
Un hombre bajo la lluvia en la ciudad de México me comentó que la poesía cubana podía volar entre México y Miami. Y de Miami a la tierra de María. Sí, y lo que no sabe es que persiste en Montreal un perfume de tilo en el aire húmedo de la noche... Aquí también llueve.
Entrando en ti.
Entrando en ti, cabeza con cabeza,
pelo con pelo, boca contra boca:
el aire que respiras —la fijeza
del recuerdo—, respiro, y en la poca
luz de la tarde —rayo que no cesa
entre los huesos abrasados— toca
los bordes de tu cuerpo: luz que apresa
la forma. Ya su cénit la convoca
a otro vacío donde su blancura
borra, marca de arena, tu figura.
El día devorado de sonidos
quema, de trecho en trecho, su espesura
y vuelca de ceniza la textura
en la noche voraz de los sentidos.
Mango
Se formó el arroz con mango,
rey de la gastronomía;
si hilachas de oro, armonía
tenebrosa y cruel: de tango.
Manjar del más alto rango,
heráldica de lo poco.
Aguardiente, agua de coco:
las bebidas que reclama.
¡Qué cénit —diría Lezama—,
qué corona del barroco!
Poemas de Severo Sarduy.
Un poema precioso Inés.
ResponderEliminarEstoy en París, te envié un mp en el foro. Si estás por aquí me encantaría poder saludarte.
Un beso y un abrazo.
Cris