Sus cartas
empiezan por la primera frase de los distintos capítulos del libro que me prestó
y del cual me habló con un entusiasmo infantil muy poquito tiempo después de que
nos hayamos conocido. Un buen libro por otra parte. Pretendía establecer un código secreto entre nosotros.
Pero me reí tan fuerte que casi se enoja. Le pregunté: ¿recordame tu edad?
¿Uy, por
qué te reíste? Supongo que quería establecer intimidad y vos te reís. A mí me
parece algo simpático.
Vos sos
totalmente literaria, pero yo no, pibita. Por favor. Sabes que me dijo cuando
le dije que no creía que nuestra historia funcionaría.
¿Qué?
Me dijo que
la separación formaba parte de una historia de amor.
Mi amiga seguía riendo tan fuerte que no se dio cuenta que me me había ido de su aula y desde el pasillo le grité nuevamente, ¡ uy qué mala, che !
No hay comentarios:
Publicar un comentario