viernes, 30 de enero de 2009

Día 2


Sonia se quedó mirándome un momento en silencio.

-Qué pasa, ¿se corrió mi lápiz de ojo?
-No, no, no es eso.
-¿Entonces?
-Se supone que somos viejas, ¿no?
-¿Viejas?, sí, grandes, ¿no?
-Pero yo te veo igual, igualita, Inés.
-Porque me conoces, no me ves, pero acepto el piropo.
-No es piropo idiota, las mujeres de nuestra edad son grandes, como decís vos, y yo no te veo vieja.
-Sonia, me conocés desde los quince, sí he envejecido.
-Pero te movés igual, tus gestos, tu forma de caminar, te movés como una joven. Tu cara está igual. Más flaca, quizás, tenías mejillas redondas de niña.
-Ah, ¿por qué habría cambiado la forma en que me muevo?
-Porque somos viejas.
-Sonia, somos errores de la naturaleza, nosotros hemos zafado y no envejecemos, es así y punto.
-Eso debe ser. Sí, eso debe ser.
- ...
-¿Vos me ves vieja?
-¿Yo? No, Sonia, en absoluto.
-¿Frikies?
-Sí, sí, Sonia.
-Bueno, nena, este local apesta, tanto ruido, tanta gente gritando y haciendo ruido, ¿nos vamos?
-Te lo iba a decir. Vamos. No me oigo ni a mí misma, además tengo hambre...
-Un lugar tranquilo, ¿qué te parece? Una copa de vino y a la cama, ¿sí?
-Excelente idea, amiga, dejemos a estos tipos gritar en paz.
-Ay, Inés, ¡estamos viejas!
-Sí, Sonia, es oficial.
-Y bueno, ¿qué se le va a hacer?
-Nada, querida.

Salimos del boliche corriendo como dos pendejas, riéndonos.

miércoles, 28 de enero de 2009

Día 1




Cuando pega el viento y cae la nieve como hoy no hay que extrañarse de vivir en un país donde la gente no alza la vista cuando anda por la calle. El frío pero sobre todo el viento nos vuelve algo hoscos. Presa en mi mundo autista yo también, pensé que paso a paso el camino se va haciendo, y sí no hay elección, no se mira adelante ni atrás, solo el camino con talones hundidos impulsando el cuerpo, en un paseo solitario; también pensé que tengo que cuidar de mi elección de botas. ¡Cuánto se las mira!Un paso tras el otro. Así es.

domingo, 18 de enero de 2009

Indignación

Más de 1.300 palestinos, de los cuales 410 niños, han sido matados y 5.300 otros palestinos, de los cuales 1.630 niños, han sido heridos en tres semanas de conflicto.





Dicen que los israelíes están satisfechos.


Fotos, AFP, 2009

miércoles, 14 de enero de 2009

Calor


"To be alive is to undo your belt and look for trouble."




"When a man is full, what can he do: burst?"

martes, 13 de enero de 2009

Cortina de brim caipora,
Com teia caranguejeira
E enfeite ruim de caipira,
Fale fala brasileira
Que você enxerga bonito
Tanta luz nesta capoeira
Tal-e-qual numa gupiara.

Mário de Andrade, (Lundu do escritor difícil)


Pensamos a menudo en nuestra baiana preferida que se quedó en París, dejándonos huérfanos de su sonrisa y su voz por la casa, cuando cantaba a toda hora del día; una garota de ojos negros, movimientos rápidos y presencia discreta. Adriana es energía y timidez al mismo tiempo, con un cariño por nosotros que salía torpe y a borbotones. Una sombra veloz que llegaba cargando sobre su cuerpo menudo un montón de libros de la universidad y que nos saludaba risueña: oi, oi, minha gente, como foi o dia; Inês, se vai poder me ajudar com o trabalho de inglés? antes de desaparecer a su cuarto donde coexistía música y televisión, calor y sombra. Era también un idioma suave y melódico, todos los días, que se evaporó y que extraño de una manera sorprendente, y que ahora solo encuentro en algunas canciones agridulces. Su presencia era el contrapeso que me aligeraba la existencia. Era mi hija mayor--como si la vida se hubiera extraviado entre Argentina y Europa--, una chica que se sintió en mi casa como en su casa, porque fue su casa, cambiando los muebles de sitio cuando se le antojaba, re-acomodando los cajones de la cocina, "Adriana o qué que você fiz com os talheres ? Meu Deus menina, você e sua manía de mexer com a cozinha!", talando la enredadera que cubría la pared y llegaba hasta la ventana del cuarto de los chicos, pero con jeitos tan capaces que todo con ella parecía fácil, una hija agregada durante cinco años, cómplice de Emilia y golera predilecta de los varones. La echamos de menos, sí, mucho, pero nosotros sabemos qué tienen las bahianas, ¡eh!




Tem graça como ninguém.

viernes, 9 de enero de 2009

(foto de Le Monde)
Franja de Gaza, Enero del 2009

"La politique est une guerre sans effusion de sang et la guerre une politique sanglante."
Mao Tsé Toung


(Y esta vez hay mucha, mucha sangre)



No entienden que una guerra siempre se pierde. Y ¿ahora qué? Sangre, masacre y odio. No se hace la guerra para deshacerse de la guerra.

Il neige, amour

Tengo un sueño recurrente: estoy durmiendo y me tengo que despertar. Mi cabeza funciona ya en la realidad pero no puedo abrir los ojos, y todo lo siento, lo oigo, lo huelo y, diría, lo intuyo, pero a pesar del esfuerzo enorme que hago no puedo ver, me tiemblan los párpados, se niegan a abrirse, y lucho. "Ya se abrirán, falta poco, ¿qué me pasa?", pienso en el sueño, qué raro porque ya estoy hablando y pensando. Y luego despierto. El libro de Elías Canetti, Auto de fe, me lo recordó. Todos los personajes son ciegos, una ceguera generalizada. Como en mi sueño, no ven, viven en un mundo sin salir de sí mismos, imaginándose la vida detrás de párpados cerrados. Un libro brillante, dramáticamente cómico, una locura excéntrica y delirante. Maravilloso. He comenzado el año pensando en lo que te había podido gustar del libro en tu juventud: será su lado quijotesco, le tienes debilidad al Quijote y a su mundo; Kien, el personaje principal, flaco, alto, sale a caminar, no monta su rocinante, pero bien hubiera podido, choca contra un hombre que apenas percibe y lo incomoda, ni siquiera se da cuenta de que es él quien lo empujó, jamás podrá abrir los ojos, ¿para qué? Vive en otro mundo, el mundo de su majestuosa biblioteca, la mayor biblioteca privada del país, y así se suceden fábulas delirantes, personajes pintorescos, grotescos, terribles que se cruzan y nunca se ven. Yo sí los abro, veo y vivo en la realidad, esa que niegan todos en Auto de fe, vivo también el amor, ¿te diste cuenta como en el libro el amor no existe? Es destrucción, ceguera, vicio, violencia, impulsos nefastos... Para mí el amor desde diciembre es blanco, fresco y abundante, como la nieve que me rodea. Tanta nieve, amor, tanta nieve que el camino ya no es un camino, el país es invierno, eso lo dice el poeta, un poeta de aquí que no puede más que hablar de invierno y blancura, espacios extensos sin límites ni frontera. La nieve lo cubre todo, se vuelve la realidad más constante, más sólida de la vida; para salvaguardar lo humano aquí hay que saber dominar el invierno, ser más humano, más cálido, más fuerte, más todo, con vehemencia, con ardor, con coraje. La vida es una aventura cotidiana, salir requiere decisión, luchar, otra vez. Un paseo corto desde mi casa hasta un restaurante ruso, se vuelve una excursión, con copos copiosos, ligeros, nos tornan el camino intrépido. Caminar los dos, rodeados de un mundo al revés, solitario y enajenado, propicio a nuestro ritmo, sentarse en ese local vacío y tomarnos una copita de vodka, comer como si no hubiera mañana y mirarse a la luz extraordinaria de la nieve, es ser feliz. Ah, cómo deslumbra la nieve. Yo no soy ciega, si acaso en sueños, pero estoy deslumbrada. Casi da vértigo, pero este vértigo, con su fuerza insoportable, es una delicia infinita. Así como el amor, desesperantemente intenso, injusto, y formidable. Yo aquí en invierno estoy feliz, en la nieve. Sin embargo, la nieve no es mi país, no, mi país es tu cara, tus manos los caminos, y tu mirada mi vida.