martes, 3 de julio de 2007

Esquisse de réponse

Para Marta Inés y Antonio


Una buena frase larga es como una escultura de Fernando Botero, rotunda, calmosa, una gordita que respiraría hondo y despacio, es sutil y compleja, un período amplio; de la misma manera que a la figura, hay que admirarla y degustarla lentamente,y sobre todo verla vivir, ver como sus formas y significados cambian de matiz cuando el ojo se detiene sobre sus puntos de unión, ah, las trabazones esenciales al ritmo, al color, al sabor, que con un mínimo de habilidad e ingenio de la parte del escritor pueden llegar a hechizar al lector, transportarlo, e igualmente dar una armonía al texto que solo se entiende, repito, si se sabe mirar a una obra de Botero. Redonda y cambiante, la frase larga no sale disparando, está sentada, echada quizás, tomando su tiempo para estirarse, extenderse y llenar la página, todo el espacio, hay que imaginarla tomar cuerpo, un cuerpo boteriano, insisto: la belleza de un hombro, una rodilla, la fuerza de la espalda, el candor de la nuca. Las partículas unitivas, las conjunciones complejas o sencillas, son lo que permitirán el equilibrio y el sentido, las sutilezas de las curvas en el tiempo, momentos adelantados o pasados, alumbrando una cara de la frase, oscureciendo otra. Una frase larga, si está bien escrita es una creación complicada, pero cuando sale bien es algo así como arte. O sea que ¡a trabajar!

3 comentarios:

  1. Ines, quiero despojar de longitud a la belleza de la frase larga. Don Marcelo Plomillo, el pensador detallista, sostenia con la conviccion del creyente que para describir la hermosura de una ballena son necesarias muchas mas palabras que para describir la de una sardina; de igual modo, era su opinion que para narrar el descenso de un hombre por una escalera hay que adecuar el numero de paginas al numero de peldanos, a la manera de Robbe-Grillet. Esta linea de pensamiento nos lleva a Marcel Proust, gran aficionado a describir prolijamente ballenas empolvadas, especialmente si son de sangre azul: la frase larguisima consagrada a la perdida del tiempo buscando el tiempo perdido. Hay escritores de frase larga a la manera de las gorditas de Botero, me encanta la analogia, Faulkner es un ejemplo evidente. Pero hay frases largas que dan la sensacion de ingravidez, que crecen sin volumen morbido extendiendose hacia arriba como una escultura afilada de Giacometti, su peso sostenido tan solo por la base reducida de lo musical del lenguaje o el pensamiento. Conozco a un argentino que sabe mucho de esto. Me llevas el apunte?

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  2. Me gustan las frases largas. Aunque a mí no me salgan. Debe ser difícil trabajarlas, digo, aunque no tengo experiencia en eso. Saludos.

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  3. Ines, has acertado. Este hombre es, sin duda, el mas musical de los prosistas entre el Atlantico y los Andes. Hay otros argentinos con talento para la frase larga pero la construyen primando mas la exactitud del discurso logico que la sonoridad ritmica de una emocion. Ciertamente, no es solo musica pero la musica tambien sabe hacer temblar; es la mas abstracta de las artes. Graffiti esta dedicado a Tapies, un apostol de lo abstracto.

    Una pintada en un muro gris puede ser descrita policialmente con una frase larga y objetiva, correcta y desapasionadamente eficaz: carecera del vuelo sensorial de tus citas.

    Hablamos de un escritor melomano que tambien sabe dar tangos. Curiosamente, sus frases largas en el tango son mas del estilo Botero, creciendo horizontalmente y ocupando cada resquicio en el espacio y en el tiempo. Ejemplo de tango sin musica pero con talento narrativo:

    "Sabia que are necesario hacer callar a Carlitos porque Simon no habia vuelto todavia, tenia que calmarlo antes de que la senora Matilde se inquietara, se envolvio con la sabana y corrio a la pieza de Carlitos, lo encontro sentado al pie de la cama mirando el aire, gritando de miedo, lo levanto en brazos hablandole, diciendole que no, que ella estaba ahi, que le iba a traer chocolate, que le iba a dejar la luz prendida, oyo el grito incomprensible y salio al salon con Carlitos en brazos, la escalera iluminada por la luz de arriba, llego al pie de la escalera y los vio en la puerta tambaleandose, los cuerpos desnudos vueltos una sola masa que se desplomaba lentamente en el rellano, que resbalaba por los peldanos, que sin desprenderse rodaba escalera abajo en una marana confusa hasta detenerse inmovil en la alfombra del salon, el cuchillo en el pecho de Simon boca arriba y Matilde, pero eso lo mostraria despues la autopsia, con las pastillas necesarias para matarla dos horas mas tarde, cuando yo estaba ahi con la ambulancia y le ponia una inyeccion a Flora para sacarla de la histeria, le daba un sedante a Carlitos y le pedia a la enfermera que se quedara hasta que llegaran los parientes o los amigos."

    Hay encuentros que hacen temblar aunque no tengan banda sonora.

    Tapies en Cuenca. Besos en los hocinos del rio, contaminados de colores descolgados.

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