domingo, 31 de enero de 2021

Interrupción

 

Como todo en pastelería, el secreto es el tiempo. No hay que perderlo, hay que ser preciso y rápido. Tenía huevos del campo, huevos frescos; tenía espinaca, pensé que sería delicioso prepararme una quiche con ese vegetal que adoro. Empiezo con la base, harina, agua, poquita; manteca de a poco; sal, una pizca; alguito de azúcar, a penas una media cucharadita. Todo va bien, a penas he terminado de … ¿quién me llama? qué raro, ¿será uno de los chicos? ¿habrá pasado algo?, ¿hola?, Anna, no, bueno sí, estaba haciendo una quiche, sí deliciosas, con espinaca, ajá, sí te llamo luego, estoy en el medio de… claro, claro, querida, ya dentro de poco te llamo. Estoy haciendo una bola con la masa, cuando. ¿La puerta? Esto no puede ser. Voy y vuelvo, ya no sé ni que tengo que hacer. Corto las espinacas, bato los huevos, la cebolla, me olvidaba, algo de ajo, los huevos, ¿les he puesto sal? ¡Manda huevos! El celular que manda un texto, estoy completamente distraída, ya no sé ni que hago. ¿Cuánto hace que está la masa en la heladera? Bueno, pase lo que pase, termino mi quiche. La pucha: en una gran sartén pongo un poquito de manteca y pongo las cebollas, encima le pongo a saltear las espinacas cuando aparece de detrás de mí, Charlie. ¡Hola! ¿qué haces? Pego un salto con un grito de sorpresa. Me doy vuelta, se queman mis cebollas que han saltado de la sartén; mientras amaso la masa con harina, la corto, volteo los huevos sobre la masa. No estoy concentrada. En el horno, me doy cuenta de que me olvidé de añadir el queso, tenía un rico Parmesano cortado. Saco la quiche del horno para incorporarle el queso. Qué desastre, una quiche tan fácil y rica, qué me pasó, a mí a quién nadie llama, nadie viene a ver. No sé, pienso con amargura que he sido víctima de una conspiración, eso fue.  La pastelería es cuestión de timing, tiempo eficiente no interrumpido. 

Y así, mientras sentada, me como la quiche que está liquida en el medio, aguada de gusto, un poco  quemada en los costados, con una masa dura y quebradiza a la vez, un desastre, entra mi hijo y me pregunta, ¿qué le pasó a tu tarta?, parece que te enojaste con la gallina y ¿se te amargó la cocina?

Se me quedó atrevesado en último bocado.

 

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