?, sólo tienes que soplar y salen, si acaso empinarte un poco (aunque después les saques pacientemente brillos y resplandores), para resplandecer como un fanal de lluvias y de luces. Pero, qué re bien tocas el piano, Inés.

    ResponderEliminar