-Creo que lo voy a dejar.
-Uy, pero me parecía a mí que estaban bien, ¿hace cuanto ya: un año, dos?
-Sí, sí, nos
va bien, pero ...
-Pero ¿qué? Piénsalo antes de hacer macanas.
-Empecé a
notarle los defectos.
-Todos los
tenemos.
-Sí, pero
sus cualidades compensaban sus defectos, y ahora sus defectos resaltan más que
sus cualidades.
-Lo conozco
poco, pero me parece un tipo compañero, amable, fiel, recto, con un alto
sentido de la justicia.
-Sí, es
verdad, todas esas cosas son verdad, es más, no es ni egoísta, ni cruel, ni
irresponsable, esas cosas feas. Todo lo contrario. Es un hombre tranquilo y muy
bien, trabajador…
-¿Entonces?
-Me aburro.
-¡Ah!
-Y, sí.
-Oh, ¡sos de
terror vos! ¿no?
-Ya.
No hay comentarios:
Publicar un comentario