El polo norte tiene nombre y se llama París.
La casa está en un estado lamentable, el pasto hasta por las rodillas, y la heladera vacía. Joder, pensé en español, (he aprendido mucho español), me parece que solo me fui unos días, y vuelvo a casa y ¿ha pasado un mes? ¿Un año? Una vida. Explicaciones posibles piensa Inés, la del corazón suspendido: ha llovido una cantidad incalculable y la naturaleza agasajada de agua se siente pródiga. Segunda explicación: he calculado tan pero tan bien la comida que ha sido perfecta la cantidad que había comprado para la semana. Llegué yo y se terminó. Hay milagros que no se explican, se agradecen nada más. El revoltijo doméstico una forma original y diferente de recibirme, un "¡sorpresa, mamá!". Desde que volví anoche ando muda. Citas médicas, clases, una cena esta noche, compras, trámites administrativos importantes: voy a empezar despacio. Hace frío, el calor se quedó allá, el sol, la luz, llueve, y quedan pendientes un medio millón de cosas que tengo que hacer y es miércoles.
La casa está en un estado lamentable, el pasto hasta por las rodillas, y la heladera vacía. Joder, pensé en español, (he aprendido mucho español), me parece que solo me fui unos días, y vuelvo a casa y ¿ha pasado un mes? ¿Un año? Una vida. Explicaciones posibles piensa Inés, la del corazón suspendido: ha llovido una cantidad incalculable y la naturaleza agasajada de agua se siente pródiga. Segunda explicación: he calculado tan pero tan bien la comida que ha sido perfecta la cantidad que había comprado para la semana. Llegué yo y se terminó. Hay milagros que no se explican, se agradecen nada más. El revoltijo doméstico una forma original y diferente de recibirme, un "¡sorpresa, mamá!". Desde que volví anoche ando muda. Citas médicas, clases, una cena esta noche, compras, trámites administrativos importantes: voy a empezar despacio. Hace frío, el calor se quedó allá, el sol, la luz, llueve, y quedan pendientes un medio millón de cosas que tengo que hacer y es miércoles.
Hank, me has hecho reírme con tu comentario. Entró en ese momento Adriana en el escritorio y estuvimos recordando el mes de agosto. No, me dijo, ellos tuvieron más calor. ¡¡Imaginate!!Ya sé que soy alguito exagerada, pero esta vez es polo norte, en serio. Miro por la ventana, y veo que hay pinta de querer largarse a llover. Bien, me voy a cortar el pasto, un abrazo.
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