Mamá no quería que Trini esté muerta. Quería, como decían muchos, que esté viva en otro país, ¡si la habían visto! Mamá tenía la imaginación optimista. Sabíamos todos que estaba muerta, pero no había cuerpo, evidencia, la verdad. Ahora, me alegro que no haya sabido que estaba, desde hace tanto tiempo, en un pozo oscuro. No le hubiera gustado imaginar a su prima hermana, metida ahí cuando podía estar viva y apareciéndole a algunos por allá. El golpe de haberla descubierto al fin duele, ya. Se terminó la historia. En un pozo están sus huesos. Falta descubrir cual fue su participación en esa época, para que estas bestias resolvieran matarla.

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