


Richard Serra, (1939, San Francisco), es un escultor minimalista estadounidense conocido por trabajar grandes piezas de acero corten.
Presentan su obra en el MoMa (Museum of Modern Art) en Nueva York
Richard Serra Sculpture: Forty Years
June 3–September 10, 2007
New York es una ciudad que no le permite confianzas al visitante primerizo, especialmente si llega en barco a plena luz del dia, o usando cualquier otro medio de transporte durante la noche. La ciudad te recibe erguida e indiferente. Lo cuenta Celine a la perfeccion en su Viaje al fin de la noche, al describir su vision de la ciudad desde el barco:
ResponderEliminar“Nueva York es una ciudad de pie. Ya habiamos visto la tira de ciudades, claro esta, y bellas, ademas, y puertos y famosos incluso. Pero en nuestros pagos, verdad, estan acostadas, las ciudades, al borde del mar o a la orilla de rios, se extienden sobre el paisaje, esperan al viajero, mientras que aquella, la americana, no se despatarraba, no, se mantenia bien estirada, ahi, nada cachonda, estirada como para asustar.”
Manhattan lleno de salvadores de almas y repartidores de biblias. Camino del MoMA el desfile del orgullo Boricua corta la Quinta Avenida y dificulta el paso al lado Oeste. Olores de fritanga, salsa musical, cuerpos: la apoteosis de la teta. Hay algo de nino hambriento en el gusto exagerado de los estadounidenses por los pechos gigantescos. Es ese guto por lo descomunal lo que justifica en cierto modo la obra de Serra. Sus creaciones son simples como planchas y bloques de metal abandonados en una fundicion, no le interesan las formas que se esconden en el hierro, ni las posibilidades plasticas que ofrecen los nuevos materiales industriales; lo que quiere es un tamano que sea dificil de contener en un edificio, salir a la calle o al campo y que sus bloques se mezclen con el paisaje modificandolo. En la exposicion del MoMA hay espirales de hierro gigantescas creando espacios que el visitante puede recorrer como si fueran un laberinto, el pasillo del metro elevado a la categoria de espacio artistico. La actitud de Serra ante la escultura es la de un escaparatista que quiere decorar el campo.
Daniel fue tajante: esto no es arte, me dijo. Bien. Lo mas hermoso que vimos fueron las piernas de la mujer del vestido verde. Las piernas y la mujer, incluso el vestido verde, tambien estaban en el museo mezclandose con los hierros de Serra pero, a pesar de su belleza, tampoco son arte.
Creo que el misterio esta en algo que hay en tu forma de mirar las cosas, Ines.
"Big is beautiful", is big beautiful?, big is powerful, power and beauty, beauty of power, big is scary, big is out of this world, a bigger world, what about beauty? Beauty and art, art and beauty, big and art, art is big, is "big" art?
ResponderEliminarNo sé si estuviste en la catedral de Santa Cecilia de Albi, Antonio, yo caí enfrente de la gran dama por casualidad, perdida en auto por Francia y deseando comer alguna cosa un mes de Mayo caliente. Entré en la ciudad sin saber bien por donde iba, cuando encima de una roca aparece monstruosamente grande un edificio gótico meridional amarillo, con ventanas finas altas, una fortaleza inmensa vertical, tan tan vertical, una forma austera, casi rectangular, lisa, inexpugnable, un monstruo alto. Uno solo se puede quedar mirando mudo. ¿Y esto? pensé en voz alta, una señora a mi lado me dijo: "esto señorita, es la demostración del poder de la iglesia en país cátaro, es el mayor monumento de ladrillo del mundo, es una iglesia, una fortaleza, es el rigor del arte arquitectónico a la defensiva. Pero, no se sorprenda ahora, entre entre y verá." Tardaron dos siglos en terminar Santa Cecilia, del 1200 y pico al final del 1400. Masiva y contrastada la iglesia, impone, casi diría que te hace arrodillarte por su tamaño, por la suntuosidad de la decoración interior, italiana y holandesa. Me acuerdo haber pensado: "big is mighty, high and mighty."
Singapur 2001, a su derecha, decía el taxista, están la torres más altas de la ciudad, OUB Center con 280 metros y Republic Plaza. Claro, dije yo, en Asia están particularmente conscientes de la necesidad en obtener una gran cantidad de superficie útil en un espacio reducido, me miró el taxista sorprendido, no replicó, también es nuestra fuerza económica, nuestra riqueza, ¿no les parecen bellos estos rascacielos? ¿A usted le parecen bellos? Oh sí, bellos y poderosos, como Singapur. Ah, dije.
Quién imaginaría a París sin la torre Eiffel, yo le tengo un gran cariño, me despierto y de mi ventana la veo elevarse por encima de la ciudad, allá lejitos que está, ahora que la iluminan de noche, aparece su estructura de hierro centelleando cada hora recordándonos de su presencia, ubicándonos, claro que no se la considera como una obra de arte, es una referencia inmutable, innegable, ¿es bella? ¿Importa? Debía de ser útil, Gustave Eiffel pensaba que se la podría usar para calcular la resistencia del aire, o como centro de observación meteorológica, tenía que ser una construcción señalizando la Exposición Universal de 1889, el arco de la entrada, tenía que tipificar el "savoir-faire" de la ingeniería francesa, la edad del hierro al final de la revolución industrial, debió de haber sido desmontada al cabo de veinte años, y ahora es un monumento que seis millones de personas por año visitan, suben, admiran, el lugar por donde todos los turistas se dan una vuelta, se sacan fotos, debajo de la cual se besan, la torre más famosa del mundo, y la más reconocida. Tan famosa como la ciudad de Nueva York y sus rascacielos, tantos son que apenas baja la luz, una ciudad perpendicular, alta, erecta, gris. Sí Antonio como dice Céline: una ciudad de pie, "debout" en francés. Todo es grande, alto, la ciudad que fue la más poblada del mundo en los años 20, impresiona, hasta el día de hoy. Y viene Serra con sus obras gigantescas, en una lógica americana, monumental, de acero, que se admiran en museos hojas o caracolas... It´s so big, very big. Me parece que me fiaré de Daniel. Me gusta conversar con vos, Antonio.
Besos artísticos