Una frase leída
en la primera página del libro que me encontré hace unas semanas en mi
biblioteca, donación de nuestra amiga Anna, me dejó suponiendo de inmediato que
el argumento no sería convencional o que nada sería predecible. Desde el primer momento supe que me
embarcaba en una historia cuya lectura me desconcertaría. Lo que no sabía era
hasta qué punto. Tuve que leer el título dos veces antes de darme cuenta que no lo entendería y la primera página varias veces. Pensé, como puede ser
que después de tantos años de leer en inglés, me deje tan perpleja una página, que
no entienda un principio. Intuí que el libro sería interesante, intuí también que no sería fácil. Sentí el genio, juro, lo sentí desde el
primer momento.
“One beginning and
one ending for a book was a thing I did not agree with.”
A Swim-Two-Birds es una novela rica densa poética. La leí de a
pedazos, protestando, releyendo, riendo a veces a pesar de que sintiera que
perdía mucho de la ironía por no saber más de la cultura y de lengua irlandesa,
maravillándome otras, y enojándome muchas más ya que su estilo me resultó
arduo, mezclado con expresiones gaélicas, estructuras extrañas para una lengua
inglesa donde se siente la influencia del irlandés, del tono irlandés, de la
sintaxis irlandesa. El idioma fue el primer shock, el lenguaje de la novela siempre hace que el otro idioma de O'Brien parezca
transparente. Para el autor, la lengua irlandesa es como un material que se puede
trabajar de la misma manera que se aplicaría una capa de pintura antes de la
capa final o como se consideraría la construcción de una subestructura de un
edificio. Y eso me pareció de los más interesante viviendo en un lugar cuyo
francés anda también alimentado por el inglés. El pasaje del libro sobre los
pájaros me pareció hermoso y representativo de esta alianza.
Y hablando de estructura,
Flann O’Brien nos da cuatro libros en uno. Y en esto me pareció increíblemente peculiar. Hay que leer el libro con un cinturón de seguridad porque uno se puede perder fácilmente entre los relatos variados, los personajes, las intrigas. ¡Qué paseo! Cuatro libros dije: su libro; el libro del estudiante
universitario de la primera página quejándose de como escribir el comienzo de
su libro, luego los de los tres personajes de los tres comienzos diferentes, ellos también escribiendo y proponiendo personajes.
El Pooka, el diablo; John Furriskey que en realidad es un creación de otro personaje fictivo Dermot Trellis; Finn Mac Cool (el personaje legendario) y
de una multitud de otros personajes que sirven para mostrar y hablar de la
sociedad en la que vive: de literatura, de teatro, de poesía, de legados, de
las pulsiones, de leyendas, del alcohol de los pubs irlandeses, de las mujeres. Personajes
que llegan en algún momento a encontrarse e interrelacionarse, personajes que se independizan de su creador, en un laberinto
de lo más entrelazado entre mundos legendarios y modernos, juego, crimen,
sangre, poesía. Y siempre, como una brisa, las reflexiones del estudiante sobre
lo que es escribir, sus progresos literarios como una forma de evasión de su
vida monótona con su tío desconfiado y tradicional, y claro también de sus escapadas por los pubs.
“Evil is even,
truth is an odd number and death is a full stop. When a dog barks late at night
and then retires again to bed, he punctuates and gives majesty to the serial
enigma of the dark, laying it more evenly and heavily upon the fabric of the
mind.”
Me ha costado leer este libro. Seguir la trama sin perderme. Pero no me arrepiento haberlo hecho. Es una joya de ideas y pensamientos originales sobre el arte de escribir, sobre la literatura, sobre la sociedad irlandesa de O’Brien con sus particularidades propias. O’Brien escribe frases hermosas, directas, fuertes y a veces sobrecogedoras. La sátira, su talento cómico, su talento pleno y entero han hecho me quede pensando, sorprendida con el ingenio de ese autor. Yo sabía, cuando abrí el libro que algo se tramaba, lo supe, sí, sí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario