sábado, 27 de diciembre de 2008

Private joke



David Bowie, live in Japan.


En alguna parte del mundo caliente con playa llegaron cinco pasajeros... y a mí me dejaron en una casa arreglada silente, zen, sí zen. Empieza oficialmente el fin de año...

Qué 2009 les traiga mucho chocolate

Besos.

miércoles, 17 de diciembre de 2008

La Norvège

A mon amour, para que no se te olvide que prometiste ayudarme a palear...



« Ah! comme la neige a neigé!
Ma vitre est un jardin de givre.
Ah! comme la neige a neigé!
Qu'est-ce que le spasme de vivre
A la douleur que j'ai, que j'ai. »


Por las calles pasan más camiones que coches. Están yendo y viniendo, ruidosos y enormes, preparándose para levantar la nieve. Es un baile particular con sus códigos y costumbres. Se los ve llegar en fila, uno tras el otro, con una luz naranja guíando y se sabe que mañana estará la calle un poco más despejada, si no limpia. Un cortejo lento e imponente, que empieza al atardecer… Y como el poeta también me pongo a pensar en aliteraciones en g.


Tout ses espoirs gisent gelés :
Je suis la nouvelle Norvège
D'où les blonds ciels s'en sont allés.


Desde hace casi dos seman
as, estamos en Noruega, mi ventana "un jardín de escarcha"— Sobre la calle Victoria, el paisaje es blanco y negro, entre bultos de nieve, las calles peligrosas, resbaladizas, cubiertas de un fino polvo que se cuela a los pies. Delante de casa está la pala, ahí nomás, cerquita y lista, por si acaso se acuerda mi hijo mayor o yo me animo a limpiar la entrada, otra vez. Cada vez que saco nieve pienso que hay gente que paga para ir al gimnasio, y me río. Con caminar en la nieve pegajosa hasta la farmacia o el correo, ¡¿quién necesita ejercicio!?, digo yo, que camino cuidadosamente de arriba abajo la calle varias veces al día. ¿Si no caminara podría ver los árboles helados?


Y hoy pensé: voy a comprar madera, y poner en marcha la chimenea, juntarnos con los chicos a ver las llamas disparar, y en esas paso por una casa en la calle comercial, una casa con luces de Navidad y música y oigo:








Norwegian Wood de los Beatles, y pensé, ah, la magia de las coincidencias, Emile Nelligan revisted por Lennon, qué bueno. Me volví a casa contenta, sin árbol de navidad, ni madera para el fuego, con
un solo regalo, pero con la sensación de que como el invierno canadiense no existe nada igual en ninguna parte.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Boston, la aristocrática


THE ROAD NOT TAKEN

Two roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;
Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,
And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.
I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I-
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference.

Robert Frost.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Una tintorería mágica

Para Olivia, la mejor tintorera del mundo y fuera del mundo.


Manuelita, Manuelita
Manuelita, donde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz.


Miré el mapa de soslayo. Para salirse por la tangente, la mejor ruta era la diagonal; en Montreal la casa se llenó, o yo estaba demás, ya no sé, por eso decidí con entusiasmo ir a mi tintorería preferida, la de Arlington, Massachusetts, donde los bellos ojos azules y risueños, los dedos inquietos y ágiles, los brazos tiernos, la sonrisa y las lágrimas siempre presentes de mi "tintorera", me recibirían con interés y cariño. Hace demasiado frío para cruzar el mar, pensó Manuelita, y se tiró con su autito plateado por las rutas en dirección sureste, cruzando valles, montes hermosos, ríos, tomando café en Randolph, parada sola al lado de su auto, entre viento y nieve, 9 grados bajo cero marcaba el termómetro en uno de los numerosos puestos de descanso del Interstate 89, allá arriba en Vermont, mitad del camino. "Así no me va a quedar ni una arruga" declaró a contra viento en ese lugar desierto.

En la tintorería de París
la pintaron con barniz,
la plancharon en francés
del derecho y del revés,
le pusieron peluquita
y botines en los pies.


Empecemos con el desodorante, dijo seria, después te lavo los dientes y te seco el pelo. Me pareció perfecto el plan. Se escapó, regresó con pintura de uñas y se dedicó caprichosamente a mejorar el aspecto de mis pies y el de la alfombra. Me puso, para terminar, una trabita en el pelo que me peinó y perfumó con agua de colonia. Quedé hermosa, para qué negarlo. Esa misma noche, durante la comida, mis plumas "coloradas" revoloteaban por la mesa, los ojos de los comensales-- finos ellos, les aseguro--lloraban de emoción.

Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo que podré yo hacer
Vieja no me va a querer
en Europa y con paciencia
me podrán embellecer.


Mi tortugo hubiera estado de acuerdo: estaba linda. Pero sobre todo estaba bien, como hace muchísimo tiempo no estaba bien. No solo por el talento creativo de mi peluquera favorita, sino porque echaba un vapor esa tintorería, un vapor denso y embriagador, casi una esencia que se podría conservar para respirar en los días inseguros, o grises, o antes de largarse a la calle a laburar. Un vapor -- en esa casa se quieren-- cuya fórmula secreta la conoce una amiga mía, una maga, y que hace mucho, pero mucho, bien.

PD: Olivia: tenés que cerrarte la campera, por favor.



¿Quieres jugar con yo? Sí, mi amor, cuando quieras.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Un kilo para el señorrrrr. Un kiló...


Para Holger:




No sé si estaré de buen humor, tampoco sé bien lo que me reserva la vida, pero de última como dice Cat Stevens, los caminos están abiertos para elegir, y eso, qué querés que te diga, sí me pone de buen humor.


Un abrazo para vos y los tuyos.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Shalom

Como una marciana en una pompa de jabón

Mamá, el texto corregido para vos. Con la ayuda de A.V.

Winston Churchill, el premio Nobel de literatura (sí, sí, Sir Winston Leonard Spencer-Churchill, que se le va a hacer, quince años con un inglés marcan), decía que el éxito es ir de fracaso en fracaso con entusiasmo. Ocurrente, el viejo loco éste. Digamos que el éxito fue llegando después del fracaso pero, no sé por qué, siempre me faltó el entusiasmo. Tampoco hubo placer en ningún momento aunque sí, al principio, un poco de curiosidad. Además de profesora de francés, soy irremediablemente curiosa. Los Hassidim constituyen una comunidad hermética; hablan Yiddish, se visten con atuendos del siglo XVIII, no tienen televisión en casa ni permiten libros escolares con imágenes de niñas en pantalones o arremangadas y, en pleno siglo XXI, los 12 000 miembros que constituyen la comunidad viven sin ningún tipo de interés en el mundo moderno y pasean por la ciudad sin mirar a los demás por la calle. Entrar en esta sociedad como si fuera una invitada fue interesante y exigente a la vez. Sin embargo, no era un trabajo para mí, así que seguiré el consejo de Monsieur Winston y continuaré fracasando en cualquier otra parte, siempre que haya entusiasmo, claro. Porque cuando hay entusiasmo hay vida y buena voluntad.

Shalom, Chaim, el de la bonita sonrisa, qué sigás fanfarroneando y tirando cosas por la ventana, esa habilidad quizás te sirva en algún momento, ¡ese movimiento de brazo! Dovid, si hacés sonar la alarma de incendios una vez más te van a expulsar, ah, es lo que querés, bueno, bueno. Yitzchock Meir, vos tan callado, creo que nunca he oído tu voz. Yitzy, ¿estás?, ¿huuum?, ¿habrás hecho tu ejercicio? o será el mismo "¿qué ejercicio?" de siempre. Shmaryahou, tan inteligente vos, procurá no aburrirte demasiado, que si te aburrís un segundo pegás gritos por la clase, te levantás y trepás hasta la ventana, peleás con Daniel que a su vez te devuelve la patada y acaban los dos tirándose al piso, en una refriega sin tregua, hasta que pase algo, y una profesora pierda la voz pidiéndoles que paren, y eso todos los días cansa, te lo digo yo. Eliezer de Alberta, ya sabemos que no sabés francés, pará de repetirlo y ponete a escuchar lo que dicen, quizás aprendás algo, y entonces ya no habrá "para qué", tu frase preferida. Yaakov, hermoso Yaakov, tenés mal carácter, controlalo un poco, y recordá que la clase dura más de veinte minutos, dale, un poco de ánimo, y no molestés tanto a los otros tirándoles elásticos a los ojos. Raphael, dibujar y no hacer nada es una estrategia, pero vos también vas a tener que trabajar, y cuando haya pelea, que la habrá, no te imaginés que sos un personaje de Asterix y que por solidaridad tenés que tirarte al suelo gritando con los otros chicos, "es una cuestión de principios" decías, pero no, Raphael, así no se puede: si te gusta ser solidario y participar hacelo, pero que sea con el cuaderno. Oh, ¡el cuaderno!: Shmuel, sí, Shmuel, todos los días hay que sacar el cuaderno, y no preguntés más qué cuaderno, es el mismo de siempre, ¡qué hostilidad!, ¡que agresivo te ponés!, no te negués de esa manera a estudiar, dejá a Shlomo tranquilo, que a veces pinta que algo va a suceder. ¡Shimon!, ¡Shimon!, vas a tener que poner un poco de orden en tus papeles, las fotocopias son para los ejercicios y no para limpiarse la suela de los zapatos, no me mirés así Shimon de ojos verdes, yo sé que te irá bien, pibe simpático, tu imaginación es de oro. Shalom, Yehudah, Yonah, Nechemiah, Daniel, Elyokum, Shelomo, que su odio por el francés no les amargue demasiado el cerebro, ya lo tienen bastante perezoso e indisciplinado; es como con todo, ya que están en el baile, dejen de llorar y ponganse a bailar. Hablando de llorar, Avrohom, no hay ninguna conspiración contra vos, todos tienen que sentarse en la silla, y poner un poco de atención, aprender, y cuando digo aprender no va para tanto la cosa, pero vos con tus quejas continuas… date cuenta de cuanto molestas a todos… ¡sí, son largos los horarios!, ¡ya lo sabemos!, si lo sabré yo que tuve que soportarlos, ¡estudiar hasta la seis de la tarde! … y cuanto más ruido haya en la clase más trabajo se les da, pensalo: si están callados, se tranquiliza la profe y descansás, eh. No, Yeshiva, no es una cárcel, todo podría ser más divertido si le dieras una oportunidad. Avrumi, pequeño, inquieto e inestable Avrumi; debe ser porque tengo un niño dramático en casa que supe detener tus cóleras legendarias: cuidate y ocupate bien de Yisroël, ayudalo porque no sabe como estudiar. Mordechai, mirá adelante de vez en cuando, te darás cuenta que la persona frente a vos está diciendo algo. Zundel, la clase de francés es dentro del aula y no en el pasillo, enterate, dejá de abrir y cerrar la puerta, no te levantés, dejá de mover el escritorio, pará de moverte, por favor, ya sé que no te gusta el francés, que el gobierno te obliga a aprenderlo, que no lo vas a usar en tu vida, nunca jamás, que te vas a ir a los EE.UU. y te casarás con una americana, pero de momento, Eliyahu Zundel, tenés que pasar un examen, así es. Y Gavriel, nadie te dará nada si hacés tu tarea, pará de pedir: dinero, recreo, menos trabajo, así no se puede funcionar. Chicos, Yehudah, Yehuda Daniel, Moshe, Yonatan, Yonatan Dos, Morty, Shaul, Daniel, Isaac, Yehoshua, Boruch... menos ruido chicos, no pierdan tanto tiempo fastidiando a la profesora que si se enoja, se envenena el ambiente y aparecen tensiones, rencores y otras cosas que no les van a gustar... estar juntos tantas horas así, qué horror ¿no? Ya no habrá guerra, pararon las hostilidades, no les daré más trabajo de francés, "demasiado" trabajo de francés, un francés que ni entienden ni les interesa, ya no habrá mas "buenos días, señoritos, ¿qué hacemos hoy?", y no contestarán "¡Nada!". Eso tenía su gracia al final. Suerte a todos, la van a necesitar. Será con otra profesora. Se me fue el entusiasmo, las ganas y, sobre todo, la paciencia. Solo quedó el cansancio y el deseo de estar en cualquier otro lugar. Pero, ya ven, al menos nos fuimos conociendo un poco, ¿no?, y a mí sí me saludarán por la calle cuando pase porque, ya que no el estudio del francés, paradójicamente empezó el cariño. Epa, supe que les encantaba cuando los imitaba en broma, sí, me lo dijo el Rabino. No, no le conté que hablábamos de religión, no se preocupen. Y respondo hoy a su pregunta constante: No.



La frase de Churchill, ¿cómo iba? Ah, sí, de fracaso en fracaso con entusiasmo... bien.

martes, 4 de noviembre de 2008

Aire de otoño




El aire

Aún más que el mar, el aire,
más inmenso que el mar, está tranquilo.
Alto velar de lucidez sin nadie.
Acaso la corteza pudo un día,
de la tierra, sentirte, humano. Invicto,
el aire ignora que habitó en tu pecho.
Sin memoria, inmortal, el aire esplende.

Vicente Aleixandre

domingo, 26 de octubre de 2008

Aliento

Epa, qué suerte que está el refuerzo emocional para los domingos un poco azul. Esta canción la escuchaba muchísimo en Brasil, hace unos añitos ya. Gracias, mi amor, por haberme puesto un sonrisa así de grande en mi tarde de domingo.

Daúde Pata Pata.

Está buenísima la versión, ¿a que no?

Ya que me entraron ganas de bailar (pa amar, jaja) pongo la original que es una maravilla.



Everybody start to move,

Enjoy!

Último domingo de octubre



(Liniers, octubre 2008)

martes, 21 de octubre de 2008

Garúa de otoño, carta a mi primo Juan


Primó:
Delante de mí la ventana que da al pedacito de césped delante de casa, y el árbol. Lo estoy mirando porque desde esta mañana nieva hojas amarillas a lo bestia, el viento y la lluvia de otoño me lo están pelando más rápidamente que cualquier helada mañanera, que no hubo mucho, la verdad, el otoño está precioso en Montreal. Sabías que las hojas caen porque preparándose para el invierno la clorofila de las hojas se deteriora, permitiendo al árbol hacer reservas de carbono y azote; sin clorofila y con la ayuda de algunas enzimas, las hojas se tiñen de colores anaranjados, púrpuras y amarillos en fin, disminuida y multicolor, pesada ya, la hoja cae. Algo así, son cosas que aprendí en la escuela en otoño cuando la profesora de biología se sentía nostálgica y poética, y nos sacaba a pasear por el patio a mirar los árboles. Yo nunca me canso de mirar un árbol, en otoño, aquí, maravilloso espectáculo natural, el más bonito que he visto en mi vida, y con él el olor a tierra húmeda, las mañanitas frescas, el sol de la siesta que te hace abrir el saco y protestar: uno ya no sabe como vestirse caray, la nariz colorada al llegar la noche, el otoño, Juan, en Montreal es mi temporada preferida. La vivo con afán y un poco de tristeza, claro, es otoño, ¿no? Las calles acolchadas y el ruido amortiguado de los autos, las calabazas delante de las casas del barrio anuncian que falta poco para que acabe la media estación, sí, falta poquito.
Estoy de vacaciones, nueve días de inmovilidad casi completa, bueno ayudó mucho haber tenido una gripe de la san puta que me dejó temblando como una hoja, mareada y titubeante...oh, mira cayó otra tanda, qué viento, che. La casa está que reluce, la ropa lavada y planchada, los chicos mimados por una mamá disponible, en casa y sonriente, eso no lo veían desde hace tiempo, estoy tan a las apuradas, siempre, intranquila y nerviosa; estos días hasta me he puesto a cocinar, yo, mirá vos, leo macanas en revistas, cuando no me lloran los ojos, fue fea la gripe, en serio, y leo también algunas páginas de un libro de un loco que se fue a descubrir Asia en los años 20, y así pasan las mañanas, las siestas, y las tardes cada vez más cortas al aproximarse el momento que tendré que volver al trabajo. Y se me atraganta todo el otoño en la garganta, quiero salir corriendo y perderme, desaparecer, me pongo a toser, me siento débil, sigo con fiebre, seguro. Odio mi trabajo. Es más, me odio por odiar el trabajo. Es una espiral angustiosa y terrible. Sueño que soy terrorista y pongo bombas en las escuelas de Montreal, sueño que soy Ofelia y me deslizo por el agua ya sin sentir dolor o desesperación, sueño que yo no soy yo... soy otra.
Sueño tanto, primo, que pisé sobre mis anteojos y los torcí, no veo nada, y anoche incendié la cocina: llamas así de altas, el extractor que explotó, las paredes cubiertas de una película negra uniforme e incuestionable... He pasado toda la mañana limpiando, tratando de explicarme qué diablos pasó, necesitaré pintarlo todo, comprar un extractor nuevo, y ponerme las pilas para parar de soñar, no quiero pensar que podría pasar si... Estar infeliz es peligroso en mi caso, Juan. Y antes de que caigan todos los tonos de amarillo por el césped, tendré que tomar una decisión.
No tengo una vida aburrida, nunca la tuve, y siguen los tropezones que doy cada dos por tres, salpimentado los días. Mis chicos bien, realmente bien. Mi madre también, escribile, se siente un poco triste, es otoño, ya sabes.
Te quiero primito,

Inés


viernes, 3 de octubre de 2008

Lean con atención

A mí me llaman el negrito del batey
Porque el trabajo para mí es un enemigo
El trabajar yo se lo dejo todo al buey
Porque el trabajo lo hizo Dios como castigo.
A mí me gusta el merengue apambichao
Con una negra retrechera y buena moza
A mí me gusta bailar de medio lao
Bailar medio apretao
Con una negra bien sabrosa.
A mí me llaman el negrito...
Y di tú si no es verdad
Merengue mucho mejor
Y di tú si no es verdad
Merengue mucho mejor
Porque eso de trabajar
A mí me causa dolor
Porque eso de trabajar
A mí me causa dolor.
Mucho le gusta el buen mango
Pero nunca le da el dengue
Mucho le gusta el buen mango
Pero nunca le da el dengue
Yo con una negra buena
Bailaré hasta un buen merengue
Yo con una negra buena
Bailaré hasta un buen merengue

(El Negrito del Batey, merengue.)

martes, 30 de septiembre de 2008

Con vos siempre es a pie


Paul-Emile Borduas, Pierres angulaires.

PEDESTRE

En el fondo de la calle, un edificio público aspira el mal olor de la ciudad.

Las sombras se quiebran el espinazo en los umbrales, se acuestan para fornicar en la vereda.

Con un brazo prendido a la pared, un farol apagado tiene la visión convexa de la gente que pasa en automóvil.

Las miradas de los transeúntes ensucian las cosas que se exhiben en los escaparates, adelgazan las piernas que cuelgan bajo las capotas de las victorias.

Junto al cordón de la vereda un quiosco acaba de tragarse una mujer.
Pasa: una inglesa idéntica a un farol. Un tranvía que es un colegio sobre ruedas. Un perro fracasado, con ojos de prostituta que nos da vergüenza mirarlo y dejarlo pasar (1).

De repente: el vigilante de la esquina detiene de un golpe de batuta todos los estremecimientos de la ciudad, para que se oiga en un solo susurro, el susurro de todos los senos al rozarse.

Oliverio Girondo, 1920

(1) Los perros fracasados han perdido a su dueño por levantar la pata como una mandolina, el pellejo les ha quedado demasiado grande, tienen una voz afónica, de alcoholista, y son capaces de estirarse en un umbral, para que los barran junto con la basura...

lunes, 29 de septiembre de 2008

Insultos

El único momento en el que insulto es cuando manejo. Me gusta hacerlo y lo hago bien, creativamente. Me sale en ese momento todo mi mal genio, no lo puedo evitar. Eso de la creatividad viene de que a menudo llevo a los chicos en el auto, entonces una se esfuerza por no ser demasiado cruda... Sin embargo, el insulto desahogador me sale pleno y rotundo cuando me enfrento con los conductores canadienses. Ay, ¡qué mal conducen, por Dios! Aprendí a manejar en Europa, manejar en serio digo, ya que tuve un auto entre las patas desde los dieciséis años y creo que lo hago bien. Mejor que muchos, sin miedo y en control, quizás sea algo brusca con el coche, pero tengo buenos reflejos. Añoro un poco a los conductores franceses, son locos pero buenos. Los hombres se quejan muchas veces de que las mujeres son demasiado cuidadosas o lentas, yo no, no lo soy. No, señoras y señores, me gusta manejar, y sufro cuando la gente a mi alrededor lo hace mal. En toda mi vida tuve un solo accidente y fue en París volviendo de un aeropuerto, hace poco, durante una de mis perdidas legendarias, con un montón de gente en el auto, un gesto desesperado me hizo girar a la izquierda y pumba, el que seguía detrás no pudo evitar mi auto y me abolló el costado, sorprendido de mi locura temporaria, resultando, por suerte, en más ruido que mal. Aparte de ese momento, no lo olvidaré, soy una buena conductora y siempre he insultado a todos los que lo hacen mal. Hay insultos e insultos, por supuesto. A mí me gustan las verduras, por ejemplo; uno puede dejar volar la imaginación usando verduras en vez de palabrotas, choclo desdentado, zanahoria mal crecida, sinvergüenza de repollo mal lavao; esas invectivas me permiten insultar y hacer reír a los chicos, además de liberarme. Manejo todos los días y todos los días insulto. Ajá, toditos todos. Palabras en el aire, que intento sean lo más aliviadoras posible. En Canadá, la mayoría de los conductores tienen autos automáticos y éstos son lentos para arrancar, son grandotes, y están acostumbrados, los muy cómodos, a no tener que fijarse demasiado en los demás, pensarán que el retrovisor es para ver donde está la nariz cuando se meten el dedo y ... Son espantosos, les digo yo. No miran, no conocen el tamaño de su coche, son lentos, y miedosos, el miedo es... terrible: voy pero no, me meto pero no sé, ay, ¿qué hago? Por Dios, metete de una santa vez, por favor, y dejá de hacernos sufrir. Encontré ayuda en mi madre que me habló de boleros mexicanos, unos boleros que me ayudarán a no sentirme corta en los insultos de mis recorridos diarios. Aquí les pongo un ejemplo, yo estoy aprendiendo con aplicación las letras de esta buena señora para cantarlas cuando vaya de aquí para allá y tenga que relajarme en el tráfico canadiense.



Les presento a Paquita, la del barrio, y ahora me oirán cantarla por las calles de Montreal, desde las ventanillas de mi autito color plateado...



Siento que me voy a reír. No hay como los boleros, jaja.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Dos semanas de amor

Sweet precision and soft collision awww
Hearts about to palpitate
And I find it hard to separate and...



Todos los días desde el martes subo al auto y en cuanto lo pongo en marcha suena Mars el segundo disco de Stadium Arcadium de los Chilis, que pusimos el domingo y no sé por qué vuelve ésta más a menudo, será que me gusta, y me hace pensar en vos... Sip, eso debe ser.

De una mujer desorientada pero lúcida, que quizás lo tenga todo para la izquierda, y no lo suficiente para la derecha, un beso y todo mi amor.

sábado, 6 de septiembre de 2008

-3



Bueno, ok, un ataque de nostalgia. Sí, soñadora y suspirando, así ando. Yo me entiendo.

Sábado a la mañana, en Montreal

Pasa el ómnibus por la calle Victoria temprano y vibran un poco las arañas encima del escritorio; se levantan mis vecinas, se apuran antes de salir a trabajar y retiembla el cielorraso, las paredes, pum, pum, pum, resuenan los pasos de un lado para el otro. Los chicos detrás de la casa, en la callejuela: juegan, gritan, se llaman; los camiones con el choque de las puertas que se abren, el pito de la marcha atrás, los autos y sus bocinas al trabarse automáticamente las puertas, algún adolescente voceando mientras persigue a un amigo. Las sirenas. Todo vive y se agita. Sonidos urbanos. Todo afuera, mi casa por dentro es silenciosa, apenas rumorea el ronroneo de la máquina de lavar. Donde vivo: un largo pasillo, largo, largo, las habitaciones para el lado derecho, diseño típico de las construcciones de las casas montrealenses, los duplex, como se los llama aquí, son dos casas independientes, a veces tres, una encima de la otra, y esta estructura de casa citadina se desarrolló por mi barrio a mediados del siglo XIX. Un salón, una sala comedor, los cuartos, y se termina en la cocina que da sobre la callejuela y, en mi caso, al sol, todo el sol está concentrado ahí.

-No dejes la bicicleta delante de la casa, Benja
-Mamá, entro y salgo en un pis-pas.
-No, hijo, no se puede.
-¿Por qué? No exageres, mamá, no me la van a robar.

Un hombre pasando con su perro nos mira y nos dice bien alto : oh, sí, sí, aquí se roban bicicletas. Cuidado joven, ten mucho cuidado. Todo parece tan tranquilo, pero desaparecen: es un hecho conocido. Se da vuelta un chico de diecisiete años apoyado sobre un auto un poco más lejos, esperando vaya uno a saber qué, y agrega indignado: a mí me han robado dos, en Montreal se afanan más bicicletas que en cualquier otra ciudad de Norteamérica, es nuestra especialidad. Dos, repite entristecido. Me doy vuelta y el que ha desaparecido es Benja, con su bicicleta, esfumado a toda velocidad por las veredas de la ciudad: vaya, pienso ¡qué cosas!

Estamos en el centro, en plena ciudad. Sí, vida urbana después de siete años en el casi campo de un suburbio de París, pero los chicos van aprendiendo bien rapidito a despabilarse, y mientras busco a mi hijo con la mirada pasa a toda velocidad el 124, el ómnibus de la calle Victoria, y desde el escritorio tintinean las arañas de la casa.

martes, 2 de septiembre de 2008

El trabajo

Foto de Christopher De Wolf

"La terre nous en apprend plus long sur nous que tous les livres. Parce qu'elle nous résiste. L'homme se découvre quand il se mesure avec l'obstacle. Mais, pour l'atteindre, il lui faut un outil. Il lui faut un rabot, ou une charrue. Le paysan, dans son labour, arrache peu à peu quelques secrets à la nature, et la vérité qu'il dégage est universelle. "

No hay caso, siempre recuerdo la primera página del libro de St-Exupéry Terre des Hommes cuando salgo a trabajar. Siempre tengo que respirar hondo, y pensar que todo estará bien, me voy a enfrentar con mis 27 monstruitos. Voy a luchar con mi día --resistente-- con guantes de terciopelo y aprender de ellos sobre la vida.

martes, 26 de agosto de 2008

Poema de martes

En aquel tiempo yo tenía veinte años
y estaba loco.
Había perdido un país
pero había ganado un sueño.
Y si tenía ese sueño
lo demás no importaba.
Ni trabajar ni rezar
ni estudiar en la madrugada
junto a los perros románticos.
Y el sueño vivía en el vacío de mi espíritu.
Una habitación de madera,
en penumbras,
en uno de los pulmones del trópico.
Y a veces me volvía dentro de mí
y visitaba el sueño: estatua eternizada
en pensamientos líquidos,
un gusano blanco retorciéndose
en el amor.
Un amor desbocado.
Un sueño dentro de otro sueño.
Y la pesadilla me decía: crecerás.
Dejarás atrás las imágenes del dolor y del laberinto
y olvidarás.
Pero en aquel tiempo crecer hubiera sido un crimen.
Estoy aquí, dije, con los perros románticos
y aquí me voy a quedar.

Los perros románticos, de Bolaño

jueves, 21 de agosto de 2008

Cássia Eller

pois é, esse samba é pra voce
oh, meu amor
esse samba é pra voce
que me fez sorrir
que me fez chorar
que me fez sonhar
que me fez feliz
que me fez amar


Trópico

La tierra se calienta con el sol de agosto, sube el calor, se produce con los vientos una tormenta eléctrica violenta, a la tardecita, y cae tanta agua que se inundan las calles, en poquísimo tiempo, pero pasa el viento, se va el agua, vuelve a salir el sol. Uno se olvida que ocurrió.

Todos los días igual

¿Montreal clima continental? No sé, no sé. Pero desde que estoy aquí me comporto como si estuviera por el trópico comiendo maní a toda hora, puñados enteros de maní, antojo irreprimible durante todo el día empezando en el desayuno.

-Mamá, me gusta nuestra casa, huele rico.
-Ah sí, ¿a qué huele?
-No sé
-¿Sabías Guy que el maní nace debajo de la tierra?
-¿Qué tiene que ver con el olor?
-Nada, pensé que la casa podía oler a maní, a tierra, a césped, a flores.
-Sí puede ser, pero no cultivamos maní, ¿no?
-No, claro, el maní que como es tostado y lleva sal, es muy energético, tiene ácido fólico y un montón de cosas buenísimas para la salud, y además tiene rico olor. Pensé en el viento, la tierra y en el maní, y...
-Y eso ¿a qué viene?
-Justificándome, Guy, justificándome.
-Puede ser también el jazmín en el salón.
-No está florecido.
-No, pero me parece que más que el maní...
-Sí, puede ser, cierra la puerta, mira como a oscurecido, va a llover.
-Es verdad, el otro día entró agua por el salón, dejaste la ventana abierta.
-Ayer fue violento.
-No podré cortar el césped delante de la casa...
-Qué pícaro vos, siempre esperás la tarde y sabés que llueve
-No es eso mamá, preparo la tierra para el sembrado de maní, terminaste otro tarro.
-Ah, eso era, bueno pues, qué bien.

lunes, 18 de agosto de 2008

El metro




Estación Champ de Mars, vitral de Madeleine Ferron, 1966.

Como esas manchas de tinta de Rorschach, la isla de Montreal me aparece como una polilla o una ve estirada, quizás pueda ser un murciélago, en todos casos miro el mapa sobre la pared del vagón con atención mientras el metro me lleva al norte. No soy visual sin embargo trato de imaginar el trayecto del tren, y volver a apropiarme de la ciudad por dentro; tchuc, tchuc, vibran la ruedas de gomas veloces por el altavoz una voz femenina anuncia las estaciones en francés. El metro, solía tomarlo cuando era estudiante universitaria y solo un poco; antes de esa época no existía por mi zona o por los barrios donde he vivido, ahora con las ampliaciones en los años ochenta, recorre la mayoría de la isla, sesenta kilómetros de vías, sesenta y pico estaciones, la isla es accesible casi en todo sitio por debajo de la tierra. Un metro moderno y bastante bien coordinado. En el pasillo de mi estación, un cantante Hare Krishna toca el tambor y canturrea Hare hare, krishna krishna, y siempre que entro, todos los días está el hombre de blanco, sonrío porque hace años que no he visto a esos devotos vegetarianos musicales. Que vaya o vuelva, sin necesidad de abrir los ojos, me ubico, estoy en la buena estación, si supieran como vibra la voz, el tambor. Estoy en Snowdon en el barrio de Côtes des Neiges-Notre Dame de Grâce, una zona densa de la ciudad de Montreal y me voy allá al norte para unos de los múltiples trámites administrativos que mi estado de residente de regreso me obliga a recorrer. Un nuevo residente sin auto, claro. La última estación de la línea naranja al norte es Côte Vertu, y ahí me espera un señor tocando el violín en el medio de una estación terminal amplia y de muchos colores. Pide,un poco rabioso, a los pasajeros en tránsito, unas monedas pero nadie se acerca, y el viejo sigue tocando, mal, su instrumento. Hay gente que recuerda las estaciones por las obras de arte, numerosas e interesantes del Métro de Montréal, yo las recordaré por la música que ofrecen. Bueno, me lleva mucho tiempo llegar a mi destino, la isla es amplia por el norte, y cuando vuelvo en vez de leer, actividad principal de mis viajes subterráneos, echo un vistazo a mis nuevos compatriotas y noto que ha cambiado el paisaje cultural y étnico de Montreal, ya sé, no es necesario que me lo digan, es una tendencia mundial. Por mi zona específicamente de barrio judío se ha vuelto ruso, asiático, con bolsitas jamaicanas o isleños de por ahí, y ya nadie habla francés o inglés como idioma materno. El cambio es grande y me intriga, me fijo en las estadísticas canadienses y éstas dicen que 37 % de los ciudadanos de Montreal han nacido en otro país, y unos 15 % tienen ambos padres extranjeros, hablando otro idioma que los oficiales, o sea, según un cálculo complicado, aproximativamente la mitad de la población, y en mi barrio es notable. Tras veinte años, es un soplo la vida, ha cambiado Montreal convirtiéndose en una sociedad multicultural variada, y para la antropóloga que soy del alma, eso es una maravilla. Mis vecinas inmediatas, las que viven encima de mi piso, son del Líbano, así como el proprietario. Al lado, una familia numerosa, acaba de nacer el cuarto hijo, francesa de la ciudad de Bourges, abajo de ellos vive un francés de París, un poquito más antipático, ya saben. En la tienda donde compro los billetes del metro y las tarjetas teléfonicas baratas, me atiende un mexicano y una asiática, en la farmacia, una rumana, en el súper, el color del cajero no tenía nada de canadiense típico. Todavía, y no es broma, no he visto por mi barrio a un "quebecois", no, y no creo que se escondan, ahí están en otras partes de mi isla, habrá que ir a buscarlos. Otra posibilidad es que anden todos en coche y no tomen el metro. Continuará...

domingo, 17 de agosto de 2008

La mar



Patxi Andión


Yo tengo un amor cerca del mar, algo naufragado y borracho de ausencia, y como yo lo quiero más que al viento, más que a la luz, más que al tiempo que pasa con toda la mar detrás, y porque mi boca tiene sabor a sal, le dedico esta canción con mis besos, mi cariño y mis ganas que vuelva--mi marino-- cerca de mí.

domingo, 10 de agosto de 2008

Poesía barroca


Un hombre bajo la lluvia en la ciudad de México me comentó que la poesía cubana podía volar entre México y Miami. Y de Miami a la tierra de María. Sí, y lo que no sabe es que persiste en Montreal un perfume de tilo en el aire húmedo de la noche... Aquí también llueve.

Entrando en ti.

Entrando en ti, cabeza con cabeza,
pelo con pelo, boca contra boca:
el aire que respiras —la fijeza
del recuerdo—, respiro, y en la poca

luz de la tarde —rayo que no cesa
entre los huesos abrasados— toca
los bordes de tu cuerpo: luz que apresa
la forma. Ya su cénit la convoca

a otro vacío donde su blancura
borra, marca de arena, tu figura.
El día devorado de sonidos

quema, de trecho en trecho, su espesura
y vuelca de ceniza la textura
en la noche voraz de los sentidos.


Mango

Se formó el arroz con mango,
rey de la gastronomía;
si hilachas de oro, armonía
tenebrosa y cruel: de tango.
Manjar del más alto rango,
heráldica de lo poco.
Aguardiente, agua de coco:
las bebidas que reclama.
¡Qué cénit —diría Lezama—,
qué corona del barroco!


Poemas de Severo Sarduy.

domingo, 3 de agosto de 2008



Ayer fui a ver una película francesa, La Graine et le mulet, de Abdellatif Kechiche, creo que en español aparece como Cous-cous. Una película buena, real como la vida, que tiene escenas emocionantes. La última, larguísima, el punto culminante de la historia, se ve a una jovencilla bailando la danza del vientre en un barco restaurante, mientras los dueños buscan el cous-cous que ha desaparecido y el personaje principal corre detrás de su motocicleta que unos muchachitos le han hurtado... Un final tenso, al punto de ser insoportable, pero que me pareció brillante. Una película de un director que sabe mirar y transmitir. Y en su honor le dejo a mi mexicano preferido este video para que sepa que pienso en él. Ah, estoy un poquito mejor de las caderas y de la pierna, ¿se nota?

Todo empezó en Canillas de Aceituno...

Para Rosa, porque sabes emocionarme.

Es como todo, despues de la primera vez desaparece el miedo y se vuelve posible, quizás hasta se pierda el miedo y el sentido de la medida de las cosas. Fíjate, la primera vez que viajé tenía cuatro meses y el avión volaba igualito a los de hoy, ahora son mucho más frecuentes, quizás más baratos. Todos los años que siguieron tomé un avión, hacia arriba, hacia abajo, a la derecha, a la izquierda; expatriada desde la cuna, he pasado mi vida adulta entre dos continentes: la culpa la tienen mis padres, por supuesto, venirse a vivir al Canadá, ¡qué ocurrencia! Y ya, así se te pega el alma de vagabundo, trotamundos, viajero, y yo como ellos de aquí para allá como si no fuera tan difícil y en realidad no lo es. Quizas sea un poco inconsciente porque siempre creo que todo saldrá bien y será una aventura que me enriquecerá. Claro que en el proceso protesto, pero no miro atrás, y así llevo a los míos a otros pagos... Ahora mi patria es más redonda que para la mayoría de la gente, tiene más kilómetros, más paisajes y se hablan más idiomas. Nada más. Despues de haber salido, Rosita amiga, es cuestión de mirar para adelante y seguir andando. ¿Los afectos? Sí, claro es lo más difícil, uno va dejando pedacitos de sí misma por todas partes. Lo más gracioso es que yo no fui a buscar nada nuevo en los lugares donde viví, era pura curiosidad. Y te voy a decir que se la necesita para pegar el salto. Vos sos española, yo soy inmigrante de familia de inmigrantes, de abuelos inmigrantes. ¿Estará en la sangre? Francisco Negrete Porras, mi bisabuelo, a mediados del siglo XIX salió de su provincia de Málaga, donde vivía en las montañas; un día, acercándose los cuarenta años de edad, se embarcó y llegó a la Argentina, luego a San Juan: ¿Quién sabe como llegó a Salta, para terminar de médico de los ferrocarriles! Y así mi sangre, contaminada por el virus del viaje... No, no me admires amiga, yo solo sé viajar y volver a empezar

sábado, 26 de julio de 2008

miércoles, 23 de julio de 2008

Trois fois

Para Pierre, amigo.


Trois fois j'ai été confrontée à la mort, la vraie mort, celle qui déchire et éloigne, celle qui reste dans l'air avec des paroles qui ne seront plus prononcées, des gestes qui ne seront pas vus et des regards perdus,-il y a des choses qui devraient être éternelles, "tu ne verras pas..."-, celle qui fait mal, l'avenir tronqué, la vie en suspend; une fois avec la mort bruyante, qui crie, celle qui est injuste pour celui qui reste, " et moi, et moi", une autre avec celle qui fait mal, mal parce qu'on se sent seul dans un monde qui n'a plus de sens. "Tu devrais être là parce que c'est dans l'ordre des choses et cet ordre je ne le comprends plus." Celle qui laisse le vivant seul, un peu con à sa place de survivant. Trois morts si douloureuses. En 1994 juste après la naissance de mon fils Guy, en 1999, puis en 2001. Je me suis sentie flouée, c'est bête non? Des égratignures profondes, des blessures, des douleurs qui n'ont pas de fond. Des coups de massue. Des merde alors, putain ça fait mal. Et puis on sent le mort présent, autour, on le voit, on lui parle, on lui dit tout ce qu'on aurait voulu dire, on regrette, on ne sait pas quoi, mais il est là, le regret à fleur de peau, on a beau crier non, c'est oui, c'est fini, tu es là, je suis parti. On se sent différent, tout d'un coup, on regarde le monde et on se dit qu'il ne peut pas comprendre. Moi qui ai toujours été loin, je pensais que cela m'aiderais à supporter, mais la mort est puissante. Je sais que ça passe, d'une certaine manière, avec des compromis avec la vie, des justifications, des excuses, des raisons et le temps. La douleur passe, mais la mort reste, présente, d'une autre manière, certes, mais la vie c'est cela, accepter qu'on est toujours là, quand on se croyait protégé, un peu plus triste, aigri, toujours seul. Et puis un jour, on se sent mortel, et voilà, on accepte, on a moins mal, même si l'absence est toujours palpable. Le souliers qui étaient mis devant la porte, la voix au téléphone, les commentaires, l'intérêt qu'on nous portait, le regard de l'autre... cela prend du temps, mais tout passe, avec le temps, avec les jours, les nuits et la vie. Avec le temps, avec le temps tout s'en va... le coeur quand ça bat plus, faut laisser faire et c'est très bien. Il faut pleurer, il faut crier, il faut... Il faut, parce c'est comme ça, on est comme ça... humain, vivant, et qu'on a de la peine, parce qu'on comprend l'incompréhensible, parce qu'on le voit, parce qu'on reste et qu'avec le temps tout va, tout s'en va. Même si ça revient parfois. Oui, tout s'en va. Tu le sais. J'ai de la peine et je pense à toi, avec tendresse. Je t'embrasse, mon ami.

sábado, 12 de julio de 2008

El banco y el mundo


Pour Antonio, mon grand, mon tendre, mon merveilleux amour.


He decidido abrir la puerta, salir de mi cárcel y ver el mundo. El consejo de un amigo. Salir de la cárcel del tiempo que me tiene loca, que espera y que espero, tiempo lento desde que llegué; las cosas se hacen con un cuentagotas cuando necesito que corran, que se apuren, que avancen, ¡por favor!, estoy tan decidida a empezar, pero no, el tiempo tiene un ritmo de verano, tranquilo, "mira" me dice: "las cosas se harán
poquito a poco", ¿los muebles? "Ya llegarán", ¿mi conexión Internet?, "la semana que viene si Dios quiere", ¿el coche? "ah, no, falta, falta", ¿el trabajo?, "más adelante, por favor", yo quiero un huracán, una tormenta eléctrica, un milagro, quiero que esté todo en su lugar, no me gusta esperar, nada de ir despacito, no, no, no, ay maldito tiempo en medio de mi verano, que por otra parte está precioso, Montreal está verde, con brisa y calor, hermoso, todos en la calle, en bici, en rollers, o en chancletas sexy; tiempo que me acorrala de más de una manera porque si en mis cosas nada pasa, en cambio cada cuatro horas vuelve el dolor, ese sí puntual, un dolor que envenena cada paso que doy, inmobilizando mi cuerpo chueco, la espalda rígida, la pierna acalambrada y tan dolorida, yo: sin poder sentarme, caminar o estar parada por más de diez minutos sin que unas ganas irreprimibles de tirarme por el suelo a aúllar un rato me vengan donde esté: llevo a espaldas un tiempo ciático además de estival. Sin embargo, hoy abrí la puerta y salí a ver el mundo...

-Oiga, ¿está tan cansada que tiene que ocupar todo el banco?
-No, no estoy cansada, estoy con la pierna mal, perdone, necesité echarme aquí a esperar que pase un poco el dolor. Debajo de este árbol, es lindo, ¿no?
-Y, ¿cuánto tiempo necesita para que se sienta bien?
-El tiempo necesario, qué sé yo, un momento, ¿por qué pregunta?
-Es mi banco.
-¿Cómo que es su banco? Es un banco público, no tiene dueño, y llegué primero.
-Todos se lo dirán, es mi banco.
-¿Todos? Todos ¿quiénes?
-Todos los que viven por aquí.
-Y, ¿por qué es su banco?
-Yo a usted no le debo ninguna explicación. Pero si está herida se lo presto a cambio de conversación.
-Ya, ya.
-Está escribiendo, a ver, es un idioma extranjero.
-Mire, es privado. Sí, escribo en español.
-Y, ¿qué estaba escribiendo?
-Más que escribir estaba pensando en el tiempo.
Pensaba que no tengo nada contra el tiempo, sino que a veces me vienen ganas de matarlo.
-Qué rara es usted. Rara pero divertida.
-Eso también me lo dice mi amiga Rosa.
-¿Tiene una amiga que se llama Rosa?
-Sí. Y le gusta como pienso, ¡eh!
-Es bonito el nombre Rosa... El tiempo, ¿el clima?
-No, el pasar del tiempo, el tiempo que corre, que pasa o no pasa, estuve recordando una frase de Schopenhauer: "no hay que avanzar sobre el futuro, pidiendo antes de tiempo, solo lo que puede venir con el tiempo."
-Schopenqué, ¿es otro amigo suyo?
-No, es un filósofo alemán.
-Ah. ¿Todo llega cuando debe llegar?
-Algo por el estilo. En fin, no exactamente. No importa, ya estoy mejor, le dejo su banco. Sin embargo quiero decirle que es un poco joven para tener banco propio.
-Joven o viejo, qué importancia
-El tiempo concede a veces importancia a las cosas.
-¿Derechos?
-Bueno, no sé, nada, quizás tenga razón, ahí tiene su banco, y yo sigo mi camino.
-¿Volverá mañana?
-No sé. No creo.
-Ah, bueno, pero le había gustado el árbol, a mí también me gusta este arce, si quiere podemos conversar del tiempo si tanto le interesa.
-No sé, es un tema que me frustra. No, tenga un lindo día, y hasta otra...
-Hasta luego amiga de Rosa, rara y divertida. Vuelva, estoy dispuesto volver a prestárselo si quiere...
-Hasta luego, proprietario de banco público, mañana espero estar mejor y no tener que echarme por ahí...

domingo, 29 de junio de 2008

Dentro de cinco dias



Joan Miro
Hay que embarcarse en
todos los proyectos que pasan,
sin preguntarles nada
llenos de fe, llenos de fe en
la equivocacion
de ayer, de hoy, de manana.

Pedro Salinas, La voz a ti debida.



PD: con computadora prestada, sin acentos, pero ganas de saludar

martes, 10 de junio de 2008

Aviso

¿Cómo sin teléfono? Sí, querida, sin teléfono, sin ordenador. Mi teléfono es Internet, y a partir del viernes no tendré Internet. Ni máquina, ni vasos, ni mesa, ni nada vamos, que se van los muebles al container. Se van el viernes y los recuperaré solamente dentro de un mes, mes y medio, en Montreal. Aviso a mis amigos, no soy antipática, solamente estaré desconectada. Tendré mi celular, móvil, portable, uy, tantos nombres para ese aparatito, que funcionará hasta que me vaya... Creo. Ya veremos, tengo que ver. Uf, solo para decirles que estaré pensando mucho, mucho en todos ustedes, y por favor manden buenas ondas por aquí que las voy a necesitar. Estoy contenta, entusiasmada pero un poquitín nerviosa, bueno... cuando lleguen mis cosas allá estaré mejor. Un besazo a todos, unos abrazos cariñosos, y hasta Agosto, o así...
Inés

lunes, 9 de junio de 2008

Mordisco



Miro el durazno que he lavado, jugoso, a punto, fruta fresca de verano, fruta de sol, y pienso: melocotón. Así lo dirías vos. Junto los labios, me acaricia su pronunciación como su piel de terciopelo, tus labios, me hace cosquillas, sí, melocotón, se termina la palabra con la lengua debajo de los dientes, avanzando los labios, sí, labios, vos, fruta, verano, sol, ¡oh! ¡soy tan solar!, un rayito de sol y me quedo parada, los brazos abiertos delante de mi casa, en silencio, amansada, risueña, sin quejas, oh, Inés sin quejarse, no, nada, denme sol como hoy y una fruta y tus labios... ; saco los dientes, los hundo en la piel tierna y viva de la fruta, es un acto caníbal; y como el explorador que pica en el lugar justo, pchuuu, me asperja toda la cara el jugo dulce, un montón de jugo, ríos de jugo que caen por la barbilla hasta mis dedos; es una fruta que nos vuelve torpes, o mejor, para menores de edad, cuando es divertido hacer ruidos chupando o pasarse el dorso de la mano por la boca, reírse mientras se come, reírse mientras me besas y yo te beso; ¿tus labios dónde? Es una fruta que nos libra una guerra dulce, y ahora estoy toda melosa, melocotonada, melosa y melopeadamente salpicada de melocotón. Y lo miro nuevamente, goteando, qué fruta exagerada. Bueno, a lo que iba: ¿quieres un mordisco?


Poema de lunes de junio


En la fecha

Solo de ti, lleno de ti,
esta tarde a las 7,
el ciudadano de tu ausencia
se palpaba la cara, la voz, los papelitos,
deveras comprobando
que tus ruidos andaban por sus huesos
y en general te habías ido.

Golpeó puertas, teléfonos.
La gran ciudad estaba equivocada sin tu pelo, señora,
y él sentía tirones detrás del corazón.

A lo mejor era el tabaco,
de todos modos yo soy otro:
un pedazo de ti,
alguien a quien castigan puertas, ruidos, teléfonos,
y, andá a saber por qué,
toda la parentela de la muerte.
Juan Gelman y Pablo Picasso.

jueves, 5 de junio de 2008

Julio A. Santillán



Señoras y señores no se pierdan a este excelente músico y compositor, folclore y/o Jazz, a veces los dos juntos, el 7 de Junio, 2008 en la Escalera de Jacob, c/Lavapiés, 11, Madrid

El 10 de Junio, 2008 en el Centro Yemaya, 22:00, Calle Calatrava 16, metro La Latina, Madrid.


www.juliosantillan.com

"Soy un cantor de artes olvidadas
que camina por el mundo para que nadie olvide lo que es inolvidable:
la poesía y la música tradicional de Argentina.
Un deseo profundo vive en mí:
ser un día el rostro de una sombra
sin imagen alguna, y sin historia.
Ser solamente el eco de un canto
apenas acorde que señala a sus hermanos,
la libertad del espíritu."

Atahualpa Yupanqui (París, mayo de 1983)

jueves, 29 de mayo de 2008

Jazz

Tengo ganas de escribir, sí, les aseguro, tengo muchas ganas de contarles todas las cosas que me están pasando, días intensos, pero llega la noche, y ... y solo quiero música. Les dejo una cantante yanqui buena, con aire gershwinescos interesantes. Esa canción tiene algo que me recuerda otra cosa. Me gusta su voz, o sea que decidí compartir. Worrisome heart



Melody Gardot

sábado, 17 de mayo de 2008

Gastón para Marta Inés



1969, Tucumán, mi madre compró este disco en el centro. Éramos pocos en Tucson a saber y comprender la letra. Supongo que la recuerdas, mami; se la canto a Emilia cada vez que suena el teléfono y ahora se la sabe de memoria; te la cantará cuando te vaya a visitar a tu casa. ¡Mamá: el teléfono suena, hay que responder! Mirá las bailarinas por Dios. Cuando regrese te lo pongo a Gastón, no te preocupes. Un beso.

Las veredas


-Epa, vos aquí, yo te creía allá
-Y no, ya ves, aquisito mismo
-¿Y?
-Bien
-¿Solo bien?
-No, no, bien, bien
-Ah, bueno
-Encontré piso
-Oh, qué suerte
-Una cosa…
-Ya sé lo que me vas a decir
-Cómo que sabés, no sabés…
-Sí lo sé
-A ver, niña lista, sorprendeme
-Las veredas todas rotas
-¡Oh, sos bruja!
-Jajajajajajajaja.
-Sí, eso era lo que te iba a comentar. Las veredas no tanto como las calles.
-Cada vez que vuelvo en mayo, me digo lo mismo. No hay como los ingenieros franceses ¿a qué no?
-Tenés completamente razón, me impactó, la verdad, pero sobre todo que lo hayas adivinado.
-Es que soy de allá
-Cierto, cierto, y bueno, corazón, ya tenés donde quedarte en el centro, cuando vayas allá. Te va a gustar. Estoy contenta.
-Oh, pero seguro que me vas a ver, voy todos los años.
(Bipppp, bippppp. Bueno bueno señora, ya nos vamos)
-Siempre tenemos que vernos así, ¿no?
-Es que sí, nosotras es así, en el auto las ventanillas abiertas en el medio de la calle.
-Alguna vez tendremos que hablar sentadas en el mismo sitio ¿no te parece?
-Podría ser. Me invitas a un mate.
-Te invito, y te cuento lo del trabajo.
-Vale, hasta luego hermosa
-Hasta luego vecina. Nos vemos. Besitos.

sábado, 3 de mayo de 2008

Un besito

fotografía de Alberto García Alix

-Dale Inés colgá un textito, algo, no nos tengás abandonados así. Algo tenés para decir ¿no? Ese texto que me comentaste sobre la mentira... O una salida a París, sos buena para las crónicas.
-Uf.
-No, que uf ni qué nada. Algo podés escribir, o poner una musiquita, pero mejor un texto tuyo, dale, no seas vaga, que es solo ponerse delante de las teclas y dejar que se muevan los dedos.
-¿Ah, sí?
-Sí, lo que pasa es que sos mala, y vaga, y egoista, y ...
-Continuá, me interesás, ¿qué más soy?
-Estoy así porque te extraño. Es horrible entrar en tu sitio y ver siempre la misma foto, cambiala ya, por favor.
-No entres. No hay ninguna obligación...
-Pero Inés te estoy diciendo que tenés que escribir...
-Yo escribo todos los días.
-Ok, tu novio será, tu mamá, qué sé yo, vale, bueno eso es otra cosa. Lo que te digo: algo poné, no me divierto cuando no actualizás... Además...
-Ya, te entendí, pero es que no.
-Cómo que no.
-No... nada, ni mismito una musiquita o un poema. La cabeza en mil cosas, lo siento, me mudo, me voy, vendo mi casa, tengo hijos, trabajo, busco trabajo más lejos, qué sé yo. No se me da la gana.
-Pero tan charlatana que sos. No lo creo, cuando hablás no se te puede parar, y...
-No insistas, porque te mando a la mierda.
-Oh, Inés, ok. Pero solo el textito sobre la mentira, porque ya me lo comentaste.
-Uhmmm.
-Ok ok, ves que sos mala.
-Lo que pasa es que últimamente tengo sueño.
-¿Sueño?
-Sí, sueño y me acuesto temprano.
-¿Vos, temprano? Dejá de joder.
-Además me ha dado por la televisión.
-Buenooo, ya empezaste con el texto de la mentira, está bien, me voy, me voy, un besito, Inés
-Bueno sí, un besito, ahí va. Un besito a todos.

domingo, 20 de abril de 2008

L'artiste Camille C.

El Vals, 1890
Camille Claudel, la hermana de Paul, la amante de Rodin, la loca, muchos la conocen, opinan, le tienen pena, era una mujer incomprendida, herida por la vida, ya, pero a Camille la artista ¿quién la conoce? Hordas de turistas moviéndose torpemente por el museo, siento un poco de hastío por tener que mirar por encima de hombros, por tener que moverme al ritmo del flujo, no, así no me gusta, a mí me gusta mirar de otra manera, no estoy tranquila ni cómoda, veo obras interesantes, grandes, pequeñas, caras, bustos, detalles, buenos, sí, otras que ya conocía y que me habían parecido fuertes, sin más, cuando de repente desde lejos mi mirada queda prendida a un cuello, un movimiento, desde donde estoy parece la estatua estar viva y no puedo más que ir hacia ella, me quedo parada sin poder respirar delante una pareja bailando, están bailando, se me llenan los ojos de agua, no puedo parar de mirar, además quiero tocar, quiero tocar, ¿por qué no se podrá tocar? es hermoso, y ya no hay nadie en el museo, estoy sola con ellos dos, conquistada, fascinada, la garganta trabada, El Vals es una obra que me abrió los ojos, luego todo tomó otro color, he vuelto, humildemente, a recorrer el museo, con el corazón latiendo con otro ritmo, mirando de otra forma, las expresiones de las caras, las manos, los pies, los cuerpos viejos, jóvenes, todo fue diferente, quise entender, sus ideas, su mirada y el trabajo de sus manos: ¡cuánta emoción! Ochenta esculturas y el descubrimiento de una artista asombrosa.

Vertummus y Pomona, 1905

viernes, 18 de abril de 2008

Partir por Aimé Césaire


Comme il y a des hommes-hyènes et des hommes-
panthères, je serais un homme-juif
un homme-cafre
un homme-hindou-de-Calcutta
un homme-de-Harlem-qui-ne-vote-pas

l'homme-famine, l'homme-insulte, l'homme-torture
on pouvait à n'importe quel moment le saisir le rouer
de coups, le tuer - parfaitement le tuer - sans avoir
de compte à rendre à personne sans avoir d'excuses à présenter à personne
un homme-juif
un homme-pogrom
un chiot
un mendigot

mais est-ce qu'on tue le Remords, beau comme la
face de stupeur d'une dame anglaise qui trouverait
dans sa soupière un crâne de Hottentot?


Je retrouverais le secret des grandes communications et des grandes combustions. Je dirais orage. Je dirais fleuve. Je dirais tornade. Je dirais feuille. Je dirais arbre. Je serais mouillé de toutes les pluies,
humecté de toutes les rosées. Je roulerais comme du sang frénétique sur le courant lent de l'oeil des mots en chevaux fous en enfants frais en caillots en couvre-feu en vestiges de temple en pierres précieuses assez loin pour décourager les mineurs. Qui ne me comprendrait pas ne comprendrait pas davantage le rugissement du tigre.
Et vous fantômes montez bleus de chimie d'une forêt de bêtes traquées de machines tordues d'un jujubier de chairs pourries d'un panier d'huîtres d'yeux d'un lacis de lanières découpées dans le beau sisal d'une peau d'homme j'aurais des mots assez vastes pour vous contenir

et toi terre tendue terre saoule
terre grand sexe levé vers le soleil
terre grand délire de la mentule de Dieu
terre sauvage montée des resserres de la mer avec
dans la bouche une touffe de cécropies
terre dont je ne puis comparer la face houleuse qu'à
la forêt vierge et folle que je souhaiterais pouvoir en
guise de visage montrer aux yeux indéchiffreurs des
hommes

Extraído de Cahier d'un retour au pays natal

Negro


"J'habite une blessure sacrée/J'habite des ancêtres imaginaires/J'habite un vouloir obscur..." Tenía una poética volcánica, lírica y surrealista, anafórica, aliterada y musical, no le era difícil decía: soy martiniqués, y se reía, tenía palabras deliciosas venidas del mar, de un francés antiguo y de un mundo de palabras musicales que crecieron y sobrevivieron en un rincón americano de la lengua francesa, palabras que encantaban y revolteaban por los oídos, procedientes del pueblo, de los libros, de Europa y de África; era un hombre culto cuyo padre decía: cuando escribe Aimé, la gramática sonríe; tenía violencia en sus poemas y también un dolor ancestral. Se murió un "nègre", un negro rabioso, un negro que hizo de su color y de su dolor su más bello canto, un negro fundamental. Se murió un poeta que yo admiraba, que yo quería.

Se murió Aimé Césaire, el inventor de almas, el hombre que decía que la cultura era una creación del ser humano para poder hacer del mundo un lugar digno, para poder enfrentar la muerte: Je définis la culture ainsi: c'est tout ce que les hommes ont imaginé pour façonner le monde, pour s'accommoder du monde et pour le rendre digne de l'homme. C'est ça, la culture: c'est tout ce que l'homme a inventé pour rendre le monde vivable et la mort affrontable. Era un hombre que creyó en el hombre hasta su último día. Le poète est mort, vive le poète.


Pablo Picasso