martes, 28 de diciembre de 2021
"Las apariencias son hermosas en esta su verdad momentánea" Octavio Paz.
¿Te
interesa el interior de mi casa y crees entender quién soy? Lo que ves corrobora
la idea que tienes de mí; ajá, estás analizando, juzgando lo que crees entender.
Sin embargo, cuidado: las apariencias son tramposas. Empezando por tus ojos que
vienen cargados de tu historia, tus impresiones, tus gustos; mi casa en tus
ojos habla más de ti que de mí, ya que solo puedes ver lo que reconoces. ¿No te
parece?
¡No!
¿No? Por
qué no, si uno ve el mundo a su imagen, vamos, es una evidencia. O crees en esa
tontería de la objetividad.
Simplificas
demasiado.
Quizás.
Tu casa
muestra un gusto por los recuerdos.
Ah, ¿y?
Tu pasión
por tus hijos.
Uy qué difícil
adivinar eso…
Te gustan
los libros
Jajajaja,
ya para, por favor, no sabes nada de nada y ni lo intentes
Al mismo
tiempo eres injusta, has elegido cada objeto, los pones a la vista, los
declaras al mundo: las fotos, los cuadros, los colores que eliges hablan de ti.
Son las cosas que te importan, detrás de cada cosa brota tu inconsciente.
Te dije que
pararas, me vas a matar de la risa. Por supuesto que cada cosa que se encuentra
en mi casa es mía, sin embargo, lo que digo es que crees saber quien soy. Lo vi
en tu mirada. Eso no es verdad. Una persona, aunque esté vestida, puede ser
otra de la que imaginas. Eso digo simplemente.
O sea que si entiendo bien, dices ¿que uno solo vive de ilusiones?, y lo que veo
y creo entender de ti es mío o soy yo, ¿algo así? Al final, resulta que las apariencias son infinitamente más deliciosas
que la realidad.
Has cambiado por completo lo que quería decir pero vale, olé, ...
lunes, 20 de diciembre de 2021
Alejandra
Cerraron las milongas. Se acabó el tango de momento. Nuevamente, estamos acorralados por el maldito bicho. Me senté en la compu buscando un airecito que rondaba por la cabeza y oí este de Troilo y letra de Ernesto Sábato. Me pilló desprevenida y me hizo pensar muy fuerte en un amigo. Se lo dedico.
He vuelto a aquel banco del Parque Lezama.
Lo mismo que entonces se oye en la noche
la sorda sirena de un barco lejano.
Mis ojos nublados te buscan en vano.
Ahora, tan sólo, la bruma de otoño,
un viejo que duerme, las hojas caídas.
El tiempo y la lluvia, el viento y la muerte
ya todo llevaron, ya nada dejaron.
Qué siga la fiesta, aunque solo en la cabeza.
miércoles, 1 de diciembre de 2021
Desde el pasillo le grité, uy qué mala...
Sus cartas
empiezan por la primera frase de los distintos capítulos del libro que me prestó
y del cual me habló con un entusiasmo infantil muy poquito tiempo después de que
nos hayamos conocido. Un buen libro por otra parte. Pretendía establecer un código secreto entre nosotros.
Pero me reí tan fuerte que casi se enoja. Le pregunté: ¿recordame tu edad?
¿Uy, por
qué te reíste? Supongo que quería establecer intimidad y vos te reís. A mí me
parece algo simpático.
Vos sos
totalmente literaria, pero yo no, pibita. Por favor. Sabes que me dijo cuando
le dije que no creía que nuestra historia funcionaría.
¿Qué?
Me dijo que
la separación formaba parte de una historia de amor.
Mi amiga seguía riendo tan fuerte que no se dio cuenta que me me había ido de su aula y desde el pasillo le grité nuevamente, ¡ uy qué mala, che !