Para viajar a las estrellas, la cuestión es tener unos guantes de esos gruesos, que sirven para apretar los botoncitos de las naves espaciales. Después hay que esperar el día de la cuenta regresiva, diez, nueve, ocho, siete, pateas una piedrita mientras caminas rumbo a tu trabajo, seis, cinco, cuatro, adiós señora comoleva, comoestausté, tres, dos, uno, qué frío que hace esta mañana, es julio, qué esperas, que haga calor, cero y fuego. Ya estoy en órbita, macho. Marcar la tarjeta y entrar a la oficina. Buenos días, señor jefe y que se haga agua el helao.
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