domingo, 30 de septiembre de 2007
viernes, 28 de septiembre de 2007
Frase del día.
Me invitaron a ver el partido. ¿Qué hago? ¿Voy?
Del diario.
El segunda línea de Argentina, Carlos Ignacio Fernández Lobbe, le pone pimienta a las declaraciones. Sobre un posible cruce en cuartos de final con los All Blacks dijo: "Si tenemos que jugar contra los All Blacks, necesitaríamos que todos tuviesen diarrea y poner francotiradores en el estadio, y además que nos saliera de nuestra parte el mejor partido de nuestras vidas". Está claro como el agua. Argentina quiere hacer todo lo posible contra Irlanda, para que sea Francia quien juegue contra los All Blacks en Cardiff.
Este tipo sabe de que habla. Sí señor. Vamos primero a vencer a los irlandeses, mandar los franceses a Cardiff jugar contra los All Blacks y nosotros ganar acá en París, cerca de mi casa. Ajá. Qué les parece. A mí: bien.jueves, 27 de septiembre de 2007
Le repos du guerrier
Después de la batalla, admitiendo derrota, en la unión de las fuerzas, los soldados se relajan, y nos reímos, bailamos, conversamos, cómplices, fraternales y a gusto en la tranquilidad del reconocimiento, en casa circula mucho amor.
Hace mucho tiempo ya, J.-J. decía de mí burlón que le hacía pensar a un soldadito rebelde-- mon petit soldat-- y cuando le preguntaba porqué me contestaba que mi actitud con la vida era una de enfrentamiento con todo y contra todo, sobre todo contra mí misma, y rebelde porque lo mío era la resistencia, una resistencia malhumorada, era una sublevada de la vida. No sé si tendría razón, lo que sí es verdad es que me falta resignación, esa capacidad de aceptación de las adversidades, o más sencillamente docilidad y mejor genio. Y eso desde chiquita. Tenía ocho-nueve años cuando decidí irme de casa. Preparé una mochila con comida, tenía un poco de plata, no sé de donde, ropa para cambiarme, miré horarios de tren, me iba, me mandaba a mudar. Quería un cambio, una nueva vida, un terremoto, algo, no quería conformarme con la que tenía. No era infeliz en mi casa, tampoco del todo feliz, qué pasaría no me acuerdo, tenía nueve años y quería comenzar algo nuevo. Le dejé una nota a mi hermana, salí temprano, y me fui. Era la primera vez que salía sola por la ciudad. Por supuesto que no llegué lejos, me paré en un cine, y me quedé todo el día ahí, la libertad a los nueve es algo limitada. Al final del día regresé a casa, con un poco de amargura por la injusticia de no poder vivir esa aventura del todo.
Ahora pienso que luchar, pelearse y protestar es también esforzarse, abrirse paso. Y si lo hacemos es que sospechamos que vale la pena ¿no?
Y aparece por la puerta Benja protestando, quejón, como siempre y por todo, irascible, ... ay dios. Le digo, Benja, me he puesto los anteojos y sabes qué, ahora veo el azul profundo, el color exacto de la belleza absoluta de tus ojos, y solo por eso, mi querido, me los voy a poner todos los días. ¿Me entendés? Ahora contame lo que te anda pasando.
lunes, 24 de septiembre de 2007
Dalí- 1: Ganas de embromar a Antonio.
domingo, 23 de septiembre de 2007
Humildad
Sé llevarlos al parque, sentarme con un libro al sol mientras juegan. Les tiro la pelota de baseball y se me va para abajo. Mamá, me explica mi hijo, tirala así, con más puntería. No. Soy totalmente incompetente. Como la chicharra de Lafontaine me voy a poner a cantar y nada más: ¿seré una mamá artista? Me encanta cantar pero la verdad es que me olvido de la letra de las canciones y cada vez que lo intento se ponen mis hijos de rodillas suplicantes para que pare. Tampoco sé tocar de un instrumento. Bailar, sí, me gusta bailar, pero como aprendí baile clásico, no sé bailar salsa, ni cumbia, ni tango, ni mambo, cuando ponen música rock, me muevo bonito, eso sí. No pinto ni dibujo. Las fotos me salen así nomás. Nunca aprendí a ocuparme de un jardín. No tengo ni la menor especie de idea sobre plantas y flores. Inepta absoluta. Nunca he podido contar un chiste, me parto de la risa antes de terminar, me olvido, nadie entiende nada, y se aburren esperando que me acuerde de como iba. Mi vecina sabe de tapicería por ejemplo y restaura sus muebles antiguos. Una maravilla. La otra, sabe hacer joyas, preciosas. Tengo una amiga que sabe de olores. Crea perfumes. Es elegante, sabe vestirse. Todos tenemos un don especial, algo que hacemos bien o con entusiasmo ¿quéno? Vamos, algo, alguito tendré que me hace especial. Me parece que me voy a quejar a mi madre, una reclamación formal.
¡Sí, algo sé!: soy fantástica para desatar nudos. No hay nudo que me resista. Uf, pensé que no encontraría nada antes del final de este texto. Puede ser chiquito o grande. Apretado, en un collar o en cualquier cosa: les aseguro, soy buena, muy buena. Mis hijos quedan pasmados, cuando me ven.
Otra cosa sé hacer, sé querer, apreciar, gozar de la vida y sus pequeñas cosas, hago que la vida sea un teatro fabuloso, divertido y también dramático. Soy curiosa y lo trasmito a mis hijos, qué quizás ellos aprendan a hacer algo, mejor que yo. Ojalá.
viernes, 21 de septiembre de 2007
Se terminó hoy el verano
...
My girlfriends run off with my car,
And gone back to her ma and pa,
Telling tales of drunkenness and cruelty.
Now I'm sitting here,
Sipping at my ice cold beer,
Lazing on a sunny afternoon.
Well give me two good reasons why I oughta stay.
cause I love to live so pleasantly,
Live this life of luxury,
Lazing on a sunny afternoon.
In the summertime
In the summertime
In the summertime
miércoles, 19 de septiembre de 2007
Pierrette et le pot...
lunes, 17 de septiembre de 2007
Titanic

domingo, 16 de septiembre de 2007
Bésame, bésame mucho.
Óscar Alemán, una versión argentina.
Tino Rossi, una versión francesa.
Los Beatles, una versión... bueno una versión que me gustó.
miércoles, 12 de septiembre de 2007
martes, 11 de septiembre de 2007
Primer aniversario: papel.

El Maestro y Margarita, Mikhaïl Boulgakov
Pasando por la calle Maurice Denis yendo al centro, he mirado un rato largo el museo a la izquierda, arriba de la calle, un museo que considero como mío, un espacio bello con un jardín que desciende salpicado de estatuas sorprendentes, bancos, flores, árboles y césped, y una vista que da sobre la otra colina, al sur de la ciudad, más humilde, adonde vivo yo. Subiendo lo he mirado un rato largo; me gusta su forma, su color. Cuentan que era un antiguo hospital que pertenecía a la parroquia y que el pintor Maurice Denis lo usó a partir de 1912 como su estudio, estaba abandonado y deteriorado. Se lo apropió y lo terminó comprando, también lo restauró. Están dando como te conté una exposición de esculturas africanas contemporáneas. Esculturas primitivas no, sino obras que reflejan la realidad de África de hoy, artistas jóvenes e interesantes, que crean arte. Un arte que sin embargo se cuela a la vida, a lo cotidiano, la guerra, la muerte. Usan materiales recuperados además de barro, piedra, madera, bronce. La tierra se mezcla al hierro. La madera al cemento. La arcilla al cartón. Las estatuas que han colocado en el jardín son imponentes y fuertes, adentro del museo se pueden ver obras, máscaras, objetos transformados y esculturas de todo tipo y tamaños.
Recordé hoy la instalación espectacular del senegalés Henri Sagna que me había impactado mucho. La verdad es que después de ver su plástica, no pude ver nada más. Hoy me acordé de la pared recubierta de tela blanca en una esquina de una sala pequeña, un lienzo teatral sobre el cual se veían mosquitos, hechos de tela, trozos de botellas y alambre, que daban vueltas sobre una cabeza de muerto, boca abierta inclinada muy ligeramente hacia el cielo, un cielo rodeado de enfermedad, y muerte. El mosquito escribe Sagna junto a su firma ataca indiferentemente a todos, sin distinción de raza, edad, estatus social o color. La obra se llama Ponction y es del 2005, es hecha de papier mâché. Ponction en francés tiene doble significado: uno de la operación quirúrgica, el otro que habla de un dolor breve e intenso. Eso fue absolutamente lo que sentí.
Con papel: árboles y agua, Sagna imaginó una realidad donde los mosquitos con proporciones monstruosas, cuyas patas interminables se alargan y se aglutinan sobre la cara de sus víctimas, mostraría alegóricamente los males que tocan la humanidad, el mosquito siendo la enfermedad, y también el hombre. Al adelantarme, el museo a mis espaldas, se me coló a la pierna una hoja de papel que volaba por el aire. La miré, y la tomé entre mis manos. El papel, que se usa tanto, demasiado, que me gusta en todas sus variaciones, colores, texturas y que tengo en casa para transcribir palabras, que uso para leer, se quedó en mis manos todo el tiempo hasta regresar a casa y colocarlo sobre mi escritorio. Era una página de un cuaderno de un estudiante, notas de escuela, mojada por la calle y el piso, embarrada, sin sentido, con letra cuidadosa de niño aplicado: un momento de vida, cómo estas cartas que te escribo a vos. Palabras de papel que se van apilando y que hablan de amor. Así es que de África a Saint Germain, pasando por la calle, mis recuerdos y tu presencia a mi lado en ese recorrido, la hoja se quedó en mi mano en forma de una bola. Y ahí sigue delante mío abriéndose poco a poco como una flor.
SONETO XCVIII Y esta palabra, este papel escrito No importa que la luz o la alabanza No quiere más la sílaba tardía, no quiere más sino escribir tu nombre. |
sábado, 8 de septiembre de 2007
Une journée particulière
viernes, 7 de septiembre de 2007
jueves, 6 de septiembre de 2007
Lección
-Ah, bueno, Guy, qué cosa. ¿O sea que no es tu primera vez?
domingo, 2 de septiembre de 2007
Lou Reed
Laurie se tristemente stai ascoltando
Sappi una cosa al di sopra di tutte le altre
Tu sei tutto ciò a cui ho veramente pensato
Mentre la TV rimbalzava le urla
I fiocchi di neve cinerei
Le sirene urlanti
Tutto ciò che desideravo eri tu da stringere
Corpi congelati nel tempo che spicca un salto
Uccelli in fuoco
Una cosa sto pensando
Laurie se tristemente stai ascoltando
Ti amo
Laurie se tristemente stai ascoltando
Ti amo
(Laurie, Sadly Listening)
sábado, 1 de septiembre de 2007
Todo es relativo
Llegando a mi casa me encuentro con un huésped incongruente. Una cosquilla sobre el pie me hace mirar hacia bajo y veo, HORROR TOTAL, un ratón escapándose detrás de mi escritorio y esconderse. En menos de un cuarto de segundo estoy parada como una boluda sobre la silla pensando, ¿ahora qué hago por dios, todos los santos, y la misma virgen? Salgo disparando a la cocina y vuelvo con una escoba, tengo la firme intención de perseguir mi nuevo compañero y correrlo al jardín, de dónde probablemente viene y debe imperativamente volver, no es el bienvenido en mi casa; es más, mi mente escandalizada imagina en algunos minutos, múltiples pesadillas sobre la posibilidad que se escondan otros o que quizás exista una vida animal subterránea de la que yo no sepa nada, ay, qué angustia, qué asco, me siento completamente abandonada de todos, me odio por sentirme ignorante y cobarde, es la primerísima vez en mi vida que me pasa. Estoy pensando abandonar la casa. Sacar unos cuantos artículos de primera necesidad e irme, partir, cerrar la puerta y chau hermano. Adiós, ganaste ratón, es tuya, te la dejo. Pero no, me encierro en mi cuarto e intento pensar: ¿pensar?, ¡ni que nada!, lo único que consigo hacer es llamar por teléfono, solamente a gente fiable, de confianza, a las que puedo hacer una crisis de histeria sin perder la cara. Eso hago y cuando me calmo, retomo pose humana y responsable, solo entonces llamo a mis hijos. De repente hablando con ellos no tengo miedo, les explico que no es nada, un ratoncito de apenas unos centímetros, chicos: no comen a nadie, me río por teléfono, hago bromas, hablo de los elefantes que se esconden detrás de las margaritas cuando ven un ratón, me siento una gigante por unos segundos, bajo a la cocina y llena de seguridad busco al ratón. Cuando aparece de nuevo desorientado y perdido, lo pillo y lo tiro más allá del jardín, a la calle, para que no pueda nunca de nunca más volver. Me miro en el espejo y pienso, sí todo es relativo.