miércoles, 28 de febrero de 2007

And i know that it's a wonderful world
but i can't feel it right now
well i thought that i was doing well
but i just want to cry now
well i know that it's a wonderful world
from the sky down to the sea
but i can only see it when you're here, here with me...

James Morrison

lunes, 26 de febrero de 2007

Mis besos robados, (primera parte.)

You can shake : just like it would shake a tree
The way you shake it : it's pleasing me
Just let me tell you : a thing or two
A plenty of people shake it : but not like you
Oh shake it : you know just what I mean
You are what I call : real shaking scene
Let me see you shake it : once more again
(Anna Bell, Shake it Black bottom).
(Puedes menearte como si fueras un árbol. Me gusta tu modo de menearte. Déjame que te diga que hay muchos que se menean, pero ninguno como tú.)


Ay ay ayss los carnavales canarios, po' Dios, una pasada colega. Una legítima pasada.


Qué llegas para los carnavales, mi niña, me dice Carmen por el teléfono, con risas en la boca y palabras redondas y musicales, y también sorpresa en los ojos, lo sé, la imagino, la veo, gran sorpresa, seguro: surprise Carmen! Allá voy. Más serían las sorpresas para Madame la comtesse que no tenía ni idea de carnavales, ya no existen por los parises. Mi primer carnaval, el descubrimiento de Canarias por la calle y los buenos modales palmenses. El viaje fue improvisado, de último minuto como todo lo que hago estos días, vivir el día al día, un viaje que tuvo el sabor de un beso robado, ¡vamos para los carnavales!

Le prometo que solo la molestaré un poquitín, yo voy allá a verla, oírla, caminar, rodearme de mar, bañarme de sol de lluvia, respirar de otra manera la ausencia de un felis silvestris catus ocupado a trepar un banco de nieve. Voy a conocer una isla perdida "un punto flotante del océano", donde todo es un montón de bonito, cerca de África, ay, ay, África, española, indiana y alegre. Voy porque puedo, quiero y porque me han invitado.

Parque de San Telmo, cerca de la estación de la guagua, Las Palmas de Gran Canaria.
-Oiga, señora, podría decirme como se llama este árbol.
-Ays, cariño, es que no lo sé. Ahora me doy cuenta de que no lo sé.
-Y usted mozo, ¿lo sabe?
-Yo no, pero ese de allá se llama drago, ese lo conozco.
-Sí, sí muy bonito, y las palmeras también. Pero estos ficus ¿no tienen nombre de por acá?
-Eso, así se llaman, ficus. Eso son.
-Y el casco viejo queda para allá ¿no?
-Sí, mi amor, derechito por Triana, ahí estás.
Cariñosos los canarios, nunca me sentí tan querida, y mi amor esto y aquello, mi niña por acá, cariño por allá ...

Las calles del centro están vacías, el mercado de Vegueta también, vuelvo a lo de Carmen, con mi palta, hay que prepararse para los Indianos, y no sé nada de carnavales, así que sigo sus consejos, la miro, la imito, no cuestiono, no hablo, me pongo prolijamente la ropa que me va dando, me siento como una niña preparando la primera comunión, nos ponemos blanco, de arriba abajo, sombrero, mochilas, bragas ajustadas, qué vamos a brincar, no queremos alocar a la población local, el cuerpo tendrá que expresarse, eso piensa la guiri, porque en un baño entrando la fiesta, dos chicas canarias comentaban justamente lo contrario: "que le pregunté a mi marido, que si se me veía la braga y entonces me dijo que claro, con semejante culo, es ahí que le respondí, entonces cariño: qué te cagas, porque bragas, no usaré" y la otra de contestar: "es que yo nunca las uso..., además con blanco se nota...", zapatos cómodos, botes de talco, chalequito para el viento frío de la noche. La noche está preciosa, bajamos entonces al casco viejo y nos juntamos a los miles de palmenses que llegan de todas las direcciones al parque San Telmo. Y cuando estamos todos reunidos somos una mar blanca, de todas las edades, formas, tipos, algunos disfraces son espectaculares, unas damas vestidas de belle epoque, hombres elegantes, otros maquillados, muchos muchos hombres de mujer, más allá: deportivos, chicas, chicos, niñas, niños, gente en plan cómodo, otros concienzudos, con mascarillas y gafas de natación. Todos tenemos el talco en la mano, listos, mirándonos, riendonos, cuando de repente la orquesta empieza a tocar y la mar se mueve, con gritos de entusiasmo, y una nube blanca nos recubre literalmente, hay tanto polvo que no se ve nada, el mar avanza hacia Triana y se baila, y se canta, música de carnaval. Qué ambiente, qué buen humor, estamos estupidamente felices de estar ahí echándonos talco sobre la cabeza y bailando en la calle. En algún momento me pongo a toser, no puedo respirar, me pican los ojos, pero con una sonrisa, se me acaba el talco, tenemos hambre, sed, ya, ¡vamos a comer!

Estamos sentadas casi en una esquina, enfrente del café donde pedimos papas arrugadas y calamares, está instalada una carroza lanzando música de los 70, 80, alguna cosilla nueva, y todos los indianos bailando sobre la vereda. Entre cerveza y cerveza, a menear, brazos alzados, cadera para allá, cadera para aquí, shake it baby, shake it well. Hemos comido, bailado, exagerado, hasta que se despidió la carroza, y nosotros pedimos la cuenta. Vamos a los chiringays y al parque Santa Catalina, a otro carnaval. Sí, señores, otro carnaval...

Segunda parte:

Se entreveran los colores, la multitud es densa, veo brazos, piernas, muslos, zapatos, axilas, pechos, bocas coloradas. No llego a distinguir más que pedazos de cuerpos, brillantes de sudor y maquillage de carnaval, nos metemos en la masa de gente en fila india, me agarro de la mano de Margarita o de Carmen, ¿sería la de Rosa? ya ni sé, no importa, nos seguimos, cerquita, nos aplastan hombres grandes, transformados y producidos, chicas que se ondulan al son de no sé qué música, llegamos más mal que bien al bar y pedimos cerveza. Qué rica es la cerveza. Estamos en el mogollón, dice Carmen. Dejamos un poco más allá el gran escenario donde escuchamos a un cantante tocando e interpretando ska jamaicano, sí, ska jamaicano, entre otras cosas; ya es tarde, hemos caminado cerca del mar, no lo veo sino que lo siento, hay mucha gente, mis compañeras me cuentan de carnavales anteriores, me dicen que por allá contra los árboles, a la mañanita, amanece gente abrazada. Miro los árboles imaginando las locuras de la noche, la liberación carnavelesca de los cuerpos. Faldas que se levantan, maquillage corrido por caras cansadas con gestos lentos y tiernos. Besos robados a la noche. Tengo la impresión de estar en un sueño, un sueño tranquilo un poco loco. Y veo delante de mí figuras blancas que se deslizan con sombreros de mimbre haciendo paso y asegurándose que estoy y sigo y veo y ... ay, ¡la parisina!. Floto, sí floto, con la sensación de estar bien, la gente no oprime, los colores no agreden, todos estamos juntos pero sin peligro, una gran fiesta al aire libre. Tomamos, paseamos, miramos, como un refrán repetido, una copla carnavalera, nos buscamos, no nos vayamos a perder, el laberinto es sorprendente, un collar de perlas por las calles, todo es nuevo para mí, se baila, se habla, la noche sigue tan amable. Dos hombres grandotes vestidos de mujer están tan estupendos, no resistimos la tentación de sacarnos una foto. Más lejos, cuatro otros están sentados como en una peluquería con ruleros en la cabezas y poses de mujeres secándose el pelo: ahora estoy segura de estar en un sueño. Y, más diablos, princesas, pájaros de la noche. Entramos en un lugar cerrado con música, queremos bailar, pero la gente está cada vez más apretadita y después de un rato salimos en búsqueda de aire y espacio, caminamos otra vez, contentas, tranquilas, miramos con curiosidad los disfraces de los palmenses que no se pusieron de blanco. Pienso que nunca he vivido algo así y lo disfruto. El carnaval de Gran Canaria, la atención de Carmen, sus amigas, la simpatía de los canarios consiguieron, una noche, refrescar el espectáculo del mundo para hacerlo un poco menos cansado, sino al contrario vital y musical, y todo, para acabarse el sábado, con unos fuegos artificiales sobre la playa, y una sardina llorada, que se quema en el mar... Qué lindo el carnaval. Qué lindo es ese punto flotante en el océano, qué linda es mi amiga.

domingo, 18 de febrero de 2007

Carnavales

Cuando regresan los Indianos

La ciudad se cubre de una gran nube blanca, batalla de polvos, para recibir a los de allá de vuelta acá, y todos bailaremos al ritmo del son, son, son. Caliente.

(ya les explicaré)


(la foto es de la WEB)

viernes, 16 de febrero de 2007

Madame est de Valence

Ganas de reírme un poco. Para ti, A.V.


Madame promène son cul sur les remparts de Varsovie
Madame promène son cœur sur les ringards de sa folie
Madame promène son ombre sur les grand-places de l'Italie
Je trouve que Madame vit sa vie

Madame promène à l'aube les preuves de ses insomnies
Madame promène à ch'val ses états d'âmes et ses lubies
Madame promène un con qu'assure que madame est jolie
Je trouve que Madame est servie

Tandis que moi tous les soirs je suis vestiaire à l'Alcazar
Madame promène l'été jusque dans le midi d'la France
Madame promène ses seins jusque dans le midi de la chance
Madame promène son spleen jusqu'au bord du lac de Constance
Je trouve Madame de circonstances

Madame promène son chien un boudin noir nommé Byzance
Madame traîne son enfance et change selon les circonstances
Madame promène partout son accent russe avec aisance
C'est vrai que Madame est de Valence

Tandis que moi tous les soirs je suis barman à l'Alcazar
Madame promène son ch'veu qu'a la senteur des nuits de Chine
Madame promène son regard sur tous les vieux qui ont des usines
Madame promène son rire comme d'autres promènent leur vaseline
Je trouve que Madame est coquine

Madame promène ses cuites de verre en verre de fine en fine
Madame promène les gènes de vingt mille officiers de marine
Madame raconte partout qu'on m'appelle Tata Jacqueline
Je trouve Madame mauvaise copine

Tandis que moi tous les soirs je suis chanteuse légère à l'Alcazar
Madame promène ses mains dans les différents corps d'armée
Madame promène mes sous chez des demi-selles de bas quartiers
Madame promène carosse qu'elle voudrait bien me voir tirer
Je trouve que Madame est gonflée

Madame promène banco qu'elle veut bien me laisser régler
Madame promène bijoux qu'elle veut bien me laisser facturer
Madame promène ma Rolls que pour suivre quelque huissier
Je trouve que Madame est pressée

Tandis que moi tous les soirs je fais la plonge à l'Alcazar
Madame promène son cul sur les remparts de Varsovie
Madame promène son cœur sur les ringards de sa folie
Madame promène son ombre sur les grand-places de l'Italie
Je trouve que Madame vit sa vie

Madame promène à l'aube les preuves de ses insomnies
Madame promène à ch'val ses états d'âmes et ses lubies
Madame promène un con qu'assure que Madame est jolie
Je trouve que Madame est servie

Tandis que moi tous les soirs je suis vestiaire à l'Alcazar
Madame promène l'été jusque dans le midi d'la France
Madame promène ses seins jusque dans le midi de la chance
Madame promène son spleen jusqu'au bord du lac de Constance
Je trouve Madame de circonstances

Madame promène son chien un boudin noir nommé Byzance
Madame traîne son enfance et change selon les circonstances
Madame promène partout son accent russe avec aisance
C'est vrai que Madame est de Valence



miércoles, 14 de febrero de 2007

Para mi valentín


Boca que arrastra mi boca.
Boca que me has arrastrado:
boca que vienes de lejos
a iluminarme de rayos.

Alba que das a mis noches
un resplandor rojo y blanco.
Boca poblada de bocas:
pájaro lleno de pájaros.
Canción que vuelve las alas
hacia arriba y hacia abajo.
Muerte reducida a besos,
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante
dos tremendos aletazos.
El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio.
Beso que rueda en la sombra:
beso que viene rodando
desde el primer cementerio
hasta los últimos astros.
Astros que tiene tu boca
enmudecido y cerrado,
hasta que un roce celeste
hace que vibren sus párpados.
Beso que va a un porvenir
de muchachas y muchachos,
que no dejarán desiertos
ni las calles ni los campos.
¡ Cuánta boca ya enterrada,
sin boca, desenterramos!
Bebo en tu boca por ellos,
brindo en tu boca por tantos
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos.
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos.
Hundo en tu boca mi vida,
oigo rumores de espacios,
y el infinito parece
que sobre mí se ha volcado.
He de volver a besarte,
he de volver. Hundo, caigo
mientras descienden los siglos
hacia los hondos barrancos
como una febril nevada
de besos y enamorados.
Boca que desenterraste
el amanecer más claro
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado:
Vida, Muerte, Amor. Ahí quedan
escritos sobre tus labios.


Miguel Hernández

Morus Alba




“El sol sale desde el valle Brillante, se baña en la poza de Xian, y descansa en el árbol Fusang. A esto se llama la ‘luz del alba’. Subiendo del árbol Fusang, el sol entonces comienza su viaje. A esto se llama el ‘destello emergente’. (Huainanzi, 3, XXV: 18A:10)

“Sobre el valle de Tang está el árbol Fusang. Ese valle es donde se bañan los diez soles… En sus aguas hay un árbol gigantesco. En sus ramas bajas alojan nueve árboles. Un sol en su rama más alta.” (Shanghaijing, 9/97a-b) “Cuando un sol llega, otro sol sale, todos ellos llevados por pájaros.” (Shanghaijing 14/65a-b)

(Dinastía Han)

El fusang es la morera (Morus alba), el árbol del gusano de seda.

viernes, 9 de febrero de 2007

La peluquería

Sus dos manos firmes sostienen mi cabeza, me estremezco de repente pensando en el poder que tiene sobre mí esa muchacha teñida de rubio masticando chicle. Mira mi pelo con asco. "Oiga, que maltrato le estuvo dando a este pelo, parece rescatado de un campo de concentración, si me permite la comparación". ¡Epa! la niña ha estudiado historia, lo que hay que oír, no contesto, siento que le diré una barbaridad, entonces...: "Es que no me ocupo bien de mi cabello, muchos chicos, poco tiempo, esas cosas". El ruido de la peluquería aturde, voces, música pop sonando fuerte, secadores, teléfono, gente; siento que estoy entregada y que puede hacer de mí lo que le guste. Mi cabeza, mi pelo, mi apariencia para los próximos meses entre sus dedos. No presta atención a mi excusa y continúa, "está perdiendo pelo usted, ¿no?" -"Bueno, es invierno, es normal creo, eso me dijeron". -"Es normal, sí, en otoño, pero está perdiendo mucho pelo. Estará muy estresada", mi comadre sicóloga no deja de sorprenderme. "¿Come carne? " lanza mirándome a los ojos por el espejo. -"No mucha, no". -"¡Ah!lo sabía", dice feliz, "es eso, le falta hierro". Los talentos de esta mujer me dejan muda. La apariencia, la salud mental y mi sangre: todo me examina. Bueno, por lo menos me mira. Y me miro yo, siempre voy a la peluquería cuando ya no tengo elección, el último intento de salvar lo que veo en el espejo, pero sé que es más, vine a buscar más, ¿consuelo? qué me mimen un rato, acariciándome el pelo, mejorando el corte, dando fuerza, ya que yo no la tengo. Y yo le digo como siempre digo: "no me corte demasiado, las puntas por favor". Y dejo que mi mente se pierda entre sus dedos. Será eso que vine a buscar, un ambiente cálido, una sicóloga y dietista, ya dentro de poco me comentará la última barbaridad de la semana televisual, y estaré asintiendo con la cabeza, qué no se vaya a disgustar conmigo, estaré de acuerdo con todo, juro... Además, vine para que me suban el ánimo, no para hacerme una enemiga. Me siento pequeña, frágil, pero saldré un poco mejor, linda y peinada. Hoy temprano me miré en el espejo y pensé, no mujer, así no podés seguir, a ver querete un poquito, arreglá esa melena que no tiene forma, ni gracia, vamos. Pensé en los árboles que abrazo en mi jardín, bueno, esa es una otra historia, o quizás el comentario inocente de Benja: "es que ya sos mayor, mamá." No no, no es eso, es que me toca, dos veces al año, en momentos de cambios, de preparación, sí eso es, preparo mi aspecto a un momento diferente. Necesito marcar el cambio, mi vida ahora presa en un torbellino de posibilidades. Y saldré divina y me llamarán diosa, y caminaré por la calle tal Sophie Marceau, tan linda ella, la nariz levantada... y cantaré para que me oigan, descaradamente: "aujourd'hui, j'ai rencontré l'homme de ma vie... oh oooh oh ohhh" como Diane Dufresne, con ese acento tan de ella, y la gente me verá y aplausos resonarán con risas y buen humor...
"Son cincuenta y ocho euros, por favor"." ¿Puedo hacerle un cheque?"

sábado, 3 de febrero de 2007

Poli

(foto de Steve y Paulina McLean, Chile)

Mi hermana no escribe cartas, tampoco escribe versos. Apenas si habla, cuando tiene algo que contar. Algo fuera de lo normal. Le escandaliza la normalidad en el discurso, porque en ella vive, o, se muere, ¿para qué compartir? Todo lo lleva por dentro. Respetuosamente. Entre los pulmones y el corazón. Un bosque con volcanes y mar, sí, con mar. En sus ojos negros, inmensos y bellos, a veces se los ve: verde, materia en ebullición, marea, olas. Su boca callada, su pluma posada. Un eterno cigarrillo en la boca, ella vive en silencio. En su casa, no se encuentran versos en el cajón de la cocina, no te invita para charlar, cuando te invita a comer, su comida habla de amor, de auxilio, de poesía. Mi hermana no escribe cartas, canta con voz grave y triste, se ríe con risa exagerada, escucha con paciencia, y cuando te dice que piensa en vos, se lo crees.