domingo, 30 de diciembre de 2018

Fin de año

«Fosforece un mohín de sueños crueles. / Y el ciego que murió lleno de voces / de nieve. Y madrugar, poeta, nómada, / al crudísimo día de ser hombre.» 

CÉSAR VALLEJO 

viernes, 28 de diciembre de 2018

Conversación en el trabajo




Suspira Marie y me pregunta por qué el amor es tan complicado y yo levantando una ceja y con una sonrisa de costado de preguntarle:

- ¿qué te anda pasando?

- Nada, me contesta, es que siempre es el mismo circo, o me quieren y yo no a ellos o me gusta alguien y ni me da bolillas. Es más, siempre tuve relaciones con hombres que no me querían del todo, siempre esperando que terminen por enamorarse de mí (canturreo la Habanera de la Bohema) ... Esta vez quería que me quiera alguien, que me trate con respeto, con ternura, con ganas de estar conmigo, y entonces surgió un chico que se enamoró.

-Eso suena bien, ¿qué pasó?

-Nada, no pasó nada, y eso que me mandaba poemas, regalos, delicadezas infinitas. Una generosidad, una atención continua. Sabía lo que me gustaba comer, lo que no, hacía un comentario sobre la ropa que me ponía, recordaba cada cosa que le había contado. Y me ahogué. Quería salir corriendo. Tenía la impresión de que espiaba cada gesto que hacía, quería controlar mi horario, mis idas y vueltas.

-Ya me estás asustando.

-Me he vuelto su única obsesión.

- ¡Me estás contando una película con Glen Close!

-Te estoy hablando en serio. Y vos te ríes de mí.

-Es que no entiendo bien, ¿qué pasó al final?

-Nada te digo. Cortamos. ¡Cortamos porque me quería demasiado!

-No, cortaron porque vos no lo querías a él.  Nada más. No debés sentirte culpable. No te enamoraste eso es todo. Pero como te gustaba la atención al principio...  supongo, hasta que se puso pesado y no te gustó más. 

- ¡Me voy a quedar sola!

-Uh, ¡qué complicado es tener 25 años, Nena!



viernes, 30 de noviembre de 2018

dancing 'por una cabeza'





La bailarina es magnífica. Además en ese punto mismo estuve en julio. A dos pasos del departamento donde me quedé. Bailar en Buenos Aires fue una maravilla, un gusto y un aprendizaje increíble.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Les cartes postales


Dès mon entrée dans le bureau de poste argentin, J’ai senti que le sort des cartes postales serait compromis au du moins éprouvé. Je ne savais qu’il serait tragique. Permettez-moi de vous raconter cette histoire.  Avec mes bagages, j’avais fait bien attention de garder vos adresses à la portée de la main dans mon petit cahier blanc qui me sert de cahier de notes. Vous étiez là, tout près de moi.

Me voilà à Buenos Aires, cette ville magnifique qui bruine tout l’hiver. On dit en espagnol garúa, une pluie fine qui ne dérange pas;  le ciel est comme le ventre d’un âne gris, luisant, doux et frais, enfin,  les 7 degrés le rend frais. J’avais l’idée de vous envoyer les cartes postales dès le début de mes vacances pendant le séjour porteño, car après avec ma famille à Tucumán, je ne répondrais plus de rien. Ma famille est englobante.

À Buenos Aires, le manteau gris de laine collé à la peau nuit et jour, je marchais 50-70 rues au minimum : j’allais de l’appartement de mes amis à mes cours de tango, j’allais me promener vers les musées de la ville, j’allais rendre visite à une cousine ou à une amie. Lors d’une de ces promenades, vous ayant bien présents à l’esprit, ayant mangé ma troisième empanada de la journée, bu mon café, vu pour la énième fois le goal de la journée émis par tous les téléviseurs de la ville (et bon Dieu qu’il y en a à Buenos Aires) je suis rentrée telle une touriste candide dans l’office de Correo Argentino, et j’ai de mon plus bon sourire demandé dix timbres pour le Canada. J'avais à la main les cartes postales de Samira et de Stéphanie, mais j’avais laissé à la maison celles de Lynda et Guy, Kristiyan, et d’autres amis pour lesquels j’avais noté l’adresse.

Canada? Le préposé regarde dans un ordinateur qui date des années 90, ah, oh, humm… J’attends, toujours le sourire aux lèvres, mais plus figé quand même. Voilà que l’employé se lève, discute avec une collègue, revient, m’ignore totalement, regarde, concentré cette fois, son écran. Je sens que ce sera compliqué. Il se relève… Je commence à m’impatienter. Mais bon, j’ai attendu 30 minutes avec mon numéro entre les doigts et je ne compte pas céder ma place! Il me regarde, alléluia, on progresse, il me dit : Canada?, purée de cacahuète, ce n’est pas sorcier, le Canada câlice! Il se relève, puis en me regardant de biais, il m’annonce un prix complètement aberrant : le salaire d’un employé des postes disons! Plus de sourire, je le regarde sérieusement, et d’un ton qui dit êtes-vous devenu complètement fou?, je lui redemande : combien? Il regarde sa collègue qui vient à sa rescousse. C’est elle qui reprendra l’odieux de me répéter la somme que je devrais verser pour dix timbres internationaux. Je peux payer avec ma carte de crédit?

Dès le lendemain, j’ai posé mes timbres millionnaires sur vos belles cartes postales et j’ai trainé ces petits trésors quelques rues avant d’apercevoir une imposante boite aux lettres, alors je me suis exclamée heureuse : voilà! J’ai inséré les cartes et j’ai posé ma main sur la boite en signe d’adieu, je suis montée chez ma cousine et je lui ai raconté l’histoire des timbres. Elle m’a dit: mais ma chérie, les boites postales sont maintenant décoratives à Buenos Aires, tu viens de jeter tes cartes à la poubelle! Il faut aller à la poste!


sábado, 9 de junio de 2018

She has given me the bullet

There is the bullet but there is no death. There is the mist but there is no death. There is the embrace but there is no death. There is the sunset but there is no death. There is the rotting and the hatred and the ambition but there is no death. There is no death in this book and therefore it is a lie.

Leonard Cohen (Death of a Lady's Man).

domingo, 13 de mayo de 2018

Puertas giratorias


Una puerta que se abre cuando la otra se cierra, es un vodevíl no un romance, lo nuestro fue ausencia de sincronismo. Quieres, no puedo, puedo, ya no estás, entras, salgo, viajas, me quedo, sí, no ¿hoy? No, mañana.  Mañana no existe. Vuelvo y ya no se puede. Admito que el miedo, más allá del deseo, me hizo vacilar. Luego te tocó a ti. No fue  tu culpa ni la mía, fue que no se dio y ya. Sin embargo,  sigues mirándome con hambre, y yo sigo sintiendo en tus brazos que la tierra húmeda huele rico, que las flores florecen, panameño lindo, me llevas con tu acento a tu tierra, cuando me hablas despacio en la oreja  y me cuentas que la lluvia hace cosquillas. Solo hace falta que tiendas la mano con ese gesto tuyo, para que durante quince minutos abrazados mi piel contra tu piel, tu aliento y tu corazón en mi pecho, tus brazos aferrados a mi cuerpo, podamos olvidarnos de las puertas que no coinciden.

viernes, 11 de mayo de 2018

Droga dura







Terapia: Facundo Cabral: No soy de aquí, ni soy de allá

Año de mierda


Hoy en clase una alumna vomitó por el calor y la falta de aire. A mí me duele la cabeza desde hace una semana. De todos modos, la verdad es que ando con un malhumor sólido desde el principio del año, pero esa es otra historia; dos alumnas se levantaron y se fueron a su casa. La directora vino a explicarnos que los problemas de ventilación del edificio donde trabajamos (estamos relocalizados: no quedan locales en el centro donde se supone que enseño) no estaban programados, como si eso no lo supiéramos o justificaría lo que sea. Nos explicó que las condiciones actuales eran las que tendrán ellos, futuros profesores, cuando logren el examen que preparan conmigo. Tómenlo como un ejercicio preparatorio, explicó. Hay escasez de escuelas, de aulas, de docentes, las cosas son así, dijo. Cuando una de mis alumnas quiso explicar cuan difícil era estar ahí, la directora amenazó con cerrar la clase y anular el curso. ¿Es lo que quieren? Me quedé parada a su lado asqueada y avergonzada. ¿Cuánto le hubiese costado pedir disculpas y asegurarnos de mejorar la situación? No, cuidado, no se quejen, prohibido, hay gente que la pasa peor ¡eh! Joder lorito. Las condiciones laborales se desmejoran día a día.

Existe en el trabajo una tensión nueva desde hace unos meses, hecha de malentendidos que crean una situación liosa. Por suerte, están los alumnos.

Tengo la arrogancia siempre latente, parecería ser. ¡Cuánto me enorgullecía de haber remediado mi problema de ciática!, pensando que el baile, una actitud activa, qué se yo… Y no, este año de mierda volvió la ciática, después de cinco años sin dolor, fuerte, mordaz, unos cuantos movimientos y esfuerzos torpes y chas, pumba, la espalda trabada; además, me arrancaron una uña en una milonga creando un charco impresionante de sangre por el piso de madera y mucha conmoción. La edad va entrando. Y para bailar, con los zapatos de tango, bailo vendada.¿Cuánto demora crecer una uña? Uf.

Los amores, año de mil mierdas, ¿cómo viene la cosa?: un desastre monumental. 

El peor invierno del siglo.

Hay más, un amigo, colega querido, se murió de cáncer.

Y para terminar una tristeza que me acecha.

Ya no doy más. Mayo y ya no doy más.


Quiero mantenerme digna con la cabeza recta al viento hasta que termine, hasta que que pasemos al 2019, olvidarme de hoy, ayer, mañana.


Ojalá el verano que pasaré en invierno sea más amable, ya estoy cansada de andar rechinando los dientes, frustrada, insatisfecha. Pucha che, qué año fiero.


martes, 1 de mayo de 2018

Silvio Rodriguez - La Maza

Tres años




Mamá le tenía tanto respeto al ser humano que verdaderamente me parece adecuado y divertido que se haya ido el día del trabajador. No se trabaja el 1 de mayo, se lucha, se revindica, se reinvindica, se descansa, se junta la gente, se piensa en lo que uno tiene o le falta, se reclama, se protesta, mamá era una persona solidaria; se canta, por qué no, se duerme, se come, se disfruta del tiempo libre, se ama, (y yo la amaba ) y todo eso a ella le gustaba. O, incluso, ese día, se queda uno en cama con un libro y no se hace nada. Eso, eso le hubiera agradado también.  Se murió en la cola ya del verano tucumano, otoñito soleado, se murió acompañada de su familia, de sus hijas, qué milagro que hayamos estado todas. Mi madre se murió el 1 de mayo, día internacional de descanso y de pedidos de justicia y pienso que ese día le corresponde bien. En todos casos me lo ha convertido a pesar de la tristeza  en un día entrañable porque sospecho que sin querer lo eligió,

(cuánto la extraño)




martes, 13 de febrero de 2018

Ultima frase...

— ¿Y hasta cuándo cree usted que podemos seguir en este ir y venir del carajo? — le preguntó. Florentino Ariza tenía la respuesta preparada desde hacía cincuenta y tres años, siete meses y once días con sus noches. — Toda la vida — dijo.

domingo, 28 de enero de 2018

Alfonsina

EL ENSAYO. Alfonsina Storni
Si el corazón me fuera percutido
Pudiera ser que resonara a muerto.
Pero pudiera ser que diese ruido
De pájaros cantores en un huerto.
Es verdad que a morir, desde nacido,
Este buen corazón se va ensayando,
Pero, ensayos de un drama no aprendido,
Así vive, cayendo y levantando.
Las veces que ha cambiado de postura
No son una por cierto, sino cien,
Que el arte de morir es cosa dura
Se ensaya mucho y no se aprende bien.


martes, 16 de enero de 2018

Ocasos habaneros

Buscando puestos de libros alrededor de la Plaza de Armas, ocurrió que los vendedores habían sido escondidos detrás de una valla de hierro forjado, no lejos de la célebre plaza,  haciendo del lugar un rincón  de los tesoros. Además de ser el sitio donde me hicieron el más bonito piropo cubano. En ese lugar, un hombre me recomienda un libro que solo empecé a leer en el avión de regreso. Ocurrió que el libro es una maravilla.

Virgilio Piñera.



Una noche

Una noche en la calle Zanja,
saltando entre chinos impávidos,
escuché una voz que me decía:
Qué bobo tú eres, Virgilio!
pensando todas esas marañas,
esos mares, esas montañas:
tomas el bosque por los árboles
y esperas un amor al paso.
Qué bobo eres. Si supieras,
o lograras adivinarlo,
no abrieras tanto los ojos,
y me tendieras la mano.
Una noche en la calle Zanja.
Pero yo pasé de largo.