jueves, 14 de enero de 2021

For all things change, making way for each other.

 

Una frase leída en la primera página del libro que me encontré hace unas semanas en mi biblioteca, donación de nuestra amiga Anna, me dejó suponiendo de inmediato que el argumento no sería convencional o que nada sería predecible. Desde el primer momento supe que me embarcaba en una historia cuya lectura me desconcertaría. Lo que no sabía era hasta qué punto. Tuve que leer el título dos veces antes de darme cuenta que no lo entendería y la primera página varias veces. Pensé, como puede ser que después de tantos años de leer en inglés, me deje tan perpleja una página, que no entienda un principio. Intuí que el libro sería interesante, intuí también que no sería fácil. Sentí el genio, juro, lo sentí desde el primer momento.

 

“One beginning and one ending for a book was a thing I did not agree with.”

 

A Swim-Two-Birds es una novela rica densa poética. La leí de a pedazos, protestando, releyendo, riendo a veces a pesar de que sintiera que perdía mucho de la ironía por no saber más de la cultura y de lengua irlandesa, maravillándome otras, y enojándome muchas más ya que su estilo me resultó arduo, mezclado con expresiones gaélicas, estructuras extrañas para una lengua inglesa donde se siente la influencia del irlandés, del tono irlandés, de la sintaxis irlandesa. El idioma fue el primer shock, el lenguaje de la novela siempre hace que el otro idioma de O'Brien parezca transparente. Para el autor, la lengua irlandesa es como un material que se puede trabajar de la misma manera que se aplicaría una capa de pintura antes de la capa final o como se consideraría la construcción de una subestructura de un edificio. Y eso me pareció de los más interesante viviendo en un lugar cuyo francés anda también alimentado por el inglés. El pasaje del libro sobre los pájaros me pareció hermoso y representativo de esta alianza.

Y hablando de estructura, Flann O’Brien nos da cuatro libros en uno. Y en esto me pareció increíblemente  peculiar.  Hay que leer el libro con un cinturón de seguridad porque uno se puede perder fácilmente entre los relatos variados, los personajes, las intrigas. ¡Qué paseo! Cuatro libros dije: su libro; el libro del estudiante universitario de la primera página quejándose de como escribir el comienzo de su libro, luego los de los tres personajes de los tres comienzos diferentes, ellos también escribiendo y proponiendo personajes. El Pooka, el diablo; John Furriskey que en realidad es un creación de otro personaje fictivo Dermot Trellis; Finn Mac Cool (el personaje legendario) y de una multitud de otros personajes que sirven para mostrar y hablar de la sociedad en la que vive: de literatura, de teatro, de poesía, de legados, de las pulsiones, de leyendas, del alcohol de los pubs irlandeses, de las mujeres. Personajes que llegan en algún momento a encontrarse e interrelacionarse, personajes que se independizan de su creador, en un laberinto de lo más entrelazado entre mundos legendarios y modernos, juego, crimen, sangre, poesía. Y siempre, como una brisa, las reflexiones del estudiante sobre lo que es escribir, sus progresos literarios como una forma de evasión de su vida monótona con su tío desconfiado y tradicional, y claro también de sus escapadas por los pubs.

“Evil is even, truth is an odd number and death is a full stop. When a dog barks late at night and then retires again to bed, he punctuates and gives majesty to the serial enigma of the dark, laying it more evenly and heavily upon the fabric of the mind.”

Me ha costado leer este libro. Seguir la trama sin perderme. Pero no me arrepiento haberlo hecho. Es una joya de ideas y pensamientos originales sobre el arte de escribir, sobre la literatura, sobre la sociedad irlandesa de O’Brien con sus particularidades propias. O’Brien escribe frases hermosas, directas, fuertes y a veces sobrecogedoras. La sátira, su talento cómico, su talento pleno y entero han hecho me quede pensando, sorprendida con el ingenio de ese autor. Yo sabía, cuando abrí el libro que algo se tramaba, lo supe, sí, sí.

 

 

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