sábado, 19 de mayo de 2007

Desayuno


Mientras amanecía, comí mis primeras cerezas. De allá venía el sol. Por allú se iba. Esas cosas del este y el oeste. Las cerezas estaban rojas y jugosas y en la boca, sabían igualito a besos mañaneros, o palabras de amor. Sí, palabras de amor. Ay, ¡qué rico el desayuno!

2 comentarios:

  1. = necesito tres árboles de cereza

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  2. :)

    Todos necesitamos montañas de cerezos....

    Besos Inés. Bontia fotografía y bonitas palabras.

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