Los proverbios chinos son de polvorilla. El sentido comun nos dice que si has de matar una mosca sobre la cabeza de un tigre, debes propinar un golpe tan violento que mate a la mosca y al tigre. Luego, la foto. Sin la mosca, para presumir bien.
Ese adagio me ha hecho recordar que a veces despertamos a la mosca que duerme apaciblemente sobre el tigre (que también duerme), solo para poderle pegar un tundazo y despertar al tigre. Sobre lo que pasa después, mejor no hablamos. Forma parte del morbo de despertar a la mosca, me imagino.
Ese adagio me ha hecho recordar que a veces despertamos a la mosca que duerme apaciblemente sobre el tigre (que también duerme), solo para poderle pegar un tundazo y despertar al tigre. Sobre lo que pasa después, mejor no hablamos. Forma parte del morbo de despertar a la mosca, me imagino.
Ese adagio me ha hecho recordar que a veces despertamos a la mosca que duerme apaciblemente sobre el tigre (que también duerme), solo para poderle pegar un tundazo y despertar al tigre. Sobre lo que pasa después, mejor no hablamos. Forma parte del morbo de despertar a la mosca, me imagino.
No sé, no sé, me parecen ustedes algo violentos. Por una parte, AV quiere matar al tigre para evitarle sufrimiento al que, asu vez desea matar a la mosca y HjorgeV, quiere encadenar una serie de eventos que solo pueden terminar mal, muy mal..... Mi intención al poner este refrán chino nuevoañero, era sacarles una sonrisa, y no que me maten a nadie, con puñetazos o como sea. Era más bien una recomendación de prudencia, más que nada...
El tigre, hermoso y fuerte, tercer animal en la astrología china, aparece en la leyendas chinas desde los primeros tiempos, o sea más o menos tres mil años; ganó su puesto de tercer animal en la astrología llegando detrás del buey, número dos, y de la rata, primera, luchando contra la corriente de un río al atrevesarlo en una carrera organizada por el Emperador de Jade, -- es una de las versiones tradicionales--, no se sabe bien nada de nada con respecto a los dioses taoístas, ni del origen de ciertas leyendas, pero, algunas son bonitas.
Miren esta: Un tigre, majestuoso y valiente, ha capturado un zorro en el bosque y se prepara a comerlo para su cena. El zorro, astuto, le dice sin titubear: - No me comas, soy enviado por el Emperador del Cielo para ser rey entre los animales. Lo pasarás mal si desobedeces las órdenes del Emperador Celestial.
Dado el pequeño tamaño del zorro, el tigre no presta ninguna atención a su jactancia. El zorro continua: - Si dudas de mis palabras, sígueme, vamos a dar un paseo por la selva. Verás cómo los animales huirán aterrorizados al verme.
El tigre accede a su pedido, curioso y divertido. Y al bosque parten los dos, el zorro delante, tigre detrás, siguiendo de cerca.
A la vista del tigre, todos los animales huyen en pánico. Luego, volviéndose hacia el tigre, el zorro, dice, triunfante: - Mira, todos me temen! Y el tigre de aceptar: - Cierto, gozas de un prestigio innegable. Cuando te ven, todos salen corriendo.
Me parece, Ines, que el tigre de tu leyenda china es un humorista educado en Eton.
No se si viene a cuento, quizas si: un gorrion cientifico que trabaja sobre un muslo un dia atrapa a una rana para utilizarla en experimentos conductistas. Coloca el gorrion a la rana sobre la apofisis del femur y ordena: “Salta!”, y la rana, alegre, salta. El gorrion, con aplomo academico, anota en su cuaderno: “las ranas comprenden el idioma y son obedientes”. Como el gorrion no esta seguro de la fisiologia de los batracios, corta la pata superior derecha de la rana y vuelve a colocarla sobre la apofisis. “Salta!”, ordena de nuevo el gorrion, y la rana vuelve a saltar. El gorrion, excitado por la buena marcha de su investigacion, anota en su cuaderno la distancia y la direccion del salto, todo bien adornado con esquemas y croquis. Lo siguiente es cortar la pata superior izquierda de la rana y repetir el experimento; como es facil de suponer, la rana vuelve a saltar obediente pero ya sin alegria. El gorrion mide, calcula, anota, dibuja diagramas prolijos en su libro de notas. La excitacion del gorrion sobre el muslo es indescriptible: siente que esta a un paso de un gran descubrimiento. Exultante y osado, el pajaro corta la pata inferior izquierda de la rana, vuelve a colocarla sobre la apofisis y repite su orden: esta vez la rana salta con mas impetu pero de un modo espasmodico, descontrolado, sin la elegancia de los saltos anteriores: el salto intoxicado de un impedido. El gorrion vuleve a medir y a anotar, a diagramar sobre el cuaderno y especular sobre el significado evidente de lo que ve. Llega, quizas, el momento de la verdad; el gorrion corta la pata inferior derecha de la rana, la coloca sobre la apofisis y grita con emocion apenas contenida: “Salta!”. La rana tiembla con la mirada perdida en la nada y no salta. “Salta!”, repite el gorrion. La rana cierra los ojos e, inmovil, se abstrae del mundo. El gorrion, henchido de la felicidad del descubrimiento, anota en su libreta: “Cuando a una rana se le corta la pata inferior derecha, la rana se queda sorda”. Es entonces cuando aparece el elefante…
Te recuerdo, Ines, que el elefante es el unico animal perfecto.
Los proverbios chinos son de polvorilla. El sentido comun nos dice que si has de matar una mosca sobre la cabeza de un tigre, debes propinar un golpe tan violento que mate a la mosca y al tigre. Luego, la foto. Sin la mosca, para presumir bien.
ResponderEliminarHola Inesísima:
ResponderEliminarEse adagio me ha hecho recordar que a veces despertamos a la mosca que duerme apaciblemente sobre el tigre (que también duerme), solo para poderle pegar un tundazo y despertar al tigre. Sobre lo que pasa después, mejor no hablamos. Forma parte del morbo de despertar a la mosca, me imagino.
Saludos desde Colonia
HjorgeV
Hola Inesísima:
ResponderEliminarEse adagio me ha hecho recordar que a veces despertamos a la mosca que duerme apaciblemente sobre el tigre (que también duerme), solo para poderle pegar un tundazo y despertar al tigre. Sobre lo que pasa después, mejor no hablamos. Forma parte del morbo de despertar a la mosca, me imagino.
Saludos desde Colonia
HjorgeV
Hola Inesísima:
ResponderEliminarEse adagio me ha hecho recordar que a veces despertamos a la mosca que duerme apaciblemente sobre el tigre (que también duerme), solo para poderle pegar un tundazo y despertar al tigre. Sobre lo que pasa después, mejor no hablamos. Forma parte del morbo de despertar a la mosca, me imagino.
Saludos desde Colonia
HjorgeV
Señores,
ResponderEliminarNo sé, no sé, me parecen ustedes algo violentos. Por una parte, AV quiere matar al tigre para evitarle sufrimiento al que, asu vez desea matar a la mosca y HjorgeV, quiere encadenar una serie de eventos que solo pueden terminar mal, muy mal.....
Mi intención al poner este refrán chino nuevoañero, era sacarles una sonrisa, y no que me maten a nadie, con puñetazos o como sea. Era más bien una recomendación de prudencia, más que nada...
El tigre, hermoso y fuerte, tercer animal en la astrología china, aparece en la leyendas chinas desde los primeros tiempos, o sea más o menos tres mil años; ganó su puesto de tercer animal en la astrología llegando detrás del buey, número dos, y de la rata, primera, luchando contra la corriente de un río al atrevesarlo en una carrera organizada por el Emperador de Jade, -- es una de las versiones tradicionales--, no se sabe bien nada de nada con respecto a los dioses taoístas, ni del origen de ciertas leyendas, pero, algunas son bonitas.
Miren esta:
Un tigre, majestuoso y valiente, ha capturado un zorro en el bosque y se prepara a comerlo para su cena. El zorro, astuto, le dice sin titubear:
- No me comas, soy enviado por el Emperador del Cielo para ser rey entre los animales. Lo pasarás mal si desobedeces las órdenes del Emperador Celestial.
Dado el pequeño tamaño del zorro, el tigre no presta ninguna atención a su jactancia.
El zorro continua:
- Si dudas de mis palabras, sígueme, vamos a dar un paseo por la selva. Verás cómo los animales huirán aterrorizados al verme.
El tigre accede a su pedido, curioso y divertido.
Y al bosque parten los dos, el zorro delante, tigre detrás, siguiendo de cerca.
A la vista del tigre, todos los animales huyen en pánico. Luego, volviéndose hacia el tigre, el zorro, dice, triunfante:
- Mira, todos me temen!
Y el tigre de aceptar:
- Cierto, gozas de un prestigio innegable. Cuando te ven, todos salen corriendo.
Besos a los dos.
Inés,
Me parece, Ines, que el tigre de tu leyenda china es un humorista educado en Eton.
ResponderEliminarNo se si viene a cuento, quizas si: un gorrion cientifico que trabaja sobre un muslo un dia atrapa a una rana para utilizarla en experimentos conductistas. Coloca el gorrion a la rana sobre la apofisis del femur y ordena: “Salta!”, y la rana, alegre, salta. El gorrion, con aplomo academico, anota en su cuaderno: “las ranas comprenden el idioma y son obedientes”. Como el gorrion no esta seguro de la fisiologia de los batracios, corta la pata superior derecha de la rana y vuelve a colocarla sobre la apofisis. “Salta!”, ordena de nuevo el gorrion, y la rana vuelve a saltar. El gorrion, excitado por la buena marcha de su investigacion, anota en su cuaderno la distancia y la direccion del salto, todo bien adornado con esquemas y croquis. Lo siguiente es cortar la pata superior izquierda de la rana y repetir el experimento; como es facil de suponer, la rana vuelve a saltar obediente pero ya sin alegria. El gorrion mide, calcula, anota, dibuja diagramas prolijos en su libro de notas. La excitacion del gorrion sobre el muslo es indescriptible: siente que esta a un paso de un gran descubrimiento. Exultante y osado, el pajaro corta la pata inferior izquierda de la rana, vuelve a colocarla sobre la apofisis y repite su orden: esta vez la rana salta con mas impetu pero de un modo espasmodico, descontrolado, sin la elegancia de los saltos anteriores: el salto intoxicado de un impedido. El gorrion vuleve a medir y a anotar, a diagramar sobre el cuaderno y especular sobre el significado evidente de lo que ve. Llega, quizas, el momento de la verdad; el gorrion corta la pata inferior derecha de la rana, la coloca sobre la apofisis y grita con emocion apenas contenida: “Salta!”. La rana tiembla con la mirada perdida en la nada y no salta. “Salta!”, repite el gorrion. La rana cierra los ojos e, inmovil, se abstrae del mundo. El gorrion, henchido de la felicidad del descubrimiento, anota en su libreta: “Cuando a una rana se le corta la pata inferior derecha, la rana se queda sorda”. Es entonces cuando aparece el elefante…
Te recuerdo, Ines, que el elefante es el unico animal perfecto.
Un beso de domador de femures.
a.v.
Yo por eso ya no quiero ser más tigre. Me despiertan, me pican, me golpean y, encima, me critican. En mi próxima vida quiero ser Inés.
ResponderEliminarHjV
Jajaja, me has sacado una carcajada, Jorge.
ResponderEliminarMe sigo riendo.
Un beso
Inés