Oigo las hojas secas de los árboles bajo mis pies cantar. Es la primera vez que piso el otoño, con pies descalzos. Me siento aturdida de sol, brisa y luz. Está tan maravilloso todo. Los árboles refulgen. Se entreveran los colores, entre amarillo y rojo, verde también. Cómo no amar el otoño, es tan bello. Despertó octubre con ganas de mayo, primavera de temperaturas e indecisión total. No hace frío. Sobre mis piernas desnudas, sin embargo, siento las hojas subir, crujir, bailar, hacerme cosquillas. No entendieron que no se fue el verano, que aquí sigue, oblicuo como la luz, sigue queriendo, al mediodía, sigue caliente, pero las hojas no se atreven, se caen y se despiden como el sol, más temprano
Qué cosa más extraña este mes de octubre que se toma por mayo.
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