viernes, 25 de diciembre de 2009
Se acaba 2009, que viva 2010
Muchos besos y abrazos.
Estaré en México, ¡ya les contaré!
Inés
martes, 22 de diciembre de 2009
15

Toi et ton anniversaire si proche de noël! Toi, noël, l'hiver froid et enneigé, indissociables, tu les annonces, les prépares, ta présence calme et bon enfant... et puis, zut je n'ai pas trouvé de carte d'anniversaire! Tu n'aimes pas les boules rouges? T'ai-je raconté que l'infirmière portait un nez rouge de renne du père noël à ta naissance, qu'il y avait de la neige à Londres, qu'il faisait froid?... Toi et l'hiver que tu inaugures, mon petit roi à la tête d'ange et tes fabuleux quinze ans, je te souhaite une belle journée douce et pure comme le blanc de nos chemins sans marques ni frontières, tonique comme l'air sec et frais de ta saison anniversaire. Tu es la lumière de cette journée sombre et courte. Bon anniversaire mon fils, mon grand, mon Guy.
Sonne l'enfance couronnée,
la neige nous sacre en haute-mer,
plein songe,
toutes voiles dehors
La neige nous met en magie,
blancheur étale,
plumes gonflées
où perce l'oeil rouge de cet oiseau.
Anne Hebert
domingo, 13 de diciembre de 2009
jueves, 10 de diciembre de 2009
Carta a Rosa: amiga


-"Oigan, los de primer número, prepárense, por favor. Cuando oigan la música tienen que entrar sobre el escenario. ¡¡¡Vamos, chicos!!!"
-"Señorita, faltan los varones, están en el baño."
-"¿Por qué están en el baño?, que no saben que éste es el ensayo general. Pero, ¿qué diablos pasa? ¿Dónde están? Estamos esperándolos".
-"Ay, por qué se enoja, señorita, no se da cuenta que estamos estresados, están en el baño, eso es todo."
-"Escúchenme, chiquitos, (pienso: esto es un desastre) tienen que estar listos y atentos. Atentos. No peinándose, o haciéndose no se qué, tienen que entrar sobre el escenario y dar todo lo que pueden cuando empieza la música. Bailen y muévanse, porque de lejos no se ve nada y parecen estar parados como imbéciles inmóviles. Me entendieron. Ah, y, por favor, sonrían cuando entren, que tienen doscientas personas mirándolos..."
Ese fue el día de hoy.
Todo el espectáculo fue una catástrofe, que, al final, no resultó estar tan mal por el milagro de santa Lavinia que protege a los artistas. Practicamos esa sola vez, una sola vez, los tres centros de transición, muchos chicos disparates, con cantos en punjabi, reggeaton mexicano, baile árabe, canciones a capella en Ingala, rap, y más...-en eso trabajo, mi querida amiga, en la transición, ya te explicaré-, y unos treinta treinta y cinco chicos tuvieron que cantar y bailar delante de sus compañeros de clase además de los directores y los novios, novias, parientes que pudieron venir. El espectáculo de Navidad. Ufa.
Doy clases de francés, veinte horas por semana, a chicos que vienen de países extranjeros y que son demasiado grandes, entre 16 y 19 años, para estar en la escuela secundaria normal. Están en nuestro programa para poder acceder a la educación de los adultos, pasando un examen difícil, después de muchas horas de francés. Chicos que aprenden lentamente, qué escriben mal y deben escribir mejor. Veinte horas de hablar y escribir, leer y comprender, con historia, geografía y literatura. Dios, qué trabajo pesado. Tengo tanto trabajo por el momento que no sé ni cómo me llamo. La mitad de los alumnos son latinos, mexicanos, hondureños, colombianos, la otra viene de Asia: Filipinas, China e India, Pakistán, Corea... En su país no terminaron el segundo año de secundaria, quizás el tercero. Y ahora, con nuestra ayuda tienen que ingresar al programa normal. Los llaman transición porque están entre el aprendizaje del idioma y la secundaria.
Me gusta el trabajo. Me chupa toda la energía de mi cuerpo y mente, además de la salud, la garganta, la voz, los ojos, y ni te cuento porque lo sospechas, pero me gusta y lo tomo muy en serio. Tenemos clases, preparaciones y reuniones, tantas reuniones que ya ni puedo trabajar, ya tengo tanto proyectos que faltarían tres años para llevarlos a cabo. Llego a casa y tengo a mis pre-y-adolescentes con sus temas y pedidos, tantos, tantos... Estoy bien, Rosa, estoy cansada todo el tiempo, pero por suerte está la nieve, tan bonita ella, que cayó ayer durante muchas horas con gran viento: veinte, treinta centímetros, imposibilitando las calles, haciéndonos palear, y salir más temprano en la mañana, casi a la madrugada, para tener tiempo de llegar a hora al trabajo que empieza a las ocho, pero que ilumina el camino. Yo ando esperando mi regalo de Navidad, uno que a veces me regala la nieve, la que inmoviliza los aviones, la que me regala noches de amor, y mi amor, que sigue siendo lo más preciado de mi vida. Los chicos, mis hijos, están bien, por suerte, tienen que llegar hasta la semana que viene, con el poco de soplo que les queda, para que se vayan a Inglaterra donde les espera el papá. En eso estamos, amiga, con vida profesional y personal llena, pero con poco tiempo para la mente y la escritura, que me hace falta y extraño, pero admito no puedo, en este momento no puedo, no puedo escribir.
¿Qué si pienso en Cantabria, oh, sí, tanto... Y te beso por ser vos y a pesar de lejana, tan cercana en mi corazón.
Un beso grandísimo, amiga, te quiero, y te echo de menos.
Inés
PD: te leo.
lunes, 26 de octubre de 2009
miércoles, 21 de octubre de 2009
domingo, 18 de octubre de 2009
Radio, paraguas y fantasmas
Por la noche, mientras preparaba la tortilla de papas que les serví a los chicos, prendí la radio que tengo en la cocina y sonó Richard Desjardins, ya era casualidad. Así, por el poder de la música, fantasma viajero mío, te sentaste junto a la mesa para esperar la comida, y más tarde, cuando yo también estaba sentada, empezamos a comer y me llegó una cancioncilla en segundo plano que, más fuerte que una magdalena, más fuerte que las risas de los chicos, de repente, me transportó a París durante los días de invierno a finales de los ochenta... nananánanana nánanananá, los chicos hablaban y hacían más payasadas aquí, pero yo ya estaba allá, lejos, y me vi en el departamento de la calle Vaugirard, recién llegada y universitaria de 25 años, uno de los tres pisos que tuve en seis años durante esa primera estadía. Me veo con ademán estudioso: se suponía que tenía que escribir una tésis de maestría y ponía la radio para ayudarme, evidentemente... Decía, pensaba que me inspiraba y me acompañaba mientras trabajaba. A la misma hora todos los días, France Inter pasaba, como una telenovela, la banda sonora de los Paraguas de Cherburgo, que nunca vi en pantalla pero sí oí con una atención digna de las mejores alumnas de la universidad de Jussieu: Paris XII, sucursal loca y tercemundista de la Sorbonne. Al principio, el programa me hacía reír por esa forma de hablar cantando de la peli, pero admito que me atrapó, rápidamente, me atrapó tanto que no pude más que poner la radio ansiosamente todos los días para escuchar el siguiente capítulo. Durante unos días viví al ritmo de los personajes y de la música de Demy y Legrand. Quería saber que iba a pasar y cómo, la imaginación volaba... Me encantó, me fascinó, me acostumbré a las voces que amé en esa época, lo digo: amé. Yo oí esa película como nadie. Además, no puedo pensar en la escritura de mi tésis sin tener el tonillo de nananá nanana, nananá nana.... que vuelve y vuelve a mi cabeza. Los Paraguas fueron para mí un momento íntimo entre un París solitario y yo, entre los estudios, la universidad y la biblioteca, entre el cielo y la calle, en mi pisito chiquito, sonaban todos los días mientras leía... Por primera vez, por la tecnología, pude ver las caras de los personajes que tanto imagine... Te lo mando, porque hoy sonó en la radio... y vos estás en París... y aunque no llueva, y no sea Cherburgo, te echo de menos. Ahí van... nananánananananánana... uf.... Escucha a Liza, ella sabe...
martes, 13 de octubre de 2009
Recomendación
AV ¿te animas a llevar un libro de Gaston Miron, un gran poeta del Quebec?
Tu as les yeux pers des champs de rosées
tu as des yeux d'aventure et d'années-lumière
la douceur du fond des brises au mois de mai
dans les accompagnements de ma vie en friche
avec cette chaleur d'oiseau à ton corps craintif
moi qui suis charpente et beaucoup de fardoches
moi je fonce à vive allure et entêté d'avenir
la tête en bas comme un bison dans son destin
la blancheur des nénuphars s'élève jusqu'à ton cou
pour la conjuration de mes manitous maléfiques
moi qui ai des yeux où ciel et mer s'influencent
pour la réverbération de ta mort lointaine
avec cette tache errante de chevreuil que tu as
tu viendras tout ensoleillée d'existence
la bouche envahie par la fraîcheur des herbes
le corps mûri par les jardins oubliés
où tes seins sont devenus des envoûtements
tu te lèves, tu es l'aube dans mes bras
où tu changes comme les saisons
je te prendrai marcheur d'un pays d'haleine
à bout de misères et à bout de démesures
je veux te faire aimer la vie notre vie
t'aimer fou de racines à feuilles et grave
de jour en jour à travers nuits et gués
de moellons nos vertus silencieuses
je finirai bien par te rencontrer quelque part
bon dieu!
et contre tout ce qui me rend absent et douloureux
par le mince regard qui me reste au fond du froid
j'affirme ô mon amour que tu existes
je corrige notre vie
nous n'irons plus mourir de langueur
à des milles de distance dans nos rêves bourrasques
des filets de sang dans la soif craquelée de nos lèvres
les épaules baignées de vols de mouettes
non
j'irai te chercher nous vivrons sur la terre
la détresse n'est pas incurable qui fait de moi
une épave de dérision, un ballon d'indécence
un pitre aux larmes d'étincelles et de lésions
profondes
frappe l'air et le feu de mes soifs
coule-moi dans tes mains de ciel de soie
la tête la première pour ne plus revenir
si ce n'est pour remonter debout à ton flanc
nouveau venu de l'amour du monde
constelle-moi de ton corps de voie lactée
même si j'ai fait de ma vie dans un plongeon
une sorte de marais, une espèce de rage noire
si je fus cabotin, concasseur de désespoir
j'ai quand même idée farouche
de t'aimer pour ta pureté
de t'aimer pour une tendresse que je n'ai pas connue
dans les giboulées d'étoiles de mon ciel
l'éclair s'épanouit dans ma chair
je passe les poings durs au vent
j'ai un coeur de mille chevaux-vapeur
j'ai un coeur comme la flamme d'une chandelle
toi tu as la tête d'abîme douce n'est-ce pas
la nuit de saule dans tes cheveux
un visage enneigé de hasards et de fruits
un regard entretenu de sources cachées
et mille chants d'insectes dans tes veines
et mille pluies de pétales dans tes caresses
tu es mon amour
ma clameur mon bramement
tu es mon amour ma ceinture fléchée d'univers
ma danse carrée des quatre coins d'horizon
le rouet des écheveaux de mon espoir
tu es ma réconciliation batailleuse
mon murmure de jours à mes cils d'abeille
mon eau bleue de fenêtre
dans les hauts vols de buildings
mon amour
de fontaines de haies de ronds-points de fleurs
tu es ma chance ouverte et mon encerclement
à cause de toi
mon courage est un sapin toujours vert
et j'ai du chiendent d'achigan plein l'âme
tu es belle de tout l'avenir épargné
d'une frêle beauté soleilleuse contre l'ombre
ouvre-moi tes bras que j'entre au port
et mon corps d'amoureux viendra rouler
sur les talus du mont Royal
orignal, quand tu brames orignal
coule-moi dans ta plainte osseuse
fais-moi passer tout cabré tout empanaché
dans ton appel et ta détermination
Montréal est grand comme un désordre universel
tu es assise quelque part avec l'ombre et ton coeur
ton regard vient luire sur le sommeil des colombes
fille dont le visage est ma route aux réverbères
quand je plonge dans les nuits de sources
si jamais je te rencontre fille
après les femmes de la soif glacée
je pleurerai te consolerai
de tes jours sans pluies et sans quenouilles
des circonstances de l'amour dénoué
j'allumerai chez toi les phares de la douceur
nous nous reposerons dans la lumière
de toutes les mers en fleurs de manne
puis je jetterai dans ton corps le vent de mon sang
tu seras heureuse fille heureuse
d'être la femme que tu es dans mes bras
le monde entier sera changé en toi et moi
la marche à l'amour s'ébruite en un voilier
de pas voletant par les lacs de portage
mes absolus poings
ah violence de délices et d'aval
j'aime
que j'aime
que tu t'avances
ma ravie
frileuse aux pieds nus sur les frimas de l'aube
par ce temps profus d'épilobes en beauté
sur ces grèves où l'été
pleuvent en longues flammèches les cris des pluviers
harmonica du monde lorsque tu passes et cèdes
ton corps tiède de pruche à mes bras pagayeurs
lorsque nous gisons fleurant la lumière incendiée
et qu'en tangage de moisson ourlée de brises
je me déploie sur ta fraîche chaleur de cigale
je roule en toi
tous les saguenays d'eau noire de ma vie
je fais naître en toi
les frénésies de frayères au fond du coeur d'outaouais
puis le cri de l'engoulevent vient s'abattre dans ta
gorge
terre meuble de l'amour ton corps
se soulève en tiges pêle-mêle
je suis au centre du monde tel qu'il gronde en moi
avec la rumeur de mon âme dans tous les coins
je vais jusqu'au bout des comètes de mon sang
haletant
harcelé de néant
et dynamité
de petites apocalypses
les deux mains dans les furies dans les féeries
ô mains
ô poings
comme des cogneurs de folles tendresses
mais que tu m'aimes et si tu m'aimes
s'exhalera le froid natal de mes poumons
le sang tournera ô grand cirque
je sais que tout mon amour
sera retourné comme un jardin détruit
qu'importe je serai toujours si je suis seul
cet homme de lisière à bramer ton nom
éperdument malheureux parmi les pluies de trèfles
mon amour ô ma plainte
de merle-chat dans la nuit buissonneuse
ô fou feu froid de la neige
beau sexe léger ô ma neige
mon amour d'éclairs lapidée
morte
dans le froid des plus lointaines flammes
puis les années m'emportent sens dessus dessous
je m'en vais en délabre au bout de mon rouleau
des voix murmurent les récits de ton domaine
à part moi je me parle
que vais-je devenir dans ma force fracassée
ma force noire du bout de mes montagnes
pour te voir à jamais je déporte mon regard
je me tiens aux écoutes des sirènes
dans la longue nuit effilée du clocher de
Saint-Jacques
et parmi ces bouts de temps qui halètent
me voici de nouveau campé dans ta légende
tes grands yeux qui voient beaucoup de cortèges
les chevaux de bois de tes rires
tes yeux de paille et d'or
seront toujours au fond de mon coeur
et ils traverseront les siècles
je marche à toi, je titube à toi, je meurs de toi
lentement je m'affale de tout mon long dans l'âme
je marche à toi, je titube à toi, je bois
à la gourde vide du sens de la vie
à ces pas semés dans les rues sans nord ni sud
à ces taloches de vent sans queue et sans tête
je n'ai plus de visage pour l'amour
je n'ai plus de visage pour rien de rien
parfois je m'assois par pitié de moi
j'ouvre mes bras à la croix des sommeils
mon corps est un dernier réseau de tics amoureux
avec à mes doigts les ficelles des souvenirs perdus
je n'attends pas à demain je t'attends
je n'attends pas la fin du monde je t'attends
dégagé de la fausse auréole de ma vie
domingo, 4 de octubre de 2009
Gracias, Negra hermosa
Ya la gente ni sabe lo que es un casete. Yo tenía un casete que me quedó de mi casa, qué habré robado seguramente justo antes de que mi madre y mi hermana menor se volvieran a la Argentina, a principios de los ochenta. Un casete de los éxitos de Mercedes Sosa. Como vivía sola, me lo ponía a todo lo que da para que la voz, esa voz tan familiar, se ensanche por todo el espacio. Yo he respirado esa voz. He oído tantas veces ese disco, tantas pero tantas veces, en la cocina, en el cuarto, despacito, fuerte, con amigos, explicando, cantando, que me conocía cada letra, cada golpecito de bombo, cada nota. Era como un domingo en familia. Era volver a casa, era salir de Montreal, y después, de París, y volver a casa.
Acababa de llegar a París, vivía un momento difícil, me dijeron unas colegas de trabajo que pasaba, en el Olympia, esa sala mítica de París, una argentina y que me invitaban a verla, para animarme un poco, por supuesto que acepté sin saber de quien hablaban: "pero claro que me apunto, chicas muchas gracias", luego me entragaron el billete y vi que era la Negra, mi Negra y sonreí. Verla en París, unos días después de haber pasado caminando por la calle de Atahualpa sin animarme a subir a su casa, pero sabiendo que allí vivía... Llegamos y nos instalamos en ese teatro bonito, ni grande ni chico, tan parisino. Entró Mercedes con su poncho y su bombo, los presentes se pusieron a gritar, a aplaudir y los de mi fila a llorar, salían sollozos de emoción, tan exagerados esos argentinos pensaban mis colegas franceses, ¿por qué tienen que hacer tanto ruido? ¿qué no la quieren escuchar? La Negra se puso a hablar en castellano agradeciendo la sala de estar ahí y preguntar, ¿hay alguien de Tucumán? ¿de Santa Fé? ¿de Córdoba? de... y así...y la sala entera iba levantándose y sentándose con más gritos y aplausos, y se puso a cantar, y nadie pudo oírla, todos cantaban y lloraban, nunca he visto a una sala llorar tanto.
No sé porqué la noticia de su muerte me puso tan triste... Debe ser una acumulación de muertes en mi familia, algo así como mi Tucumán que se muere, Mercedes era mi Tucumán afuera de Tucumán y todo mi Tucumán que tengo adentro llora, y grita y aplaude.
jueves, 3 de septiembre de 2009
Le questionnaire Pivot
2. ¿Cuál es la palabra que menos te gusta? inane
3. ¿Cuál es tu droga favorita? la voz de mi amor
4. ¿Qué es lo que te desagrada? inercia, falta de sentido de humor, los clichés
5. ¿Cual es el sonido o ruido que mas placer te produce? las risas, gente riéndose
6. ¿Cuál es el sonido o ruido que te aborrece escuchar? una persona limpiándose la nariz
7. ¿Cuál es tu grosería favorita? ¡Joder!
8. Aparte de tu profesión ¿que otra profesión te hubiese gustado ejercer? guitarrista
9. ¿Que profesión nunca ejercerías? contador
10. Si el Cielo existe…y te encontraras a Dios en la puerta ¿Qué te gustaría que Dios te dijera al llegar? Ya estás bien, me ocupo de todo.
martes, 30 de junio de 2009
Le diable au corps


domingo, 21 de junio de 2009
Para Emilia
Saludos de una abrumada de trabajo y cosas.
miércoles, 3 de junio de 2009
Los colegas
Me hicieron reír porque es un poco verdad y cuando coincidimos al salir del trabajo hoy, les prometí no correr, y no decir que me estaba yendo, les aseguré hacer un esfuerzo: caminaría y actuaría normalmente, entonces se pusieron contentos y me cantaron una canción. Me gustó el recorrido lento --qué difícil para mí-- y volví a casa con la musiquita en la cabeza, aquí va, en honor de mis colegas que me llevan al metro, a pie y cantando.
Brassens cantando en castellano
La versión original
miércoles, 27 de mayo de 2009
viernes, 22 de mayo de 2009
Alive and kicking!
Soy una mujer fuerte y valiente, lo escribo con un suspiro, ¡qué remedio! --los chicos quieren ver una sonrisa antes de ir al colegio--. Soy más que nada una mujer ocupada, tan ocupada, hasta el agotamiento la mayoría de los días, como muchas mujeres divorciadas que tienen hijos y trabajo. Levantada a las seis para poner el día en marcha, acostada a las once cuando al fin cierro los cuadernos, los ojos y la voluntad con desesperación de lo horizontal, el cuerpo y la mente rodeados de una multitud de notitas pegadas por el escritorio donde me siento para terminar el día: pagar el alquiler, llevar a Guy al dentista, no olvidarse de devolver libros a la biblioteca, pedirle a Benja que lleve el cheque para la escuela, pagar impuestos... Inés, desconectá, concentrate en tu libro, leé y viajá, salí, volá, descansá, soñá, sí, soñá... Soy una mujer desorganizada que se olvida de las fotocopias para los alumnos de la tarde sobre el escritorio, o las llaves del aula, que busca sin cesar las gafas de leer, la bolsa, la hoja de asistencia, que repasa mil veces sus cosas toqueteando todo alrededor, ¿tendré todo? Que sale a las disparadas hacia el metro pensando que tendrá que pasar por el almacén después de la jornada de trabajo para comprar yogur para el almuerzo de los chicos, o al banco, ponerle nafta al auto. No te olvidés, Inés. Por favor, no te olvidés. Soy una mujer coqueta que piensa delante del espejo, ay, Nena, hacé un esfuerzo, tendrás a cuarenta alumnos mirándote todo el día, ponete algo de maquillaje en los ojos, y que se mira el cuerpo, las piernas, los pechos y piensa lo bien que sería hacer algún tipo de ejercicio, en algún momento libre, tomar menos, comer mejor, dos veces al día, cosas como les sirvo a los chicos: verduras, carne y alguna dulzura para terminar la comida. Soy una mujer social que se ríe con los colegas y conversa comiendo el sándwich en los pocos minutos que tengo a la una, antes de volver al aula. Soy, según mis compinches del trabajo, parlanchina, rara y fauvista. ¡Las ocurrencias de Inés! Soy algo extraña para mis colegas quizás, pero eso solo me hace sonreír porque existe alguien especial que sí me entiende a media palabra. Soy una mujer que se siente muchas veces agobiada por cositas que surgen y no son esperadas, que se enoja al pedo con el ex que solo quiere organizar, respuestas y decisiones. También soy feliz, todos los días, una media hora cuando camino en el trayecto de la casa al metro y del metro al trabajo, donde, según los consejos de mi hija que hace yoga los lunes, intento respirar profundamente y relajar la espalda. Cuando vuelvo a casa y están todos allí desorganizando, pidiendo, y hambrientos: mamá... uy, qué lindo, por dios, cuando pienso en la suerte, mi suerte, en el trabajo, en la primavera... Soy hija y amiga, atenta a mi gente y deseando cumplir lo del cariño, porque cariño tengo, que rebosa. Soy madre, y ese rol lo llevo con vehemencia, deberes, encargos, diligencias, atención, conversación: contame, hijo, yo te escucho. Soy una mujer cansada que ya ha perdido el norte y el sur, que ya no piensa ni escribe, pero que tiene mil ideas que no acabará de poner sobre el papel porque los días son tan cortos, tan llenos, tan largas las horas en el trabajo, tan intenso el preparar, terminar... Soy una mujer fuerte y valiente, querida por un hombre que respeto y adoro, que me apoya y me desea, eso me digo cada día al despertar, con muchos suspiros y secándome las lágrimas de cansancio. A ver, Inés, como era: soy una mujer fuerte y valiente... cansada, enamorada, ocupada, feliz y viva, tan viva.
Ya podré descansar.
jueves, 21 de mayo de 2009
Benedetti y lluvia de sábado con A. V.

TÁCTICA Y ESTRATEGIA
.
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos
.
mi táctica es
hablarte
y escucharte
construir con palabras
un puente indestructible
.
mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos
.
mi táctica es
ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
.
no haya telón
ni abismos
.
mi estrategia es
en cambio
más profunda y más
simple
mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
sábado, 9 de mayo de 2009
viernes, 17 de abril de 2009
Vals
No te asombres si te digo lo que fuiste,
una ingrata con mi pobre corazón,
porque el brillo de tus lindos ojos negros
alumbraron el cariño de otro amor.
Y pensar que te adoraba tiernamente,
que a tu lado como nunca me sentí.
Y por esas cosas raras de la vida
sin el beso de tu boca yo me vi.
Amor de mis amores,
reina mía, qué me hiciste
que no puedo consolarme
sin poderte contemplar.
Ya que pagaste mal
a mi cariño tan sincero,
lo que conseguirás
que no te nombre nunca más.
Amor de mis amores
si dejaste de quererme,
no hay cuidado que la gente
de eso no se enterará.
Que gano con decir
que una mujer cambió mi suerte,
se burlarán de mi,
qué nadie sepa mi sufrir.
La foule
En ésta está vieja, alcohólica y lo sabemos hoy, al final de su vida, pero me emociona...
Je revois la ville en fete et en délire
Suffoquant sous le soleil et sous la joie
Et j'entends dans la musique les cris, les rires
Qui éclatent et rebondissent autour de moi
Et perdue parmi ces gens qui me bousculent
Étourdie, désemparée, je reste là
Quand soudain, je me retourne, il se recule,
Et la foule vient me jeter entre ses bras...
Emportés par la foule qui nous traîne
Nous entraîne
Écrasés l'un contre l'autre
Nous ne formons qu'un seul corps
Et le flot sans effort
Nous pousse, enchaînés l'un et l'autre
Et nous laisse tous deux
Épanouis, enivrés et heureux.
Entraînés par la foule qui s'élance
Et qui danse
Une folle farandole
Nos deux mains restent soudées
Et parfois soulevés
Nos deux corps enlacés s'envolent
Et retombent tous deux
Épanouis, enivrés et heureux...
Et la joie éclaboussée par son sourire
Me transperce et rejaillit au fond de moi
Mais soudain je pousse un cri parmi les rires
Quand la foule vient l'arracher d'entre mes bras...
Emportés par la foule qui nous traîne
Nous entraîne
Nous éloigne l'un de l'autre
Je lutte et je me débats
Mais le son de sa voix
S'étouffe dans les rires des autres
Et je crie de douleur, de fureur et de rage
Et je pleure...
Entraînée par la foule qui s'élance
Et qui danse
Une folle farandole
Je suis emportée au loin
Et je crispe mes poings, maudissant la foule qui me vole
L'homme qu'elle m'avait donné
Et que je n'ai jamais retrouvé...
Bueno me doy un gusto. La letra en francés me ha perseguido mucho tiempo. Me parece una joya, de Michel Rivegauche.... Una maravilla.
Me fascinan los vals peruanos. Los adoro.
viernes, 3 de abril de 2009
Cine

Un verano caluroso en Montreal, cuando era chica, viviendo con unos familiares mientras esperábamos tener casa propia, o irnos, ya no sé, íbamos al cine. La ciudad estaba vacía, el mes de Julio demasiado caliente para estar fuera, o sea que todos los changos, éramos cinco chicos, nos íbamos ahí nomás, cerca, al cine del barrio, pagábamos la entrada en la primera función del día, nos instalábamos en la sala oscura con pantalla gigantesca, y ahí pasábamos la sesión del mediodía, de las dos, de las cuatro solo para volver a casa, con hambre, a la tardecita cuando ya se podía nuevamente respirar. Veíamos la misma película tres o cuatro veces seguidas, no nos levantábamos por miedo que nos vengan a buscar, nos echen o nos pidan más plata, pero por suerte no ocurrió, nadie nunca vino, nadie apareció, y muchas veces fuimos los únicos espectadores en la sala. Yo puedo ver una película muchas veces sin cansarme, sin siquiera moverme, hasta el día de hoy. No sé cuando exactamente me entró pasión por el cine, ya en esa época estaba completamente enamorada de la sala oscura, y también, claro de las fotos, los paisajes, los decorados, los actores, y la música. ¡Ah!, mirar una historia con fondo musical, ¿habrá algo más divertido? Y esas actrices, bellas, malas, o divertidas, los actores fuertes y elegantes, hábiles, saltando, bailando, disparando, dialogando sólo para vos, las veces que quieras oírlos. Guiones, cámaras, interpretación, claro después en la adolescencia me interesé en el cine con mirada más crítica, y por supuesto que en la intimidad de la falta de luz, habré dejado que un festejante me acaricie la rodilla o ponga su mano sobre mi hombro, no digo que no, pero la felicidad que sentí todo ese verano con aire acondicionado, pochoclo y Terence Hill, nadie me la quita.
Feliz día, mamá, en tu noche de media luna.
domingo, 29 de marzo de 2009
Árboles y ciudades
Feliz día, amor
J. Gelman
Ancho en París
Al que extraño es al viejo león del zoo,
siempre tomábamos café en el Bois de Boulogne,
me contaba sus aventuras en Rhodesía del Sur
pero mentía, era evidente que nunca se había movido del
Sahara.
De todos modos me encantaba su elegancia,
su manera de encogerse de hombros ante las pequeñeces
de la vida,
miraba a los franceses por la ventana del café
y decía "los idiotas hacen hijos".
Los dos o tres cazadores ingleses que se había comido
le provocaban malos recuerdos y aun melancolía,
“las cosas que hace uno para vivir" reflexionaba
mirándose la melena en el espejo del café.
Sí, lo extraño mucho,
nunca pagaba la consumición,
pero indicaba la propina a dejar
y los mozos lo saludaban con especial deferencia.
Nos despedíamos a la orilla del crepúsculo,
él regresaba a son bureau, como decía,
no sin antes advertirme con una pata en mi hombro
"ten cuidado, hijo mío, con el París nocturno".
Lo extraño mucho verdaderamente,
sus ojos se llenaban a veces de desierto
pero sabía callar como un hermano
cuando emocionado, emocionado,
yo le hablaba de Carlitos Gardel.
(Gotán)
domingo, 22 de marzo de 2009
sábado, 21 de marzo de 2009
Invierno

A los 25 tomé un avión y llegué a París. Recuerdo: era un doce de diciembre y salía de Montreal y el invierno. Había sido un año intenso de trabajo, mucho, mucho trabajo: dos escuelas, una de día y otra de noche, terminando a las nueve, algunos trabajos de periodismo para juntar plata y pagarme la mudanza. Frío el mes de diciembre. Cansada, Inés, flaca, triste de dejar a los amigos, y a toda mi gente, pero, al mismo tiempo, ansiosa por irme y conocer el otro lado del charco: tanto había soñado con Europa. “¿Por qué te vas, Inés?”, cantaba Gastón en una fiesta de despedida memorable. Ay, mi querido amigo, tantas razones, buenas y malas. Me iba porque creía que allá viviría algo diferente, intenso, nuevo, radicalmente otra cosa, iba a la gran ciudad, histórica y bella, blanca, gris, con panaderías, cafés y adoquines. Tenía una película bonita en la cabeza, ¿cómo?, tenía veinte películas, mil, tanto había soñado con ir: es importante la parte de sueño, la disposición del espíritu, me sentía atraída de tantas maneras, al final vería lo que tanto había imaginado; pero eso no es toda la verdad, me fui porque quería, de alguna manera, apropiarme de esa ciudad: París, mía, el Sena, mío, ahí vivió Inés Negrete, quería adueñarme de las calles, las veredas caminadas por tanta gente, todos los días, oler la humedad entrando en los edificios antiguos, cruzar parques que cruzaron hace dos, tres, cuatro siglos, gente como yo, quería una ciudad grande, bella, elegida por mí… Llegué a París el trece de diciembre a la mañana y lo primero que hice fue dormir. Al despertar era de noche; salí a pasear con dos acompañantes, J.-J. y su hermano. Caminamos por lo menos cinco horas por toda la ciudad iluminada por luces difusas, sobre los puentes y junto al agua oscura del río. Nos cruzamos con gente caminando con paso rápido, cabizbaja y aire sufrido, los hombros altos y tensos, las manos profundamente hundidas en los bolsillos. Nosotros también caminamos sin parar: el quinto, el cuarto, el segundo, el primero, République, la Bastille, el 14, y finalmente el 15, donde estaba el departamento, caminar hasta que los pies no sientan los adoquines de las calles, que mis ojos no distingan la Rive Droite de la Rive Gauche, ni puedan ver la torre Montparnasse levantado el mentón, empezar a desorientarme siguiendo el río…“Inés, recordás lo que te dijimos de este puente”, “Oh, sí, profesor: está hecho todo de acero... y se llama Alejandro III”. Era invierno y en esa primera noche parisina, a los 25 años, cansada y deslumbrada, me saqué el tapado y respiré todo el aire que cabía en mis pulmones, todo era tan hermoso y allí estaría mi domicilio, la canadiense se reía y tenía calor.
Movimiento
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Sao Paulo es una gran ciudad. Londres también. París, otra. Aprendí que aunque vivas donde todo es posible por la extensión y la variedad de ofertas al común de los mortales, en realidad se vive en un barrio, yendo y volviendo del trabajo, comprando comida donde es práctico, el mundo se reduce a unas cuantas calles. Los trayectos, los viajes, un ir y venir infinito. Sao Paulo, no sé, no lo conozco en realidad; conozco a Brooklin Novo, barrio de un período de la infancia, con sus calles de nombres americanos, cerca de la avenida Bandeirantes. Recuerdo la plaza al lado de casa, recuerdo la casa, perfectamente bien, el jardín donde planté un carozo de palta que germinó para convertirse en arbolito, y también, al final de la calle, el Club Hípico, los vecinos haciendo bicicleta, las primeras fiestas de pre-adolescentes, que éramos entonces mi hermana y yo. Recuerdo que tenía que levantarme temprano para tomar el bus escolar donde pasábamos todos los días una hora yendo y viniendo de casa al colegio. La gran ciudad vista por la ventanilla, jugando con los compañeros de bus, sitio de los primeros roces de mano, secretos, y siempre la radio del conductor a todo lo que da que nos gritaba:
Gooooooooooooooooooooooooooooo-oooooo-oooooooooo-o-o-o-o-o-o-o-o-o-oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo-ooo-ooo-ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooolllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll do equipo de Santos (no exagero).
El voceo de los goles en Brasil es una maravilla. La vida pasaba en el bus. Algunos barrios desfilaban en el exterior, y nada más. En ese entonces, les hablo de un tiempo que los menores de veinte años no pueden conocer, salíamos poco, pero cuando lo hacíamos, era como cambiar de país.
Londres es enorme, vasto, y de la misma manera, por una cuestión de tiempo y conveniencia, viví casi confinada en dos barrios, el de mi casa en Chiswick y el del trabajo en Camden. Exagero, exagero, por supuesto, porque el primer año y medio en Londres, me moví, conocí, recorrí, paseé, visité y viví en varios sitios de Norte a Sur, en la periferia, en el centro, en lo alto de Londres, allá arriba, antes de tener mi primer bebé; con mi hijo el barrio se volvió el universo. Main Street el teatro de todos mis días, el supermercado, los cafés, la farmacia y la clínica donde iba a pesar a mi niño. Dos años entre cinco o seis calles, con algunas excursiones, oh, tan raras, fuera del barrio. A Chiswick puedo decir que lo conozco bien. Los vecinos, los comerciantes, las boutiques, los que paseaban al perro. También los jardines de la casa de Chiswick, un lugar extraño y fabuloso donde acudía todos los días con el cochecito de bebé a perderme en un lugar verde y sorprendente. Completamente sorprendente. Londres tiene eso: uno dobla una esquina y todo puede pasar: encontrar una entrada algo oculta, un portón de hierro forjado y tras un caminito tortuoso ver aparecer un caserón inmenso, Chiswick House, un espectáculo palladiano que pertenecía a Lord Burlington, en el 1700, con sus jardines italianos, los inmensos cedros y cipreses, sorprendente, dije, sorprendente. Uno de mis lugares preferidos en Londres, por supuesto. El Támesis que pasaba cercano y el Coffee Shop perdido entre los árboles abundantes que tenía un cocinero estupendo, un café decente, una gozada.

Y es exactamente eso lo que me atrae de las ciudades grandes, es como ser una mosca en una cuba de miel, qué digo: un tonel, con un derroche de puntos posibles de contacto, ¡tantas posibilidades! Existe la oportunidad, el potencial, pero no nos engañemos, cuando la gente dice: vivo en Sao Paulo, vivo en Londres, en París, hay que saber que posiblemente viva en un barrio chico, haciendo trayectos largos y colas interminables para obtener cualquier servicio, o perdiéndose los mejores conciertos del mundo por no haber podido comprar el billete a tiempo.
Sí, sí, me fascinan las ciudades grandes, siempre deseé perderme en ellas, marearme de anonimato y el humo de los coches, sentir el pulso de millones y millones de personas, yendo y viniendo de su barrio al trabajo, caminado, en bus, en metro, en movimiento.
jueves, 19 de marzo de 2009
Actualidad
martes, 17 de marzo de 2009
A mi Patricia verde y cumpleañera
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
martes, 10 de marzo de 2009
Para AV, amor de mi vida.
Si te espero siempre
¿Por qué eres sorpresa?
Si estoy como el árbol,
esperando al pájaro,
-mensajero alto-
con todas las ramas
del ardor tendidas.
¿Por qué, como el árbol,
tiemblo cuando llegas?
¿Y por qué me pasma
la insólita vuelta
de lo repetido,
del invierno claro
detrás del otoño,
del estío inédito
tras la primavera?
La vuelta… ¿fatal?
¿Sin querer nosotros?
No, no. La queremos:
tras de su antifaz
de don a la fuerza,
se le ve su rostro,
libertad suprema.
Si te esto pidiendo,
igual que se piden
la luz y el reflejo
¿por qué, si me miras
me asombro
de ver que mi alma
devuelve a tus ojos
tu misma belleza?
Te reconozco, sí,
como se conocen
el fuego y los números.
Pero al verte siempre
parece que dejas de ser
por primera vez
la desconocida.
Mi ser está lleno
de infinitas sendas
que han hecho tus pasos
de andar en mí tanto.
Tengo
la vida sembrada
de huellas, las huellas
sólo de tus plantas.
Entonces, ¿por qué
cuando tú me andas
a besos, a sueños,
por esos senderos,
por qué me parece
que el alma se estrena?
Todo me lo das;
y todo te queda.
Siento los tesoros
que tú has puesto en mí
igual que se siente
la edad de la vida
dentro de las venas:
siento mi riqueza.
Entonces
¿por qué al darme algo
no parece más,
y tiemblo de gozo
como tiembla el alma
al ver que la suerte
se inclina, se inclina,
y le da la dulce
dádiva primera?
Pedro Salinas
lunes, 2 de marzo de 2009
9 años

Tres siluetas se perfilan cerca de la puerta de salida del aeropuerto, estoy hace media hora parada como una tonta, un globo enorme con Feliz cumpleaños en la mano, una bolsa de ropa, camperas de invierno, gorros, guantes, en la otra, inmóvil observando la jungla que vuelve de viaje, son tantos, está lleno el hall de arribos. Los tres, despacio, doblan hacia la salida, me ven, se ponen a correr brazos abiertos, gritando mamáaa...Y mamá soy yo, me derrito, pongo a temblar, dios, cuánto los extrañé, me abrazan, qué hermosos son, qué grandes, qué afortunada me siento, Rosa, lo digo con la voz entrecortada, no como me lo enseñaste, sino que me sale con un ronquido, un suspiro. Mis hijos regresaron a casa, y me siento en paz.
Feliz cumpelaños Sophie, hermosa.
lunes, 16 de febrero de 2009
sábado, 14 de febrero de 2009
Poema envíado, bello
La Belleza. Tema de Composición.
Una muchacha abre los ojos, se levanta,
abre la ventana, sale al patio.
En el patio hay hierba y rocío y basura,
hay ruedas pinchadas, roídas
por ácidos, esqueletos de bicicletas,
grandes trancas podridas en el suelo.
La Belleza. Tema de Composición.
La muchacha sale de la oscuridad
al patio, camina
tres o cinco pasos en dirección
a la cerca, levanta
los brazos, un escalofrío
la sacude, junta
las cejas en un gesto de disgusto,
se pasa el dorso de la mano
por la cara, vuelve
a la casa. La Belleza.
Tema para una franja.
Un pedazo de algo
iluminado por una cosa
parecida a la luz.
Pero que no es la luz.
Algo parecido al gris,
siempre que el gris fuera luz,
o que la muchacha
estuviera un poco mas quieta,
o que pudiéramos ordenar por bloques
el granito y las arpilleras.
Tema de Composición. La Belleza.
Un momento bucólico.
Todo el desorden se cuela
por una fisura llamada muchacha.
En ella hay dos o tres cosas
--dos o tres islas--
negociables. Pero no
la razón o el desencanto.
Pese a todos los inconvenientes:
un paisaje solido.
La muchacha pone agua
en la tetera, enciende el gas,
pone la tetera a calentar,
se sienta sobre una silla de paja
y mientras espera
tal vez piense
en la luz que se mueve
ganando y perdiendo baldosas.
La Belleza no suspirara: querrá verlo
todo. Pero los regalos y la paciencia
son para ella:
cauce inevitable.
Tema. Espacio donde los ojos luchan.
Espacio, palabra, donde los ojos
imponen su voluntad.
La muchacha sale al patio.
La muchacha toma te. La muchacha
busca los terrones de azúcar.
A través de ese espejo ella busca
las colinas con costras de bosques verdes,
oscuros, los mas distantes casi azules.
Tema de Composición. El Oxigeno.
Prepara sus arpilleras. Se sienta.
Hay rocas redondas como bacinicas.
Toma te. Remoja
la taza en un lavatorio de porcelana
que esta sobre la banqueta de madera
sin desbastar. Bebe agua.
Luego bebe te.
Mira la lejanía: nubes.
Junto a ella emerge el esqueleto
de una bicicleta,
oxidado, pero firme aun el cuadro.
Tema de Composición. Una bicicleta
que es la Belleza y no la muerte.
No la amante salvaje
--la muerte--
corriendo por las calles
del sueño
simplemente porque ya no queda nada
por hacer. No los golpes
en la puerta de la cabaña abandonada.
La muchacha bebe te, lava
el vaso en el lavatorio, tira
el agua en el patio.
Luego entra en la casa
y tras un instante sale
con una chaqueta de lana
sobre la espalda. Como una santa
atraviesa la cerca
y empieza a diluirse
entre los abrojos y la hierba alta.
Ese es el tema de la composición:
la Belleza aparece, se pierde,
reaparece, se pierde,
vuelve a aparecer, se diluye.
Al final solo escuchas
las pulsaciones de un pozo,
que es tu corazón.
Roberto Bolaño
jueves, 5 de febrero de 2009
Ladies and gentlemen: The Cramps
miércoles, 4 de febrero de 2009
lunes, 2 de febrero de 2009
Nota en El Liberal
Una publicación importante: El punto y la coma | |
Se trata de un periódico que llegó a los 40 números culturales, un récord en Santiago del Estero. |
La revista sale quincenalmente, lo que la hace más difícil en el vértigo periodístico, a pesar de eso, su director, Ariel Horacio Sequeira y su subdirector, Juan Manuel Aragón, saben lo que quieren y, sobre todo, demostraron tener una gran experiencia como periodistas gráficos. Ambos trabajaban en otros medio periodístico. Pero antes de su experiencia periodística Sequeira ya era un reconocido locutor que se había desempeñado en varias radios de frecuencia modulada, mientras Aragón había ganado algunos premios provinciales como escritor de cuentos. Quiere decir que esta vez la tarea de intentar una revista de cultura y educación desde Santiago, no estaría solamente en manos de un grupo de hombres ligados a un pensamiento cultural, sino que la tarea estaría a cargo de dos profesionales del periodismo, lo que garantiza la ecuanimidad en la elección de temas, la absoluta imparcialidad en cuanto a los enfoques de los autores que enviaran sus colaboraciones, una diagramación impecable y, en fin, un profesionalismo que, a esta altura de las publicaciones (ya lleva 40 números), nadie discute.
La tarea es fácil y difícil a la vez. Es fácil porque vivimos en una de las regiones culturalmente más ricas de la Argentina, como que es la más antigua, la más sufrida y la que guarda en el corazón de su sencilla gente el más antiguo caudal de costumbres, ritos y folklore de la Argentina. Pero a la vez, en muchas ocasiones es complicado entender situaciones políticas y sociales que se dan en la región, si no se ha nacido y criado en estos pagos. Además, no hay que olvidarse de que al lado de lo que los porteños conocen como el estereotipo del hombre del norte, sencillo, hospitalario, bonachón y algo ingenuo, también hay una importante tradición intelectual, una intensa vida universitaria y una gran asimilación de lo que entregan los medios de comunicación de todo el mundo, incluida esa formidable arma moderna que es internet.
Como no podía ser de otra manera, los temas que se tratan en la revista, van desde la poesía, hasta la violencia en las escuelas, pasando por la pérdida de la palabra en las radios de frecuencia modulada, la vida y la obra de algunas poetisas o la demora en la transformación educativa luego de la sanción de la última ley nacional de educación. Entre otros.
Esta vez la intentona era en serio, por la importancia de la institución que financiaba los trabajos, el Sindicato Argentino de Docentes Privados, por lo que no cabía desesperarse por tocar ciertos temas, ya que, con dejar que maduraran, solitos irían cayendo, redondos y pulidos, en sus páginas. A mitad del camino, en agosto del 2007, con importantes aportes financieros, esta vez del sindicato en el orden nacional, la revista se hizo regional, es decir que comenzó a abarcar no solamente la cultura de Santiago sino algunos aspectos relevantes de Salta y Tucumán, lugares donde también se la comenzaría a repartir. En la presentación de ese primer número interprovincial, en el Jockey Club de Santiago, confieso que lo primero que me impresionó fue el entusiasmo con que sentí hablar de esta clase de empresas culturales, a los representantes del gremio de las tres provincias y al enviado nacional del sindicato. Ese día también me enteré de que Sequeira y Aragón abandonaban el diario en el que estaban trabajando hasta ese entonces, para dedicarse de lleno a esta tarea. Esa noche, en la presentación dije que las revistas de cultura cobraban otra dimensión también el día que desaparecían, pues se convertían en una especie de objetos arqueológicos para las generaciones por venir. Recordé el grupo “La Brasa” y la revista que publicó a fines de la década del 30, en Santiago, y “Tarja”, de Jujuy que, igual que “El punto y la coma”, venían a convocar a los más grandes pensadores y artistas de la región, para entrevistarlos o pedirles que les entreguen sus trabajos periodísticos más originales.
En las provincias, aún cuando muchos no conozcan Buenos Aires, casi todos sabemos al detalle en qué están los porteños, qué hacen, qué piensan, qué está de moda, quiénes son los pensadores que más dejan oír su voz, cuáles han sido dejados de lado, qué corrientes de pensamiento nacidas al otro lado del mundo han llegado al Río de la Plata y sus alrededores, quiénes son sus mentores y qué buscan. No lo sabemos por generación espontánea, sino porque la enorme industria periodística y cultural de la Capital se encarga de mostrarnos eso y mucho más. A veces los periodistas porteños se acuerdan de que las provincias también existen, entonces anuncian que cada dos números de alguna revista saldrá una nota de lo que llaman “el interior”, como si ellos vivieran en alguna parte del exterior, como si Buenos Aires fuera parte de una periferia distinta, galáctica o, pensando mal, superior al resto. Y pretenden abarcar en un solo suplemento toda la cultura de una provincia en el acotado espacio de 18, 20 o 50 páginas, como si con una mirada periodística de unos cuantos días de un enviado especial, instalado en un hotel del centro de una capital, más un fotógrafo y un buen catalogo de los nombres más representativos, bastara para mostrar todo lo que ha proveído, está dando y tiene para entregar una provincia. De esta manera se han cometido graves errores en publicaciones supuestamente serias y conocidísimas de la capital, en trabajos apresurados, plagados de clichés aptos solamente para el consumo de la gente de Buenos Aires, con ausencias más que notorias y desconocimientos mayúsculos de las costumbres y usos de la gente de cada una de las provincias.
Uno de los motivos de la aparición de “El punto y la coma”, según comentaron sus directivos, era terminar con el complejo de que solamente los porteños tienen la capacidad de vernos como somos. Y mostrarnos al mundo de otra manera, con nuestros propios códigos, que comienzan con nuestra suave pronunciación de las erres, pasan por nuestras comidas regionales y llegan hasta una concepción filosófica de esta parte de la Argentina, tal como lo mostró el pensador Gaspar Risco Fernández, en una entrevista que se publicó en la revista. Es decir que, como todas las regiones de la Argentina, tenemos lo nuestro para decir, para contar, para mostrar, más allá de toda la folklorería que –por comodidad o pereza intelectual- muchas veces se nos atribuye. Con un poco de ayuda lo estamos haciendo.
La revista “El punto y la coma” es el producto maduro de dos hombres de prensa santiagueños, apoyados por reconocidos intelectuales santiagueños como Alberto Tasso, Carlos Zurita, Jorge Rosenberg, Liliana Herrera, Antonio Cruz, Julio Carreras, Juan Edgardo Paz y otros muchos que colaboran con ellos, no solamente con notas y entrevistas sino abriéndoles las puertas del resto de las provincias del norte, brindándoles datos y direcciones de amigos que consiguieron en el largo camino por conocer y mostrar el norte de la Argentina. Así, esta revista ha entrevistado o ha publicado notas de músicos, teatristas, poetas, pintores, escultores, actores, relevantes o desconocidos de la región y de Chaco, Neuquén, San Luis y otras provincias, incluida Buenos Aires y la Capital Federal. Su espíritu no es hacer que una idea prevalezca sobre otra, como podría ser una publicación comprometida con algún pensamiento de la época, sino mostrar todas las tendencias, todas las modas, todas las filosofías, todas las maneras de ver la vida que tiene una de las regiones con más historia vivida de la Argentina, una de las más postergadas, una de las más sufridas. Se ha dado el caso de que un entrevistado, queriéndolo o no, sabiéndolo o no, contradice lo que expresó otro, que una nota se opone a la concepción de otra, pero así es la vida también aquí, a veces entendible, a veces contradictoria.
Debo destacar la importancia de que un gremio nacional se ocupe de financiar una revista de estas características, que lo haga sin pedir nada a cambio y que exprese su generosidad de una manera tan abierta a toda la gama de pensamientos que se presentan en la sociedad, aunque no coincidan con los suyos. En los tiempos que corren, no es frecuente que un particular tenga este rasgo de generosidad con la sociedad, entregándole gratis una revista de la calidad de “El punto y la coma”.
Algunos piensan que la vida es un dejarse estar, no es el caso de los directivos de la revista que, este año, a despecho de la crisis internacional en ciernes, apuestan a abrir la publicación hacia otros rumbos. Luego de arduas conversaciones, se debatió acerca de la necesidad de integrar una provincia más a sus páginas. En las discusiones se puso en la balanza si era más conveniente Jujuy o Catamarca. Ganó la postura que sostenía a Catamarca como más factible para que tenga presencia permanente, más que nada por la proximidad geográfica con Santiago. Los últimos días de diciembre, Aragón estuvo allí, tomando contacto, entre otros, con el reconocido historiador Armando Raúl Bazán y con la prestigiosa escritora Hilda Angélica García, quienes prometieron su colaboración para el emprendimiento. De todas maneras, no dudo de que en cualquiera de los viajes de Aragón a Salta, ha de darse una vuelta por Jujuy, más que nada para ir preparando el camino para lo que podría ser, ahora sí, la gran revista que el norte argentino está esperando.
Por Alfonso Nassif
viernes, 30 de enero de 2009
Día 2

Sonia se quedó mirándome un momento en silencio.
-Qué pasa, ¿se corrió mi lápiz de ojo?
-No, no, no es eso.
-¿Entonces?
-Se supone que somos viejas, ¿no?
-¿Viejas?, sí, grandes, ¿no?
-Pero yo te veo igual, igualita, Inés.
-Porque me conoces, no me ves, pero acepto el piropo.
-No es piropo idiota, las mujeres de nuestra edad son grandes, como decís vos, y yo no te veo vieja.
-Sonia, me conocés desde los quince, sí he envejecido.
-Pero te movés igual, tus gestos, tu forma de caminar, te movés como una joven. Tu cara está igual. Más flaca, quizás, tenías mejillas redondas de niña.
-Ah, ¿por qué habría cambiado la forma en que me muevo?
-Porque somos viejas.
-Sonia, somos errores de la naturaleza, nosotros hemos zafado y no envejecemos, es así y punto.
-Eso debe ser. Sí, eso debe ser.
- ...
-¿Vos me ves vieja?
-¿Yo? No, Sonia, en absoluto.
-¿Frikies?
-Sí, sí, Sonia.
-Bueno, nena, este local apesta, tanto ruido, tanta gente gritando y haciendo ruido, ¿nos vamos?
-Te lo iba a decir. Vamos. No me oigo ni a mí misma, además tengo hambre...
-Un lugar tranquilo, ¿qué te parece? Una copa de vino y a la cama, ¿sí?
-Excelente idea, amiga, dejemos a estos tipos gritar en paz.
-Ay, Inés, ¡estamos viejas!
-Sí, Sonia, es oficial.
-Y bueno, ¿qué se le va a hacer?
-Nada, querida.
Salimos del boliche corriendo como dos pendejas, riéndonos.
miércoles, 28 de enero de 2009
Día 1
Cuando pega el viento y cae la nieve como hoy no hay que extrañarse de vivir en un país donde la gente no alza la vista cuando anda por la calle. El frío pero sobre todo el viento nos vuelve algo hoscos. Presa en mi mundo autista yo también, pensé que paso a paso el camino se va haciendo, y sí no hay elección, no se mira adelante ni atrás, solo el camino con talones hundidos impulsando el cuerpo, en un paseo solitario; también pensé que tengo que cuidar de mi elección de botas. ¡Cuánto se las mira!Un paso tras el otro. Así es.
martes, 20 de enero de 2009
domingo, 18 de enero de 2009
Indignación
miércoles, 14 de enero de 2009
martes, 13 de enero de 2009
Com teia caranguejeira
E enfeite ruim de caipira,
Fale fala brasileira
Que você enxerga bonito
Tanta luz nesta capoeira
Tal-e-qual numa gupiara.
Mário de Andrade, (Lundu do escritor difícil)
Pensamos a menudo en nuestra baiana preferida que se quedó en París, dejándonos huérfanos de su sonrisa y su voz por la casa, cuando cantaba a toda hora del día; una garota de ojos negros, movimientos rápidos y presencia discreta. Adriana es energía y timidez al mismo tiempo, con un cariño por nosotros que salía torpe y a borbotones. Una sombra veloz que llegaba cargando sobre su cuerpo menudo un montón de libros de la universidad y que nos saludaba risueña: oi, oi, minha gente, como foi o dia; Inês, se vai poder me ajudar com o trabalho de inglés? antes de desaparecer a su cuarto donde coexistía música y televisión, calor y sombra. Era también un idioma suave y melódico, todos los días, que se evaporó y que extraño de una manera sorprendente, y que ahora solo encuentro en algunas canciones agridulces. Su presencia era el contrapeso que me aligeraba la existencia. Era mi hija mayor--como si la vida se hubiera extraviado entre Argentina y Europa--, una chica que se sintió en mi casa como en su casa, porque fue su casa, cambiando los muebles de sitio cuando se le antojaba, re-acomodando los cajones de la cocina, "Adriana o qué que você fiz com os talheres ? Meu Deus menina, você e sua manía de mexer com a cozinha!", talando la enredadera que cubría la pared y llegaba hasta la ventana del cuarto de los chicos, pero con jeitos tan capaces que todo con ella parecía fácil, una hija agregada durante cinco años, cómplice de Emilia y golera predilecta de los varones. La echamos de menos, sí, mucho, pero nosotros sabemos qué tienen las bahianas, ¡eh!
Tem graça como ninguém.