domingo, 30 de marzo de 2008

Rojo que te amo rojo

Denme colores intensos, rojos, amarillos, verdes, por Dios... Y como nadie me los da, me los fui a buscar...



Maurice de Vlaminck, una de esas "fieras enjauladas".

sábado, 29 de marzo de 2008

Vuelo Nocturno

París, 1910, inundado de lluvia y por el Sena.

De repente apareció Antoine por la avenida d'Iéna hasta el puente del Alma y nos acompañó hasta África y por las riberas del Sena. Era principio de Febrero cuando celebrábamos mi cumpleaños, hace dos meses. Ese día París se juntó a Madrid y se podían oír los aviones militares, los bombardeos, sobre un pequeño hotel en el centro durante la guerra civil, ¿te acuerdas?, contabas vos. "Voyez-vous dans la vie, il n'y a pas de solutions. Il y a des forces en marche : il faut les créer, et les solutions les suivent." (Vol de Nuit), contaba yo. Saint Exupéry nos dejó solos un momento; el barullo de la guerra quedó atrás por la avenida parisina casi desierta, la huella de su avión de "L'Aéropostale" surcando los cielos entre Francia y Argentina, encima de nosotros. Nos dejó tiempo de comer pato y dar una vuelta por la figura cimbreante de Josefina; volvió más tarde, esa misma noche, y nos llevó hasta Etoile felices y empapados de lluvia de invierno. Era mi cumpleaños y caminábamos juntos fuera del mundo, por el mundo. Hoy es tu día, y esta noche se oyen los aviones partir, llegar, pasar por las estrellas y los miro desde abajo, desde mi balcón: falta muy poco para que aprenda a volar, y por allá arriba andaré, mientras tanto, te deseo un día feliz, un día bonito, un día lleno. Felicidades, amor. Feliz día.

Son cubano para dos

En Valpo tocaron música cubana y argentina para dos espectadores que disfrutaron de la suerte, de las melodías, tomando Pisco Sour, ahí por el cerro Alegre, una noche tardía de primavera chilena. Un regalo fue, y regalo quiero que vuelva a ser. Ahí va: Chan Chan...

Ascensor

Valparaíso, Chile

Conseguimos entrar en el ascensor un poco antes de que despegara, tu voz me dijo, Inés, entra, ven, y yo ya había dejado la tierra firme. Los tejados de Valparaíso bailaban multicolores delante de nuestros ojos, todo se mezclaba, estaba en el aire con un ángel, ingrávida, y deseé que esos segundos duraran y duraran, los dos por encima de la tierra, en el aire, arriba de la ciudad y pensé: ojalá seamos los únicos en este ascensor. No hablaste, sentí a tu lado sin embargo el calor de otro lenguaje; con los ojos pegados a la puerta lancé conjuros de bruja, pero no, entraron dos parejas y un niño. Me arreglé el pelo, me miraste, tus ojos se deslizaron sobre mi cuerpo, no, no estaríamos solos; se puso en marcha el funicular, una obra de otra época, con un ruido antiguo. Los dos juntos miramos afuera, volaban los pájaros, volaban las imágenes, volaba la imaginación, y allá quedó como un suspiro entre las nubes de un cielo azul, frente a un mar extenso y una ciudad loca.

Nacimiento

Gran vía, Madrid

Delante del portón de la pensión tus labios comían los míos, tus manos me recorrían como yo había recorrido las arterias de tu ciudad, del centro hasta Tetuán esa misma tarde de sol, con paso seguro pasando por el mercado de Maravillas, sentándome delante de un cine con nombre francés: tu ciudad tiene reflejos dorados, los he visto al comenzar el verano, de tu mano, por el oeste, por sus parques, con olor a mandarina en las manos. Será el polvo, será el viento, será la unión de colores y del amor, no sé, no importa; esa noche vos me besabas, me susurrabas palabras de amor, acorralados contra el portal por las voces de los últimos bares, con su marcha interminable. Y ahí entendí que Madrid era rock and roll, su tempo elevado, su energía real, los espacios amplios y sus rincones ventosos; y en cada rincón se podían oír nuestros pasos, rápidos, de amantes anhelantes. Madrid no duerme, o muy poco, casi nada, pero sabe hablar de amor. De mucho mucho amor, a whole lotta love: recuerdos y sueños.

Siempre hay un sueño que se despierta en Madrid. J. Sabina.

Mañana torcida -II-

Imre Kertész

QUÉ ALEGRÍA VIVIR...

Qué alegría vivir
sintiéndote vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos
me está viviendo.
Que cuando los espejos, los espías,
azogues, almas cortas, aseguran
que estoy aquí, yo, inmóvil,
con los ojos cerrados y los labios,
negándome al amor
de la luz, de la flor y de los nombres,
la verdad transmisible es que camino
sin mis pasos, con otros
allá lejos, y allí
estoy besando flores, luces, hablo.
Que hay otro ser, por el que miro el mundo,
porque me está queriendo con sus ojos.
Que hay otra voz con la que digo cosas
no sospechadas por mi gran silencio;
y sé que también me quiere con su voz.
La vida - ¡qué transporte ya! -, ignorancia
de lo que son mis actos, que ella hace,
en que ella vive, doble, suya y mía.
Y cuando ella me hable
de un cielo oscuro, de un paisaje blanco,
recordaré
estrellas que no vi, que ella miraba,
y nieve que nevaba allá en su cielo.
Con la extraña delicia de acordarse
de haber tocado lo que no toqué
sino con esas manos que no alcanzo
a coger con las mías, tan distantes.
Y todo enajenado podrá el cuerpo
descansar, quieto, muerto ya. Morirse
en la alta confianza
de que este vivir mío no era solo
mi vivir: era el nuestro. Y que me vive
otro ser de la no muerte.


Pedro Salinas



Mañana gloriosa de Marzo- I.

Empezando el día, pensando en vos



Por toda minha vida...

lunes, 17 de marzo de 2008

Llueve, sí hoy también

Quai des Brumes, Marcel Carné, 1938, (Le Havre)

Henri Cartier-Bresson, Derrière la Gare St-Lazare, 1932

L'Heure de tous, Arman, 1985

- Hola ¿dónde estás?
- Hola, te llamo desde la gare St-Lazare, estoy en un café en frente de los relojes.
-¿La estación de tren?
-Sí, entre las calles Roma, Londres, y Ámsterdam, no lejos de Budapest, Atenas... bueno yo no, pero ahí dejé el auto o sea que me acuerdo para no perderme después. Me fijé y me reí.
-¿Qué haces?
-A parte de canturrear a Barbara, nada, estoy tomando un café y luego voy al cine, "la primavera del cine", todos los filmes por 3,50... o sea...
-¿Tarareando? ¿Qué tarareas, Inés?
- "Je te téléphone/Près du métro Rome/Paris, sous la pluie/Me lasse et m'ennuie./La Seine est plus grise/Que la Tamise./Ce ciel de brouillard/Me fout le cafard.../Car il pleut toujours/Sur le Luxembourg./Y a d'autres jardins/Pour parler d'amour/ Y a la tour de Pise,/Mais je préfère Venise/Viens, fais tes bagages./On part en voyage", ¿la conoces?
-No, no la conozco, ... me gusta Barbara. ¿Llueve?
-Sí, como que no, llueve y llueve, garúa finita, ya sabes, ¿qué sería París sin la lluvia? Además ha llovido todos los días desde que empezó marzo, todo el tiempo no, pero todos los días sí, un poco, a veces con viento, a veces duchas, granizo, ay, París...
-Cierto, París gris, casi negro y blanco como en los clásicos del cine francés de la época de Jean Renoir y Carné...
-"T'as d'beaux yeux, tu sais", sin la iluminación de los faroles sobre el asfalto mojado, no sería tan lindo, la luz de la mirada de Michèle Morgan cuando dice: "embrasse-moi..."
-¿No era en El Havre la película? Eso es el norte del norte, cerca del Atlántico, donde siempre llueve, ¿no?
-Sos poco romántico, yo te hablo de París mojado, París llovizna, París mes de marzo y su mal carácter, y vos me das precisiones geográficas sobre una película que conozco bien, perfectamente si lo quieres saber... y ahora que me lo dices, sí, era en El Havre, bueno, da igual. Además de geografía también sé, sabelo: primero que El Havre no es el norte norte, es norte, ok, pero no norte norte, y luego aquí en París llueve tanto, bueno, casi tanto como en El Havre, un mínimo de 600 mm por año, un día sobre dos, esos son promedios, sí, aquí no llueve fuerte, sino que cae seguro...
-No te enojessss. Además te recuerdo que la que no es romántica eres tú. ¿Me invitabas de viaje con tu canción? ¿Me dabas cita? ¿Me llevas a Italia?
-Yo te llevo donde quieras. A cualquier parte: Tombuctú me daría igual, en Italia hay fuentes y sol... Yo soy solar, lo sabés.
-¿Tombuctú?, Qué buena idea: Inés y yo, sí, sí, podría ser...
-Estás loco. Lo que pasa es que vos sos loco.
-Pero me quieres, ¿no? loco y todo.
-Sí, te quiero, loco y todo. Bueno... antes de irnos en tren a Italia, podríamos ir al cine, ¿qué te parece? Y luego ir a tomar una cerveza por la St-Patrick's, es una tradición para mí.
-¡Oh!, claro, sí lo sé. Pero, Inés, al cine no llego... si armo mi maleta quizás llegue a Italia, te cuento que más me gustaría Tombuctú...
-Sos loco.
-Inés, en Tombuctú no llueve.
-Sos completamente loco.
-Soy loco pero te quiero.

martes, 11 de marzo de 2008

Aguas de Marzo

Alberto García Alix, fotógrafo español.


REFRANES

Una espiga es todo el trigo
Una pluma es un pájaro vivo y cantando
Un hombre de carne es un hombre de sueño
La verdad no se parte
El trueno proclama los hechos del relámpago
Una mujer soñada encarna siempre en una forma amada
El árbol dormido pronuncia verdes oráculos
El agua habla sin cesar y nunca se repite
En la balanza de unos párpados el sueño no pesa
En la balanza de una lengua que delira
Una lengua de mujer que dice sí a la vida
El ave del paraíso abre las alas
Como la marejada verde de marzo en el campo
Entre los años de sequía te abres paso
Nuestras miradas se cruzan se entrelazan
Tejen un transparente vestido de fuego
Una yedra dorada que te cubre
Alta y desnuda sonríes como la catedral el día del incendio
Con el mismo gesto de la lluvia en el trópico lo has arrasado todo
Los días harapientos caen a nuestros pies
No hay nada sino dos seres desnudos y abrazados
Un surtidor en el centro de la pieza
Manantiales que duermen con los ojos abiertos
Jardines de agua flores de agua piedras preciosas de agua
Verdes monarquías

La noche de jade gira lentamente sobre sí misma.

Octavio Paz

domingo, 2 de marzo de 2008

Los poderes de Emilia

Para Sophie Adèle, hermana melliza.


Su voz llena la casa de canto de pájaros y ruidos exóticos. Pasa, y como por encanto las paredes toman vida: se cubren de verdes y amarillos que aparecen en un despliegue de colores intensos; de la punta de sus deditos salen lianas, ramas enteras, que van enrollándose por los muebles: el paisaje se vuelve frondoso; en la cocina vibra la selva, ¿la oyen? se está riendo: las hojas espesas y húmedas se agitan con un ruido sordo, cargado, y regalan calor, el mismo calor que ofrecen sus ojos que lo mira todo, que lo cubre todo, bañando nuestro hogar de agua clara, fuerte y fresca, cayendo como cascada en el salón, por los pasillos y los cuartos, inundándolo todo. Sus pasos dejan flores abiertas, maduras, olorosas, y peces alocados contorneándolas en el piso del pasillo. Emilia, mi maga amazónica, tu carita de luna llena, tus ojos de cielo y de mar, tu boca deliciosa, colman el espacio de belleza salvaje, tu presencia salpica el invierno de alegría pura, de vida, mi vida, mi sol, mi niña, y cuando no estás solo se percibe el viento que se olvidó que Febrero terminó, y empezó Marzo, un mes feliz porque con él llegaste vos: feliz cumpleaños, hija.






No sabes a que punto tus hermanos te echaron de menos.