jueves, 25 de octubre de 2007

Declaración de guerra

Una ola de frío poderosa se abatió estos días sobre París y como vivimos en una casa fría, las razones no vienen al caso y serían largas de explicar, mis hijos y yo hemos decidido luchar: hemos establecido una serie de estrategias para pelearle y no dejarnos ganar por la desesperación de las mañanitas demasiado difíciles, o las meriendas congeladas, los deberes con manos gélidas--soplando sobre los dedos no basta-- y poder vivir aquí sin sufrir, hasta que el tiempo mejore o encontremos una solución más técnica, digamos.

Estrategia número uno:
el movimiento perpetuo.

Hacer ejercicios es una solución, flexiones y movimientos de calentamiento con los brazos que suben y bajan, sin embargo nos hemos dado cuenta que el entusiasmo inicial suele disiparse después de un corto plazo. Hemos preferido la opción: «dejarnos llevar por la música». Tenemos todos aquí nuestra música preferida. Benjamín por su carácter y su forma de moverse es difinitavamente James Brown y ponemos:



Oh yeah, baby... Lo vieran bailar al petiso. Entramos en calor solo mirándolo.

Guy, es más rock:



Can't stop moving!con los Chilis.

Mi Mimi es una tierna: ella baila sin parar de lo más bien con Aretha:



Así, así, empezamos...

Y yo que amo todo tipo de música de africano al cubano, pasando por la China, y volviendo por Colombia, cualquier ritmo movidito me va. Hoy les pongo una canción y una voz que me hace recordar una fiesta a la que fui hace poco y que me permitió bailar como hacía tiempo que no bailaba ... Yo la morena, jeje.



Zucchero!

Sigo mañana...

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