Benja quería que le cosiera dos insignias sobre su bolso de escuela: una cabeza de muerto colorada sobre fondo negro, otra que dice INDEPENDENT con letras casi góticas. Las miré un momento y le contesté que no sabía coser, pero que lo intentaría. ¿No sabes coser, mamá? No muy bien, hijo, sino que sé poner un botón, y quizás de forma desprolija acortar unos pantalones. No sé coser, no. Y me dejó pensando. Pobre, con madre inútil. Porque tampoco sé cocinar. Cocinar bien, digo. Claro que sé hacer de comer, pero como Jennifer que uno sale de su casa pensando que ha estado en un jardín de flores, con música en segundo plano, algo así como el paraíso, así no sé. El flan de dulce de leche me sale más o menos bien, las milanesas, el chile con carne, tampoco para salir suspirando. ¿Tejer?, un poquito, casi nada, empiezo y no sé terminar. Bordar ni hablemos. Okey pienso no soy ama de casa consumada: cuando me acuerdo de las mamás que hacen disfraces o miles de cosas para los hijos en las fiestas, obra de teatro, para la escuela, me deprimo. Entonces seré una mamá deportista. Bueno... Tampoco puedo llevarlos a jugar al tenis. No sé jugar al tenis. Todavía no he decidido si debía tomar la raqueta con la derecha o la izquierda. Nadar, digamos que no me ahogo, hasta ahí. El fútbol, el básket, el badminton, el ping pong, el esquí me muero de miedo y voy despacio, todo lo hago más o menos: soy un desastre. Me gusta caminar. A mis hijos no. Por suerte la bici no es complicada, una vez que uno aprendió, dicen que ...
Sé llevarlos al parque, sentarme con un libro al sol mientras juegan. Les tiro la pelota de baseball y se me va para abajo. Mamá, me explica mi hijo, tirala así, con más puntería. No. Soy totalmente incompetente. Como la chicharra de Lafontaine me voy a poner a cantar y nada más: ¿seré una mamá artista? Me encanta cantar pero la verdad es que me olvido de la letra de las canciones y cada vez que lo intento se ponen mis hijos de rodillas suplicantes para que pare. Tampoco sé tocar de un instrumento. Bailar, sí, me gusta bailar, pero como aprendí baile clásico, no sé bailar salsa, ni cumbia, ni tango, ni mambo, cuando ponen música rock, me muevo bonito, eso sí. No pinto ni dibujo. Las fotos me salen así nomás. Nunca aprendí a ocuparme de un jardín. No tengo ni la menor especie de idea sobre plantas y flores. Inepta absoluta. Nunca he podido contar un chiste, me parto de la risa antes de terminar, me olvido, nadie entiende nada, y se aburren esperando que me acuerde de como iba. Mi vecina sabe de tapicería por ejemplo y restaura sus muebles antiguos. Una maravilla. La otra, sabe hacer joyas, preciosas. Tengo una amiga que sabe de olores. Crea perfumes. Es elegante, sabe vestirse. Todos tenemos un don especial, algo que hacemos bien o con entusiasmo ¿quéno? Vamos, algo, alguito tendré que me hace especial. Me parece que me voy a quejar a mi madre, una reclamación formal.
¡Sí, algo sé!: soy fantástica para desatar nudos. No hay nudo que me resista. Uf, pensé que no encontraría nada antes del final de este texto. Puede ser chiquito o grande. Apretado, en un collar o en cualquier cosa: les aseguro, soy buena, muy buena. Mis hijos quedan pasmados, cuando me ven.
Otra cosa sé hacer, sé querer, apreciar, gozar de la vida y sus pequeñas cosas, hago que la vida sea un teatro fabuloso, divertido y también dramático. Soy curiosa y lo trasmito a mis hijos, qué quizás ellos aprendan a hacer algo, mejor que yo. Ojalá.
Sé llevarlos al parque, sentarme con un libro al sol mientras juegan. Les tiro la pelota de baseball y se me va para abajo. Mamá, me explica mi hijo, tirala así, con más puntería. No. Soy totalmente incompetente. Como la chicharra de Lafontaine me voy a poner a cantar y nada más: ¿seré una mamá artista? Me encanta cantar pero la verdad es que me olvido de la letra de las canciones y cada vez que lo intento se ponen mis hijos de rodillas suplicantes para que pare. Tampoco sé tocar de un instrumento. Bailar, sí, me gusta bailar, pero como aprendí baile clásico, no sé bailar salsa, ni cumbia, ni tango, ni mambo, cuando ponen música rock, me muevo bonito, eso sí. No pinto ni dibujo. Las fotos me salen así nomás. Nunca aprendí a ocuparme de un jardín. No tengo ni la menor especie de idea sobre plantas y flores. Inepta absoluta. Nunca he podido contar un chiste, me parto de la risa antes de terminar, me olvido, nadie entiende nada, y se aburren esperando que me acuerde de como iba. Mi vecina sabe de tapicería por ejemplo y restaura sus muebles antiguos. Una maravilla. La otra, sabe hacer joyas, preciosas. Tengo una amiga que sabe de olores. Crea perfumes. Es elegante, sabe vestirse. Todos tenemos un don especial, algo que hacemos bien o con entusiasmo ¿quéno? Vamos, algo, alguito tendré que me hace especial. Me parece que me voy a quejar a mi madre, una reclamación formal.
¡Sí, algo sé!: soy fantástica para desatar nudos. No hay nudo que me resista. Uf, pensé que no encontraría nada antes del final de este texto. Puede ser chiquito o grande. Apretado, en un collar o en cualquier cosa: les aseguro, soy buena, muy buena. Mis hijos quedan pasmados, cuando me ven.
Otra cosa sé hacer, sé querer, apreciar, gozar de la vida y sus pequeñas cosas, hago que la vida sea un teatro fabuloso, divertido y también dramático. Soy curiosa y lo trasmito a mis hijos, qué quizás ellos aprendan a hacer algo, mejor que yo. Ojalá.
Ines, a mi me encanta como escribis!!!!!!!!!!!! Agregalo a la lista de cosas que sabes hacer bien.
ResponderEliminar(la proxima que tenga algo enredado te lo mando en encomienda, no conocia tus poderes...).
Besos,
Carola
Completamente de acuerdo con Carola. Y en materia de nudos, tambien eres muy buena para atarlos.
ResponderEliminarNo han visto los besos que les he mandado porque se los mandé como lo haría Marcel- miembros eméritos de mi fan club.
ResponderEliminarBueno, pasemos a las cosas serias: Carola, lo que quieras nena, te juro que soy buenísima. No es broma. A partir de julio las encomiendas te saldrán mucho más baratas además.
Atar nudos, A., sí señor. También sé.
...