Para Sophie Adèle, hermana melliza.
Su voz llena la casa de canto de pájaros y ruidos exóticos. Pasa, y como por encanto las paredes toman vida: se cubren de verdes y amarillos que aparecen en un despliegue de colores intensos; de la punta de sus deditos salen lianas, ramas enteras, que van enrollándose por los muebles: el paisaje se vuelve frondoso; en la cocina vibra la selva, ¿la oyen? se está riendo: las hojas espesas y húmedas se agitan con un ruido sordo, cargado, y regalan calor, el mismo calor que ofrecen sus ojos que lo mira todo, que lo cubre todo, bañando nuestro hogar de agua clara, fuerte y fresca, cayendo como cascada en el salón, por los pasillos y los cuartos, inundándolo todo. Sus pasos dejan flores abiertas, maduras, olorosas, y peces alocados contorneándolas en el piso del pasillo. Emilia, mi maga amazónica, tu carita de luna llena, tus ojos de cielo y de mar, tu boca deliciosa, colman el espacio de belleza salvaje, tu presencia salpica el invierno de alegría pura, de vida, mi vida, mi sol, mi niña, y cuando no estás solo se percibe el viento que se olvidó que Febrero terminó, y empezó Marzo, un mes feliz porque con él llegaste vos: feliz cumpleaños, hija.
No sabes a que punto tus hermanos te echaron de menos.
Feliz Cumple Emilia!!!!!!!!
ResponderEliminarEsperamos que hayas tenido un hermoso día (tu melliza acá la pasó muy bien también).
Me encantó lo que escribiste Inés! Te acordás de nuestras clases en la Y con las chiquitinas?
Besos miles,
Carola
Ay, Carola, ¡cómo no me voy a acordar! Tiempos aquellos. Pienso en esa época y me digo, consternada, que podría Emilia, la Sophie, seguro que también, llevarme en el cochecito ahora, corriendo y saltando. Teníamos ganas ¿no? Ay, así la vida, amiga, pasando nomás...
ResponderEliminarQué empiece la primavera para ustedes. Ya nos vemos, ¡eh! Besos y más besos.
Inés
Feliz cumpleaños te deseamos la familia murciana (y Miguel te manda un beso más que los demás).
ResponderEliminarCuando me tumbo bajo las aspas aún imagino los saltos que pegabas en la cama para alcanzar el hilo del ventilador.
Mil besos.
Ah, claro, Hank, ¡me lo recodaste!Ese fue el año que aprendió a volar. Cierto.
ResponderEliminarSaludos a los tuyos y un abrazo.